Sueños truncados

Pablo Genere Rodriguez

Por Marcelo Peralta

La vida es balance y valoración.

Un hombre sin conocimientos es como un mundo a oscuras.

Toda derrota es odiosa y si es sobre uno mismo es necia y es fatal.

La personalidad individual empieza en el punto preciso donde cada uno se diferencia de los demás.

En muchos hombres es simplemente imaginario y resulta frustrante si desde la infancia se traza metas que cuando se es adulto la ve truncada.

En un viaje relámpago que hice hace poco a mi ciudad natal de San  Ignacio de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez, ubicada en el Noroeste de la Republica Dominicana tuve la oportunidad de vivir una experiencia en la esquina Francisco del Rosario Sánchez y Jose Marte, cerca del cementerio municipal.

Habín hombre recostado de la pared del cementerio municipal y me dio curiosidad, me acerque y brevemente y se identifica como Paulino de Jesus Genere Rodríguez.

Quise clasificar sus caracteres humanos, comprendí la necesidad que esa persona tenia y menciono mi nombre y amenamente lo saludo percibiendo sus rasgos característicos de un hombre con productos adventicios y que conoce el medio,  las circunstancias, la importancia de la educación del ser humano, de las personas que lo tutelan, de las cosas que los rodean.

Hay diferencia de los hombres que viven una vida comoda y en pueblos desarrollados  a los que residen en zonas marginales, pero hay seres humanos extraordinarios que se retrancan por falta de ayuda como es el caso del protagonista de esta resena.

En nuestro pueblo hay quienes viven sin que se advierta su existencia, porque la sociedad quiere que esas personas no se desarrollen, que no progresen, que no tengan voz, que su eco sea mudo, corto, que sean limitados, que no tengan líneas definidas ni en su propia sombra sobresalgan, que es, apenas, una penumbra muy lamentable ese egocentrismo.

Genere Rodríguez, es un hombre como una copia fiel de esos superdotados y extraordinarios personajes que traspasen la frontera queriendo ver convertida en hechos la ilusión de lograr sus sueños, rompiendo las barreras que les opone la realidad cuando la experiencia advierte que la mole no cae, el idealista no logre desarrollar las virtudes intrínsecas, custodiando sus ideales, realizándolos en alguna medida, sin que la solidaridad llegue y se concreten sus iniciativas.

Este hombre con juventud ya acumulada sentado en un pequeño cuadro de bloks en la pared del Cementerio ubicado en la esquina que forman las calles Jose Marte y Francisco del Rosario Sánchez me impresiono del dominio que posee de la Historia y Geografía.

Con destrezas en fracciones de minutos me enumero las capitales de ciudades europeas, asiáticos, de Centroamerica y latinoamericanas que mencione.

A vuelos de pájaros en dijo que es nativo de la comunidad de Arroyo Blanco ubicada en el trayecto de los municipios de San Ignacio de Sabaneta y Villa Los Almácigos, pertenecientes a la provincia Santiago Rodríguez.

Me relata que estudio hasta el tercer de nivel del bachillerato en el Liceo Secundario Librado Eugenio Belliard, pero que no pudo continuar por falta de dinero, aguardando la esperanza en ver realizado esa realidad.

Es un ser humano esta dotado de una destreza fuera de serie, de manera impresionante, precisa, sin dudas, sin vacilaciones sin titubeos me demuestra que tiene un amplio dominio de la historia universal, dando a conocer las capitales de muchos países.

Una persona se trunca cuando no puede lograr metas y por la falta de ayuda pierde la oportunidad de aprovechar sus potencialidades a fin de cristalizar sus sue ñ0s.

Para este hombre quedaran en  sus recuerdos los pensamientos y las huellas anheladas el no poder lograrlas por falta de dinero, mientras otros amasan fortunas que al final y cuando cambien de vida no podrán llevar en su ataud, porque le ponen mortajas y ni siquiera bolsillos poseen.

Hay ricos que actúan con palabras y conceptos erradas, los hombrees de acción se quedan varados por falta de dinero y no pueden terminar sus ilusiones que se forjaron en sus mentes desde que eran ni ños, y por ende pierden hasta la razon.