Muerte de Darío Lelén causa congojas en Santiago Rodríguez.

Darío Gómez Cruz. (Darío Lelén).
Darío Lelén.
Foto Juan Pablo Bourdierd.


Por Marcelo Peralta y Ricardo González.

San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodríguez, R.D.-Después de 61 años pregonando chicharrones por las calles de San Ignacio de Sabaneta, ha muerto a los 69 de edad, el legendario Darío Gómez Cruz, “Darío Lelén”.

El carismático personaje era hijo del carnicero Abigail Gómez y Ana María Cruz.

Recorría las calles de San Ignacio de Sabaneta con un sartén lleno de chicharrones.

Fue el pasado jueves 7 de septiembre que Darío Lelén dejó de existir.

Con él viento se ha llevado su tradicional frase que lo hizo famoso “chicharrones calientes y tostados”.

La ciudad ha perdido a un renombrado ciudadano, humilde y trabajador.

Su faena inicia en el año 1961 y terminó a la edad de 69 años.

Con la desaparición física de Gómez se fogón ubicado en el patio de su madre en la calle San Ignacio se ha apagado para siempre.

El trabajo de este hombre nunca llegó a oídos de politiqueros y ni se autoridades para conseguirle una pensión, ni un seguro médico que le respondiera cuando enfermó.

Nunca le reconocieron su trabajo digno, y que su emblemático pregonar lo convertiría en un patrimonio intangible de la historiografía costumbrista sabanetera.

Con estos trabajadores incansables, algunos de ellos, ya mustios por el tiempo.

Otros, ya fueron visitados por la parca, ni el Ayuntamiento, ni la Gobernación, ni la Cámara de Comercio y Producción de nuestro entretejido e inentendible pueblo, atinan a reconocer los verdaderos hombres y mujeres de valores inconmensurables.

Entréguenle un pergamino, en vida, y háganlos sentir parte de este conglomerado que a un cura español se le ocurrió llamarlo San Ignacio de Sabaneta hace exactamente 50 años cuatro meses y 13 días, y nadie se atrevió a oponerse.

Estos hombres y mujeres trabajadores son pobres, y solo son visibles en tiempos de votaciones.

Para los insaciables e infausto políticos y gente de dinero, al igual que aquellos enquistados en algunos medios de comunicación, esos tipos de personales son pajas de otro “costal”.


Hoy, con mucho orgullo, desde esta humilde tribuna, quiero reconocer a Darío Lelén, un honesto e incansable trabajador sabanetero y su inigualable pregón: “llevo los chicharrones calientes y tostados”

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