“Friendo y comiendo”: Jueza mete tres meses de coerción a los ladrones de campanas.

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Por Marcelo Peralta y Roberto Pérez.
Santiago, R.D.- No los dejó enfriar y la jueza, licenciada Jazmín de los Santos, de la Oficina de Servicios de Atención Permanente del Distrito Judicial de Santiago, le “metió” 3 meses de coerción a los ladrones de robar campanas de la Parroquia San Antonio de Padua, las que vendieron en una metalera en el sector Cienfuegos.
Franklin Roberto Jiminián, quien se introdujo en la parroquia ubicada en la calle Del Sol a robarse las campanas y Máximo Rosario Reyes, dueño de una metalera ubicada en el sector Cienfuegos por haberla comprado, deberán pasar tres meses en la “chirona” mientras las autoridades completan la instrumentación de las acusaciones.

Jiminián admitió, según las autoridades haber robado el instrumento que tenía mas de 100 años de haber instalado aquí y donado por los religiosos católicos españoles y a pesar de su valor histórico la vendió por la pírrica suma de 6 mil 500 pesos.

El comprador ha sido Máximo Rosario Reyes, propietario de la metalera que deberá purgar tres meses de cárcel al igual que el vendedor hasta que las autoridades judiciales completen la sumaria correspondiente para llevarlos a juicio.

Las campanas robadas a la parroquia San Antonio de Padua y habían sido donadas en el siglo XIX por sacerdotes españoles de la orden de los franciscanos, pero Jiminian se trepo al campanario, la robo y se la vendió a Rosario Ventura por la friolera de 6 mil 500 pesos.

La profanación al templo ha sido censurada por representantes de sectores religiosos, sociales y comunitarios, quienes reclaman a las autoridades judiciales aplicar sanciones severas contra los implicados para dar ejemplos a otros que, también, vienen cometiendo las mismas acciones.

Ciudadanos consideran que dañar con acciones la dignidad, la estima y la respetabilidad de un templo católico debe ser castigado con las mas de las severas sanciones, porque se afecta la honra y la palabra sagrada del Dios Todopoderoso.

Reclaman a las autoridades judiciales sanciones ejemplarizadoras para que los futuros saqueadores de templos católicos respeten esos lugares sagrados.
  


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