Problemas inmediatos a solucionar en la provincia Santiago Rodríguez.
Melvin Cruz.
Por Melvin Cruz.
Educador Reside en Santiago Rodríguez.
La provincia Santiago Rodríguez está
considerada como una potencia hidrológica en la República Dominicana, se cree
que posee tantos ríos que sería imposible pensar en la escasez de agua o una
sequía no vencible.
Sin embargo, lo que nos ha tocado el
castigo los últimos 40 años de recorrer, observar, evidenciar, documentar por
escrito, con fotografías, videos y participación en estudio de impacto
ambiental, afirmamos lo contrario. En la actualidad. La reserva hidrológica de
esta sumisa, descuidada y blandengue provincia es muy cuestionable y no es como
creen, piensan o afirman el sentido común y la jerga popular. Esta sequia desde
abril del 2018 hasta finales de agosto, demostró la cruda realidad y lo
vulnerable que es la provincia ante fenómenos de sequias. Sus tres municipios
no cuentan con acueductos eficientes para el almacenamiento necesario para
apalear, enfrentar una prolongada sequía que esta predicha para el 2020.
Entre los planes de manejo (planes de
saqueos y exterminios de los pinos occidentales o criollos) los contrabandistas
asesinos, los ganaderos, los haitianos y el conuquismo de sobrevivencia, están
dando el tiro de gracia a las cuencas altas o aguiferos que suplen de agua las
partes bajas o llanas. Ésta construida desertificación permanente ejecutada por
manos humanas está dando sus frutos amargos evidentemente, ya que los informes
internacionales de satélites arrojan la marcha permanente del desierto de Haití
(Oeste) hacia el Este de la República Dominicana. El ritmo de la deforestación
es mayor que la reforestación.
El convertir el Ministerio de Medio
Ambiente en oficina recaudadora no protectora ha ejecutado la muerte legalmente
de ríos, arroyos y cañadas. Peor aún el Estado Dominicano no tiene un programa
de almacenamiento de agua para enfrentar esta cruda realidad, de haber tenido
tantas riquezas y ser destruida en menos de un siglo por las ambiciones de
grupos de poder que solo ven beneficios no consecuencias.
Este 2018 desde el mes de enero los incendios
forestales provocados por manos criminales acentuaron la crisis y desnudaron la
realidad de esta montañosa provincia que ya ha comenzado a sentir los efectos
de la negligencia, la chismografía barata, la pereza colectiva de siempre
esperar que todo lo resuelva o solucione el gobierno, el Estado, la política
partidista o la creencia de un Dios que nunca exige, sino que obedece los
caprichos humanos.
Si esto sigue al ritmo que va como arrojan
las estadísticas en pocos años tendremos que comprar agua para todos los usos
(domésticos, agropecuarios) para sobrevivir como pueblo, provincia y país, mal
organizado, mal dirigido y mal respetado. Y, no estamos exagerando. Es que la
naturaleza no da saltos, todo obedece al equilibrio y a la evolución lenta de sus
ecosistemas. Los hombres creen que todo es dinero y más dinero, tenemos un real
y seguro espejo al Oeste de la isla, Haití un desierto construido por manos
humanas e intereses de las transnacionales extranjeras.
Existe en la actualidad muchas amenazas
permanentes:
·
La Minería Artesanal que esta asesinando
los ríos en sus cuencas altas.
·
La Mega Minería extranjera que creen que
el oro vale más que el agua de nuestro país.
·
Los estafadores y doble moral, ganaderos
profesionales que le importa más su vaca que el agua de una región.
·
La mala política herrada accionada por el
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturaleza que piensa más en confiscar,
mafiar y mal administrar a la conveniencia de su bolsillo de un personal pago
por el estado pero que creen que hay que rogarle para hacer su trabajo
asalariado.
·
El desorden binacional (Haití y la
República Dominicana) de grupos de familias haitianas instaladas en las
montañas, sierras, picos y alturas de nacimiento de ríos y cuencas altas para
convertirlas en fincas para los ganaderos dominicanos.
Este viejo panorama es la radiografía
fotográfica del Noroeste ante los pasos del desierto construido por manos
humanas.
¡DULCE SUEÑOS SOÑADORES!.
¡DULCE SUEÑOS SOÑADORES!.
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