Haití sigue arrodillando a República Dominicana.
Por Marcelo Peralta
Haití ha venido arrodillando
y afectando por años la democracia dominicana.
Con esos gestos y símbolos
del gobierno haitiano trata de desconocer la separación de Juan Pablo Duarte en
1844.
El presidente
Danilo Medina en quien el pueblo dominicano depositó confianza, llenó las urnas
de votos en el 2012, a 4 años de su gestión mantiene una excelente aceptación.
Pero el jefe de
Estado debe analizar la situación actuar que está provocando el gobierno y el pueblo
haitiano contra la República Dominicana.
Creemos que Danilo
Medina, su equipo y el país no debe ir a arrodillarse a Haití, porque en este
lado de la frontera hay estructuras confiables y seguras para hacer esos diálogos.
Viajar a Puerto Príncipe
es una invitación al desafío, al riesgo, a la burla, al chantaje, a la extorsión,
a la humillación, no es posible dialogar y avanzar con gentes atrasadas mental,
sin respeto, sin propuesta, sin firmeza, falta de definiciones y donde nunca
han respetado lo acordado.
Haití nada hace con
ingenuidad, pureza, diáfana, transparente, por el desorden institucional que allí
prevalece, y a pesar de todo, los dominicanos siempre estamos prestos a
ayudarle, auxiliarlos por humanidad y solidaridad.
Los haitianos, quiérase
o no entenderse, desde hace anos está fraguando y orquestando planes “macabros”
contra República Dominicana y los ejecutara el día y hora menos esperado por
los dominicanos.
Hay asomos que sería
fraguado en el año 2016 para abortar las elecciones municipales, congresuales y
presidencial, desconocer el proceso, crear líos, intervenciones de Estados
Unidos y sus infaustos aliados y enemigos de República Dominicana y cristalizar
sus propósitos: La FUSION.
Los dominicanos no tenemos que doblegarnos a los adversarios tradicionale, porque son ingratos.
Esas señales de
sectores haitianos, e incluso religiosos quienes orquestan planes de que en la
ISLA haya una sola iglesia y que no se hable de las “malditas migraciones” que
tantos daños nos han creados los africanos de aquel lado de la frontera.
Sin embargo, esos mensajeros
de la palabra sagrada no quieren que se molesta a los emigrantes haitianos,
pero ni tienen ojos ni oídos de las desgracias que traen los haitianos con crímenes,
enfermedades de transmisión sexual, de plagas y distorsiones a nuestras leyes,
tradiciones idioma, hábitos y costumbres.
¿Por qué esos
religiosos no exigen que se cambien las condiciones de vida de los habitantes
en vez de querer fusionar a los haitianos y dominicanos?.
¿Por qué esos
religiosos que vinieron a reunirse al país a meter “cucos” y reunirse con sus homólogos
dominicanos no les exigen a los ricos haitianos, a los que se llevaron millones
en dólares a Estados Unidos, a Canadá, España, Inglaterra que se robaron las
riquezas de Haití, no les exigen la repatriación de esas sumas multimillonarias
para desarrollar esa tierra?.
Debemos recordar que ponerse a orar de rodillas con hipocresía, inclinar
la cabeza de manera, hacer los gestos de reverencia, es ser “hipócrita”, es malsano,
indecente y pueda de que sea una aptitud del propio pecado, de adoración
falsa, de oración de postración y un signo de engaño.
No importa que
venga de la jerarquía más encumbrada, nadie a nivel internacional nadie tiene
derecho a faltarle el respeto a los dominicanos queriendo meternos gentes enfermas
paciendo diversas patologías, sin modales, de costumbres raras, transportando
plagas, promover la importación de culturas, eso es pecado.
Recordemos que en la cronología de la Biblia dice que Abraham era un hombre de fe inquebrantable "cayó de
cabeza en tierra de rodillas y Dios le habló como los hermanos de José que
"se le inclinaron para mostrarle su respeto
y pedirle perdón, igual como lo hizo Moisés "que cayó también en
tierra de rodillas y se postró" ante el Dios de la Alianza.
Hasta la próxima
entrega……….
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