-El Mirador-

El BID y el reto de América Latina con su 90%
Por Luís Céspedes Peña

El aborto, sus beneficios y el costo político.                                     
Muchas personas hablan y escuchan en torno al terrible mal social que es el aborto, pero son pocas las que reflexionan de quiénes son los principales promotores de esa gran industria económica, aunque está sustentada por el crimen de millones de criaturas que son asesinadas antes de nacer.

Una mayoría de comunicadores del país, hasta hace unos días se seguía preguntando el por qué de la destitución del doctor Wilfredo Hidalgo como ministro de Salud Pública, de cómo era posible que se dieran a conocer datos exactos del número de niños que fallecieron en el Hospital Robert Rid Cabral, de la capital, siempre agregándole una motivación negativa, aunque lo deseable sería que todos los pacientes que lleguen a ese u otros centros, encuentren sus curaciones.

Desde que se destituyó al doctor Hidalgo, uno de los mejores funcionarios del gobierno del Presidente Danilo Medina, porque así lo reconoció la Organización Panamericana de la Salud, parece que éste era un escollo para los grupos abortistas que hay en el gobierno, las llamadas feministas y la gran industria de los laboratorios médicos que observa en esa pena de muerte un lugar para ganar millones de pesos, los cuales luego convierten en dólares.

Estoy seguro de que el Presidente Danilo Medina no soportó las presiones de dirigentes peledeístas, especialmente de varias de las  mujeres más destacadas de su gobierno, a las cuales también tuvo que enfrentarse el hoy ex jefe de Estado y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), doctor Leonel Fernández Reyna.
  
La Constitución que hoy tiene el país es una de las más avanzadas que hay en Iberoamérica, prohíbe el aborto en su artículo 37, refrendado por el 38. Pero es bueno recordar que esa Constitución fue aprobada por los mismos legisladores que hoy tiene el país, a excepción de los ya fallecidos. Es por esa razón que les corresponde a esos legisladores defender lo que hicieron en el 2010, que fue aprobar la actual Carta Magna.

 Si no defienden su derecho, no son merecedores de que los católicos y los sectores evangélicos que también se oponen al aborto, voten por ellos en las elecciones del 2016. ¡Y menos respetarlos como ciudadanos dignos, sean hembras o varones!

El Presidente Medina sabe que esa iniciativa le hace un gran daño político, ahora y después, porque los abortistas no llegan a tres mil votos. Ellos tienen muchos recursos económicos, porque son financiados, a través de algunas Organizaciones no Gubernamentales, conocidas como ONG, por grandes laboratorios médicos que son apoyados por gobiernos que aprobaron que en sus países se desarrollen millares de carnicerías humanas donde son sacrificadas millones de criaturas, en algunos casos, faltándoles días para nacer. 

¿Por qué los médicos hacen los abortos a criaturas faltándoles días para nacer? Porque sus corazoncitos, riñones y otros órganos son vendidos a altos precios para ser usados en clínicas donde hay pendientes intervenciones quirúrgicas de ese tipo.

En los casos de menos tiempo de gestación, el aborto, llámese terapéutico o no, forma parte de esa gran industria económica. La mayoría de los defensores del aborto responde a intereses de esos grupos económicos. 

¡Los mismos que pagan campañas en contra de Leonel Fernández, porque en sus tres períodos de gobierno rechazó el aborto a pesar de las presiones de sectores internacionales! En caso de necesidad, los médicos deben luchar por salvar la vida de la madre y su criatura.

El Presidente Medina, una gran reserva presidencial del país, no debe poner en riesgo su liderazgo por presiones de grupos económicos que, en realidad, son los promotores del aborto. Con ese tipo de asesinato aumentan las ventas de las jeringuillas, sueros, vitaminas, pagos a médicos, enfermeras, clínicas y otros. ¡Es por ahí que anda el asunto del aborto!

Hace varios días, uno de los más destacados periodistas de la gran prensa, me decía que un médico amigo suyo le comentó que a su clínica van mujeres gestionando abortar, pero él rechaza la oferta por temor a enfrentarse a la Justicia, aunque si es aprobado el terapéutico, eso se le puede convertir en un buen negocio.

¡Y es así! Para los abortistas no hay principios morales ni éticos. Entonces nos preguntamos: ¿Por qué un Presidente, como Danilo Medina, con moral, con principios definidos, trabajando día y noche para continuar la ruta del progreso económico, unido al social, acepta ser presionado por quienes, finalmente, no son sus amigos, sino de las circunstancias, aunque entre ellos hay algunos compañeros de parido? 

Mi recomendación, señor Presidente, es que deje todo como estaba antes de las observaciones al Código Penal. ¡De ahí dependerá seguir ganando o comenzar la ruta de la derrota. ¡No hay razón para pelearse con los católicos, incluyendo a los obispos, con los demás religiosos y defensores del derecho a la vida!


-Gracias por leernos.

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