Orquesta sin dinámica.

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Por Marcelo Peralta
Algo raro sucede en la actualidad a muchos políticos, funcionarios y legisladores que suenan como “una orquesta sin dinámica”.
¿Será que las posiciones que ostentan en el gobierno y el Congreso Nacional a muchos y muchas les ha puesto las mentes en blanco?.
Cuando un piloto estabiliza un avión pone el automático para descansar y deja al copiloto al frente.
Hay ocasiones en el día y la noche que experimentamos sensaciones que dejamos fluir los pensamientos sin prestar atención a lo que sucede alrededor y ni siquiera en el pensamiento.
Aunque estemos anestesiados el cerebro está siempre en actividad, y esta es una máquina muy inteligente y resistente
Su función es tan sorprendente, que sólo gasta un poco más de energía cuando se está realizando una tarea específica en comparación a cuando no se hace nada.
Antes se creía que esa actividad cerebral durante estados de reposo debía ser “ruido desorganizado”, pero se equivocaron quienes pensaban así.  
Hoy día, por el contrario, cuando estamos “pensando en nada”, los cerebros poseen una actividad propia que es coherente, organizada e independiente de cuál sea el contenido de los pensamientos.
Esa indelicadeza del diputado Noe Camacho contra su homóloga Faridys Fadul evidenció que en ese Congreso Nacional lo que hay es una “gran orquesta sin dinámica”.
Pareciera como si los instrumentos de viento, los de percusión, los de cuerdas y muchos de los miembros que la integran caminan uno por un lado y otros sin “rumbo”.
Los directores de las orquestas reclutan a los instrumentos de vientos para que puedan realizar su tarea acorde a sus posibilidades.
Necesario, es cuando el director de esta orquesta descansa, y todos los instrumentos se quedan callados, empiezan a sonar en forma muy “caótica y chirriante”.
Entonces, cuando se acoplan, los vientos suenan juntos, las cuerdas también, el coro unido y ahí se produce una dinámica organizada.
El cerebro está bien cuando las redes neuronales se emplean de manera armónica, realizan su tarea, los vientos se activan cuando no las estamos utilizando.
Se impone luchar por un desempeño aceptable en los cargos de algunos funcionarios y legisladores, donde las redes neuronales deben mejorar para lograr una dinámica cerebral.
Las áreas que están dislocadas deben ser reactivadas y asociadas entre sí, porque da a entender que los sujetos no están haciendo la función de manera adecuada.
Ya sucedió con los vaticinios y halagos con la candidata presidencial de Estados Unidos, Hilary Clinton que funcionarios palaciegos se frotaban las manos porque creían tener una victoria asegurada y se le fue “el tiro por la culata”.
Viene el diputado Camacho y comete una “barrabasada imperdonable y vergonzante” que si hubiese sucedido en otro país organizado, lo sancionan jamás volviera a subir las escalinatas del Congreso Nacional.
Que revisen de ahora en adelante lo que llamamos “red de reposo” en donde están las áreas frontales, parietales y hagan una monitorización de los estados internos y la llamada “memoria autobiográfica” de quienes se han desbocados.
Esto lo sugerimos para la consistencia de la dinámica cerebral que la red necesita junto a funciones atencionales, motoras, auditivas y cognitivas para que la banda pueda funcionar de manera nítida.
Con las actitudes de esos funcionarios y congresistas lo que está en juego es el futuro de la Patria, porque parece que los indicadores del estado biológico no permitan ayudar a hacer el diagnóstico esperado.
Has de revisarse la “red de reposo” porque quizás algunos de esos actores estarían padeciendo de Alzheimer y que esta alteración podría ser de utilidad para una detección temprana de la enfermedad.
Es como en una ocasión Salvador Dalí que llegó un tiempo de que en los escenarios se quedaba zonzo y sus amigos les preguntaban del por qué a lo que respondía: “Creo que a mí me molieron y no me lo dijeron”.
En ocasiones, hay que acudir a los especialistas de la mente para estudiar las condiciones en la que transita y los caminos por los que transita nuestro organismo y tratar de mordear el arte de cómo actuamos en determinados casos.
Hay ocasiones en que los especialistas hallan en nuestro “tutú” cosas que resuenan en lo más adentro de la caja que a simple vistos no los percibimos.
Es como cuando una pieza se le rompe a los vehículos, que sus dueños los llevan al taller de los mecánicos a corregirla.
 “La nada tiene nombre, por lo tanto, esos funcionarios y representantes camerales deben revisarse, porque hacen sus travesuras a la vista de millones de ojos.

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