Orquesta sin dinámica.
Algo
raro sucede en la actualidad a muchos políticos, funcionarios y legisladores
que suenan como “una orquesta sin dinámica”.
¿Será
que las posiciones que ostentan en el gobierno y el Congreso Nacional a muchos
y muchas les ha puesto las mentes en blanco?.
Cuando
un piloto estabiliza un avión pone el automático para descansar y deja al
copiloto al frente.
Hay
ocasiones en el día y la noche que experimentamos
sensaciones que dejamos fluir los pensamientos sin prestar atención a lo que
sucede alrededor y ni siquiera en el pensamiento.
Aunque
estemos anestesiados el cerebro está siempre en actividad, y esta es una
máquina muy inteligente y resistente
Su
función es tan sorprendente, que sólo gasta un poco más de energía cuando se
está realizando una tarea específica en comparación a cuando no se hace nada.
Antes
se creía que esa actividad cerebral durante estados de reposo debía ser “ruido
desorganizado”, pero se equivocaron quienes pensaban así.
Hoy día,
por el contrario, cuando estamos “pensando en nada”, los
cerebros poseen una actividad propia que es coherente, organizada e
independiente de cuál sea el contenido de los pensamientos.
Esa
indelicadeza del diputado Noe Camacho contra su homóloga Faridys Fadul evidenció
que en ese Congreso Nacional lo que hay es una “gran orquesta sin dinámica”.
Pareciera
como si los instrumentos de viento, los de percusión, los de cuerdas y muchos
de los miembros que la integran caminan uno por un lado y otros sin “rumbo”.
Los
directores de las orquestas reclutan a los instrumentos de vientos para que puedan
realizar su tarea acorde a sus posibilidades.
Necesario, es cuando el director de esta orquesta
descansa, y todos los instrumentos se quedan callados, empiezan a sonar en
forma muy “caótica y chirriante”.
Entonces,
cuando se acoplan, los vientos suenan juntos, las cuerdas también, el coro unido
y ahí se produce una dinámica organizada.
El cerebro está bien cuando las redes
neuronales se emplean de manera armónica, realizan su tarea, los vientos se
activan cuando no las estamos utilizando.
Se impone luchar por un desempeño aceptable en los
cargos de algunos funcionarios y legisladores, donde las redes
neuronales deben mejorar para lograr
una dinámica cerebral.
Las
áreas que están dislocadas deben ser reactivadas y asociadas entre sí, porque
da a entender que los sujetos no están haciendo la función de manera adecuada.
Ya
sucedió con los vaticinios y halagos con la candidata presidencial de Estados
Unidos, Hilary Clinton que funcionarios palaciegos se frotaban las manos porque
creían tener una victoria asegurada y se le fue “el tiro por la culata”.
Viene
el diputado Camacho y comete una “barrabasada imperdonable y vergonzante” que
si hubiese sucedido en otro país organizado, lo sancionan jamás volviera a
subir las escalinatas del Congreso Nacional.
Que
revisen de ahora en adelante lo que llamamos “red de reposo” en donde están las
áreas frontales, parietales y hagan una monitorización de los estados internos
y la llamada “memoria autobiográfica” de quienes se han desbocados.
Esto
lo sugerimos para la consistencia de la dinámica cerebral que la red necesita
junto a funciones atencionales, motoras, auditivas y cognitivas para que la
banda pueda funcionar de manera nítida.
Con las
actitudes de esos funcionarios y congresistas lo que está en juego es el futuro
de la Patria, porque parece que los indicadores del estado biológico no
permitan ayudar a hacer el diagnóstico esperado.
Has de revisarse la “red de reposo” porque quizás
algunos de esos actores estarían padeciendo de Alzheimer y que esta alteración
podría ser de utilidad para una detección temprana de la enfermedad.
Es
como en una ocasión Salvador Dalí que llegó un tiempo de que en los escenarios
se quedaba zonzo y sus amigos les preguntaban del por qué a lo que respondía: “Creo
que a mí me molieron y no me lo dijeron”.
En
ocasiones, hay que acudir a los especialistas de la mente para estudiar las
condiciones en la que transita y los caminos por los que transita nuestro
organismo y tratar de mordear el arte de cómo actuamos en determinados casos.
Hay
ocasiones en que los especialistas hallan en nuestro “tutú” cosas que resuenan en
lo más adentro de la caja que a simple vistos no los percibimos.
Es
como cuando una pieza se le rompe a los vehículos, que sus dueños los llevan al
taller de los mecánicos a corregirla.
“La
nada tiene nombre, por lo tanto, esos funcionarios y representantes camerales
deben revisarse, porque hacen sus travesuras a la vista de millones de ojos.
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