Fondo y forma de la reforma

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RAFAEL PERALTA ROMERO

Al fin se ha reunido la comisión del Senado encargada de  estudiar el proyecto de ley que autorizaría una modificación a la Constitución, a fin de facilitar la repostulación del presidente Danilo Medina para un nuevo período. Siete de los nueve comisionados votaron en favor de que la propuesta sea sometida a la sala de sesiones.

No se sabe  cuándo será conocido por  el pleno de senadores.
Parece  que aún queda  esperanza de un acuerdo entre los  dos líderes del PLD (Partido de la Liberación Dominicana)  para buscar una salida a la tirante confrontación que se lleva  a cabo en ese partido, originada en  la pretensión  reeleccionista del presidente  Danilo  Medina.

El Senado ha querido  llevar el proceso con mesura.  Crear una comisión especial, con gente de ambos bandos, es prueba de ello. Lo ratifica  la parsimonia para  presentar el informe al pleno. El senador Julio César Valentín,  decidido opositor a la reelección,  consideró    que ese  hecho brindará "tiempo para meditar y no apresurar".

De aprobarse la reforma a la Constitución, no sólo sería una victoria para el presidente Medina, sino más que eso, una  horrenda derrota para  Leonel Fernández, presidente del PLD y ex presidente de la República. Por igual,  si fracasara  el intento de  modificación,  como parece, más que triunfo para Fernández,  significaría  fracaso para Medina.

Los fanáticos de  la reelección creen  que el Presidente no puede perder. También deben   presumir que no puede ahogarse aunque se tirara a un río revuelto.  Los adeptos de la continuidad de Medina aseguran porfiadamente  que será aprobada la reforma constitucional. Sin empacho, declaran que ya los legisladores  adversos están siendo comprados.

Tanto  Medina  como  Fernández  perdieron  la capacidad de aceptar derrotas en esta contienda. Se trata de un duelo a muerte. Y uno de los dos morirá políticamente, si no es que ambos. Alterar la Ley Fundamental para  satisfacer las aspiraciones del grupo del entorno presidencial no es sensato ni decente.

La arrogancia de Fernández  frente a Medina en otro momento atiza  el fuego del  momento que le ha tocado vivir.  “El Estado me venció”, dijo una vez   el actual gobernante frente a la cicuta que le hizo beber Fernández.  Al pie de su Olimpo, el ex gobernante espera ver caer el proyecto de  ley que  buscaría autorizar la reforma.


Quien venza, vencerá a medias, pues todo indica  que no podrá contar con el respaldo y la complacencia del otro. La zanja entre ambos está muy profunda. Conviene a la democracia que  el PLD  salga del gobierno. Lo que nadie esperaba es que esto ocurriera con heridas tan tan profundas y  tan poco cicatrizantes.

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