Voces y ecos

Lo político en Cooeprouasd
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RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com.

Como suele suceder  en todo lo que se mueve en República Dominicana, la política está asomando  en la crisis que afecta la Cooperativa de Empleados y Profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a la cual las autoridades le retienen 425 millones  de pesos, deducidos de los sueldos del personal docente y de los servidores administrativos.

El presidente de la República, Danilo Medina, ha salido a bailar en el caso. Y también pasados rectores de la UASD  cuyas gestiones resultaron dañosas para la  COOEPROUASD. Se quiere insinuar que la administración de la cooperativa  olvida que otros rectores hicieron lo que hoy se critica al actual, doctor Iván Grullón Fernández.

Escuché decir a un  profesor, no sin asombro, que el Presidente Medina es culpable de lo que está pasando porque no suministra los fondos requeridos por la Universidad estatal para  su adecuado funcionamiento. Ese amigo, consagrado humanista,  milita en el Partido de la Liberación Dominicana, con marcada preferencia por el doctor Leonel Fernández.

La  COOEPROUASD, respaldada por el Idecoop (Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo)  ha dado un plazo de diez días a las autoridades universitarias para reponer los fondos usados indebidamente. El emplazamiento  vence mañana. Las acusarán ante los tribunales por la retención y  usufructo ilegal de los recursos.
  
El Idecoop citó la legislación sobre  la materia para  ponderar la gravedad de la acción de las autoridades universitarias: “Tipificamos responsablemente como ilícito penal y administrativo, usurpación de valores económicos privados, violación salarial, abuso de confianza, fraude y abuso de poder, la secular práctica administrativa de la UASD…”

No ha sido     Iván Grullón  el primer rector   en utilizar como si fueren recursos del presupuesto asignado a la UASD, el dinero que corresponde a la cooperativa que aglutina a los empleados y profesores de esa alta casa de estudios. Por los años ochenta la  COOEPROUASD fue aniquilada debido a esa mala práctica.

Pero eso no consuela a los universitarios, quienes aspiran –aspiramos-  a que sus ahorros reposen seguros y encontrar auxilio en los préstamos que ofrece la cooperativa,  que pueden servir para comprar un par de  zapatos como para obtener un automóvil o una vivienda. Se trata de una institución fuerte y de gran capacidad de servicio. Si no se lo impiden.

Los ahorristas no quieren ver presos al rector, un vicerrector y la tesorera de la UASD. Tampoco resuelven nada con recordar que los rectores Fernando Sánchez Martínez, Franklin Almeida  y Mateo Aquino Febrillet incurrieron en el mismo error. Los universitarios quieren preservar su cooperativa y no encontrar dificultades para el uso de sus ahorros o  adquirir un préstamo.



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