¿Un país sin periodistas?. El caso de la periodista Altagracia Salazar.

Altagracia Salazar
Por Marcelo Peralta.
prensaglobaldigital.

“Sin periodistas no hay periodismo".
“Sin periodismo, no hay democracia”.
Que se acaben los asomos.
Desde el cibernético prensaglobaldigital fija posición ferviente de solidaridad con la periodista Altagracia Salazar y el mamotreto orquestado y cabildeado de que es víctima.

El Colegio Dominicano de Periodistas -CDP- no debe dejarse arrodillar.

Debemos luchar para neutralizar esas barbaries de manipulaciones que se cierne en el país.

Un país sin periodistas de la estirpe de Doña Altagracia Salazar sucumbirá.

Esos son los objetivos que quieren y anhelan los corruptos y compradores de conciencia.

Quienes tenemos tiempos en este oficio sabemos que estamos en grandes peligros de extinción.

Se impone, la reivindicación del periodismo en la República Dominicana a fin de impedir que los ricos, políticos y corruptos se salgan con las suyas.

Ya nos llenaron el país de sicarios, de drogas, de delincuencia y delincuentes, de haitianos, de enfermedades, compraron y nombraron a muchos periodistas serios como embajadores y cónsules y ahora quieren silenciar a los fijadores de posiciones cerrando programas por mantener sus ideas y posiciones.

Las voces que expresan con la convicción de una verdad revelada debe ser defendida a regañadientes y la sociedad jamás puede permitir que se silencia a periodistas honestos.

Todos y todas, al unísono debemos defender a Altagracia Salazar y a otros periodistas de la vieja guardia que aún se mantienen porque de lo contrario tarde o temprano, se expondrán a ser etiquetados en los grupos de compradores de conciencia y complaciente en un gobierno que se dice DEMCRATICO, pero revestido de dictadura a lo MODERNO.

Los periodistas y los dominicanos sensatos no debemos permitir quitarle el aura de legitimidad al periodismo independiente no tiene otro objetivo que la estigmatización, presentarlo como el defensor de un institucionalismo vacío que es necesario desterrar.
Al periodismo serio que es parte de un sector social que sobra y que, por lo tanto, no tiene sentido que sea parte del futuro.
"Los responsables de esta situación en la que orquestan planes y torpedean para silenciar esa voz no pueden ser parte legítima de la comunidad, la brecha con ellos es insalvable."
El periodismo de opinión serio no es gobierno o periodistas críticos porque, a fin de cuentas, se trata de un debate, no de un combate.

Hay que defender el derecho que tienen los periodistas a expresarse.
De que se expresen y se enteren sus lectores, oyentes y televidentes sin olvidar que aun los periodistas y medios más críticos están para ayudar al que gobierna a no volverse loco.
Un gobierno democrático debe ser “cuerdo” porque no hay que olvidar que las democracias son un estado de cordura colectivo.
Sabemos lo que es un país sin medios independientes, sometidos a la censura diaria de sus informaciones.
Hay casos en que por escribir en contra de algo hay periodistas autocensurados por ejercer la crítica del poder, despedidos por resistirse a las presiones por tratar de ser independientes.
Lo estamos viviendo, algunos de ellos muy cercanos a nosotros por lazos históricos y culturales.
Sabemos lo que significa contratar a periodistas sin remuneración y con un salario indigno.
Supone para la vitalidad de un país que su prensa vaya muriéndose poco a poco.
Que todos estos factores negativos empobrecen la democracia y abren el paso a impulsos autoritarios, de los que los ciudadanos son las principales víctimas.
La precariedad laboral y salarial se extiende como una marea, colocando a los periodistas en una situación de indefensión ante las presiones, vengan de donde vengan, y eso no deberá permitirse jamás a gobierno, partido y empresario alguno en República Dominicana.
El papel de contrapoder de la prensa queda reducido a la mínima expresión.
La expulsión abrupta de periodistas veteranos, con fuentes y con criterio, priva a los medios del necesario talento para ofrecer a los ciudadanos un periodismo de calidad, puro y transparente.
De nuevo, con estas orquestadas contra la veterana periodista Altagracia Salazar de tratar cerrarle su programa, la  sociedad es la gran perjudicada.
El panorama propicia que surjan agoreros que pronostican el fin del periodismo, que es casi como sostener que la democracia y el nombre de REPUBLICA DOMINICANA tengan y tienen los días contados.
Porque ustedes, los representantes de los ciudadanos, saben bien que sin prensa libre y crítica con el poder, la salud de la democracia se resiente.
Como ciudadano no tengo ninguna duda de que la periodista Altagracia Salazar no claudicara y el periodismo que ella realiza sobrevivirá que como elemento vital para el desarrollo de la democracia y la sociedad en un clima de tolerancia y de convivencia pacífica.
Tampoco tenemos ninguna duda de que los periodistas seguiremos siendo necesarios para jerarquizar las noticias, confirmar su veracidad, contrastarlas y difundirlas bajo un paraguas ético y deontológico, como garantes que somos del derecho fundamental de los ciudadanos a recibir información libre y veraz.
Ante este panorama, los periodistas consciente del rol que debemos desempeñar a favor de la sociedad, no nos estamos quedando quietos.

Debemos seguir plantando cara a la censura, cierre de programas, concentraciones de  medios, promoviendo innovadores.

Las instituciones y los ciudadanos tienen que saber que su futuro democrático y solidario necesita medios de comunicaciones potentes e independientes, con periodistas que, con su credibilidad, aporten elementos que ayuden a la gente a formarse su propia opinión.
Es un llamamiento a los representantes de los ciudadanos en todas las instituciones para que respalden y defendamos a la periodista Altagracia Salazar y a los que ejercen esta labor al estilo de sacerdocio en la preservación del país y la requebrajada democracia.
Que la defensa de la libertad de prensa, del derecho de información y del ejercicio de un periodismo digno y crítico para que la SOBERANIA NACIONAL y la DEMOCRACIA no perezcan.



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