Artículos usados en los siglos XIX y XX aún tienen vitalidad en la actual época.

Fotos del colaborador Ángel Jerez.
Santiago, R.D.- Quienes nacimos en el
campo, crecimos y nos desarrollamos sabemos lo que significa una letrina.

Es una caseta
tosca donde se excava la tierra para depositar los excrementos y generalmente
y en general se usa en los campamentos.

En ciudades donde no existe sistema de
alcantarillado pluvial todavía se utiliza la letrina, algunas con un aspecto muy
repugnante, aunque es un lugar destinado para defecar.

La correcta
disposición de las excretas es fundamental para preservar la salud en
comunidades rurales y urbanas.

Mientras en las
ciudades la solución ideal es la recolección de las aguas negras por medio de
una red de alcantarillado y el tratamiento en plantas que hagan el proceso de remoción de los contaminantes que hace la función
de la capacidad de purificación.

El brote de cólera de
los años 1990 fue causado en gran parte por una deficiente disposición de las
excretas.
A raíz de esa pandemia
muchos gobiernos han emprendido campañas masivas de construcción de letrinas.
Si bien la letrina es
en sí una construcción muy simple, hay una serie de normas que deben ser
respetadas para maximizar su eficiencia.
Antes y ahora en
campos de la República Dominicana, el uso de letrina es la más común.
Se trata de hacer de
un hoyo en el terreno cubierto con una plancha de cemento y madera en la que se
ha practicado un agujero sobre el que eventualmente se puede colocar un cajón de
madera y algunas familias adineradas le colocan un inodoro o wáter.
En muchos campos y sectores la letrina es de uso común.
No obstante, en barrios del sector Cienfuegos con más de 345 mil personas provenientes de las 32 provincias
del país existe todavía el uso de la letrina por falta de sistema de alcantarillas.
Debido a la falta de
espacio, en esos barrios, hay personas que tienen sus letrinas hasta dentro de
sus habitaciones.
Hay entidades sin
fines de lucro que construyen las letrinas y ofrecen capacitación a los
beneficiarios para el adecuado uso de letrina.
Esas entidades sin
fines de lucro incorporan a los beneficiarios en la construcción, con aporte de
mano de obra de los usuarios.
Los excrementos
humanos durante un amplio proceso son transformados en sólidos abono y regados
en parcelas incorporadas a la producción agrícola.
A pesar de los avances
tecnológicos, todavía en muchos campos se usan utensilios muy rudimentarios,
como es el fogón, un alambre envuelto en un palo para triturar el fruto del
tamarindo, la guanábana, frutas, el aparato de colar café.
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