Sistema para erradicar la delincuencia en RD
Guillermina Marizàn.
Por: Dra. Guillermina Altagracia Marizàn Santana, Directora de
la Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) y Juez.
Dentro de la visión del desarrollo
humano y el progreso social que promueve el Consejo Regional de Desarrollo,
Inc, (CRD), cierto es que en nuestra nación al igual que los demás países
que integran la población mundial, detenta criterios claros en torno a la
definición de la delincuencia, al entenderla, como el fenómeno de delinquir o
de cometer actos fuera de las reglas y normas conductuales que impone y
requiere toda sociedad.
Sin embargo, pese a los conceptos
referidos, conforme a los diversos estudios sobre el tema en cuestión del
organismo de desarrollo, es poco lo que cada ciudadano y nuestras instituciones
se han propuesto conocer sobre las verdaderas causas por las que un joven pueda
quedar atrapado en un modo de vivir que le sumerge en un estado delincuencial,
además, cómo lograr con eficiencia que el mismo salga de tan lastimosa
situación.
Soportado en dicho contexto y realidad
social, estima indispensable encarar al fondo la problemática, a través de las
alternativas recogidas en este trabajo, para permitir encauzar
armónicamente la paz y el desarrollo social, además de consolidar los factores
que garanticen la seguridad ciudadana.
Causas
motivadoras de la delincuencia:
Conforme
a las conclusiones contenidas en los estudios del CRD, las causas pueden ser
orgánicas, fisiológicas y patológicas, además sociales, debido a las
influencias externas originadas por el entorno en el que se desarrolla cada
persona los primeros años de su vida, así como por la carencia de afectos y
atención por parte de los padres o simplemente por una mala orientación.
Al
respecto, visualizan que las actividades ilegales que desarrollan jóvenes,
cuyas conductas no discurren por las normas sociales aceptadas, ni siguen las
mismas pautas de integración que la mayoría, no surgen repentinamente, sino que
forman parte de un proceso gradual de socialización desviada que poco a poco se
va agravando. Este proceso recoge que se manifiesta más agudamente en la
adolescencia, cuando el joven está más capacitado para realizar acciones por
cuenta propia.
Con
relación a lo anterior citado, agregan que entre adolescentes no se puede
considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan
entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En
algunos jóvenes la delincuencia es transitoria, utilizándola para llamar la
atención, mientras que para otros se convierte en una norma de vida. Cuanto más
joven sea el delincuente, más probabilidades habrá de que reincida, y los
reincidentes a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en
delincuentes adultos.
Contemplan
pues, que los niños colocados en un medio muy pobre o que viven en condiciones
difíciles están fuertemente tentados a descifrar su existencia por el robo o
por la búsqueda de consolaciones dudosas, ya que el medio en que se han formado
ejerce en ellos una influencia disolvente golpeadora de la vida
moral.
Como
agravante a los anteriores señalamientos, que hoy en día los medios y familias
más afortunadas en cuanto a riquezas materiales son cultivos para
la formación de delincuentes, debido a los tristes dramas y los vacíos
espirituales y familiares que padecen, en estas familias los niños disponen de
mucho más dinero y comodidades que otras clases, lo que dá por resultado que la
sociedad haga nacer nuevas y grandes necesidades que sólo pueden ser
satisfechas por actos represivos y delictuales.
Pondera
que muchos padres se convierten en actores de la formación de los delincuentes
por olvidar inculcar a sus hijos los valores morales, la integridad moral
y la dignidad que todo hombre y mujer debe tener; además, por su falta de
discernimiento para dar soporte a sus hijos engendrados en familias disociadas
o en que las priman la falta del entendimiento y diálogo entre sus dos principales
cabezas: El Padre y la Madre.
En dicho
proceder, asume que los niños que ven a sus padres disputarse entre sí,
juzgan a la sociedad en su conjunto sobre el mismo modelo, y llegan a
creer que ellos también deben defender violentamente su punto de vista si no
quieren ser aplastados.
Une a lo
anterior, los impactos negativos de la severidad excesiva, al entender que
cuando los padres son muy exigentes pretendiendo mediante la fuerza y la
violencia hacer perfecto al niño y al adolescente, hacen nacer la rebeldía en
el lugar que debe ocupar en ellos, la honradez y la no delincuencia.
Directrices
sugeridas por el CRD:
Para
cambiar de rumbo en el crecimiento sin control de la delincuencia, llama
a denunciar los errores de la educación en el hogar y en nuestras
instituciones, así como también corregirlos, empleando acciones colectivas y
personales, que sirvan de antídotos frente a las causas que dan vida a los
diversos métodos que actualmente se emplean para delinquir.
Como
complemento importante, estima indelegable, erradicar el comportamiento
incorrecto de una gran proporción de los padres en nuestra sociedad, quienes al
descuidar la vigilancia sobre sus hijos, obnubilados en el
espejismo y la falsa creencia de tener una familia que está unida o
perfecta, los lleva a cometer el grave error de dejarlos sin su vigilancia
y con una libertad que les hace perder la ruta idónea que debe guiar sus
conductas, a tal extremo, que se hunden en el libertinaje y el desorden.
Dentro
de estos criterios, para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) subsanar
la delincuencia juvenil y detener que nuestros hijos caigan en ella, conlleva
entender que su solución no se encuentra en modificar código ni el
endurecimiento de las penas, sino en valorar como tarea prioritaria,
padres y madres identificados con las metas sociales que les corresponden
asumir, para dar paso a mejores familias y con ellas a una sociedad dominicana
fuerte y sustentable para las presentes y futuras generaciones.
La autora es:
Dra. Guillermina Altagracia Marizàn Santana, Directora de la
Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Juez y
Doctora en Derecho. Tel. 809-244-5496.-
Correo: crdnordeste@yahoo.es.-San
Francisco de Macorís. RD.
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Saludos.
Mi blogs tiene problemas e ignoro las razones