En Santiago Rodríguez hay historias y encantos, pero la gente esta desesperada.
Parque Juan Rosado Capellan.
Por Marcelo Peralta
La provincia Santiago Rodríguez es una tierra de héroes, heroínas, de acontecimientos
históricos, poetas, escritores, músicos, del tabaco, maní, casabe, capital del agua, jóvenes valerosos,decentes
y estudiosos, pero “muchos se quieren morir de “vergüenza” por la burla de
sus políticos del patio.
Referencia
de la casa del legendario poeta popular Josián
Espinal ubicada en la progresista comunidad de El Guanal.
Es el lugar con la tasa más baja de hechos trágicos y violentos en sus municipios
San Ignacio de Sabaneta; General Benito Monción y Villa Los Almácigos;
contrario a otros pueblos que “están de rodillas” por el auge delincuencial.
Rio Guayubin.
Santiago Rodríguez es la tierra de la “Cuna de la Restauración de la República”,
de la leche, ganado vacuno, del refresco, plástico, cuya población respira aire
puro a montaña, pinos, aromas, campeche, mango, naranja, guayaba, guanábana,
cajuil, donde al compás del alba se escucha el canto del ruiseñor, la tórtola,
la paloma y la tradición de que la vecina intercambia la comida con los platos
dentro de la “jigüera y la batea”.
Monumento Francisco Bueno Zapata.
Pero, sus carreteras transversales están inservibles como la que une a
San Ignacio de Sabaneta y el municipio de Guayubin provincia Montecristi que a
pesar de sus potenciales agrícolas y ganaderas, se torna infernal transitar por
ella, donde todos los gobiernos que ha tenido el país se han olvidado y tiene más
de 100 años sin ser acondicionada.
Monumento a Dario Gomez.
Desde San Ignacio de Sabaneta trayecto a las sierra intentar transitar
por esas vías hacia Mata del Jobo, Palmarejo, Maguana, Leonor, Cidra, Cidrita,
Cercadillos, Arroyo Blanco, Vallecito, Anicetal, Naranjito, La Pionía, es una “odisea”,
cuyos rubros agrícolas se pierden en los campos porque no hay forma de
transportarlos por medio de vehículos.
Obelisco a los forjadores de la Restauracion de la Republica 1863.
Por ese descuido gubernamental, se pierden cada año miles de quintales de
rubros agrícolas, parálisis en el intercambio comercial entre empresarios de
las provincias Montecristi y Santiago Rodríguez, estancamientos de proyectos y
otras “retrancas”.
El sacrilegio de transitar por la carretera de Zamba hacia Guayubin.
A pesar de todas esas riquezas, prevalecen los rostros compungidos de las
personas denotando tristeza a causa del engaño permanente y las cicatrices de
los políticos de los partidos tradicionales.
Debido a las
“estafas de los insípidos políticos” electos a cargos congresuales y
municipales imposibilitan que en el patio, ni las gallinas cacarearon ni los
perros ladra, porque hasta ellas han sido víctimas de las estafas políticas.
En campaña
electoral los políticos y quienes querían seguir “ordeñando la teta” prometieron
villas y castillas, llevaron aparatos para reparar caminos vecinales embobando
a los votantes y al terminar las votaciones se llevaron los equipos pesados.
Hasta la
media noche del 15 de mayo en toda la provincia era “bañada de petróleo”, música
con estruendosos y potentes equipos y el alcohol en la sangre vibraban en la
oscuridad del pueblo escondido en el centro poniente y los cuerpos de los “incautos”
para los aspirantes a cargos congresuales y municipales reconquistar sus votos,
pero sin “ofertas”.
El día 14 y
el 15 el dinero del pueblo corría descarriadamente por las manos de ciudadanos
que vendían su conciencia hipotecando su pudor, el derecho a elegir a mejor
representantes congresuales y municipales.
Hoy, quienes vendieron sus votos por la fría miseria de 200, 500, 1000 y
2000 pesos, que hipotecaron su conciencia, en la actualidad pueden ver la sala
de sus casas vacías, sin rastro para exigir soluciones a sus males más
elementales, sin alimentos ni siquiera para las “gallinas y la perra que ya no
pueden ni ladrar y ni cacarear”.
En su alrededor predomina la sombra cargada por la pena del suicidio político
que a 3 meses de haber vendido su voto y conciencia lamentan haber cometido
esos garrafales errores.
Es por eso que ya las gallinas y la perra no cacarean ni ladran, sus estómagos
están “secos” y otros, llenos de polvos levantados al paso levantando por los vehículos
al pasar por el frente de sus casas.
A muchos, persiste la resaca de los días 14, 15 y 16 de mayo pasado, aunque a tres
meses del “suicidio electoral” algunos lugareños siguen de fiesta.
San Ignacio de Sabaneta es la capital de la provincia Santiago Rodríguez, que
representa la mayor población votante y de menor tasa de sucesos, cuyo pueblo languidece
entre la miseria, abandono, olvido, desigualdades, con un hospital inaugurado
en la década del 1950 y sometido a colocarles “parches” convirtiéndolo en un “chiquero”.
En este pueblo que fue otrora del maní, tabaco y ahora es la de fomento a
la cría de ganado vacuno y extracción de leche que era un acuífero con
potencial millonario, sin embargo, lo azota el desempleo y desintegración familiar.
Por la inercia gubernamental, ya esta histórico y próspera provincia se
encamina a convertirse en una “aldea” y cementerio de gentes vivas.
Aquí las casas son viejas pero amplias, a sus alrededores hay grandes
árboles, dotadas de bancos comerciales estatales, privados, supermercados, iglesias
católicas, metodistas, evangélicas, cooperativas, hoteles, terminales de
autobuses, clubes sociales, escuelas, liceos, agencias telefónicas, emisoras y
un canal de televisión por el sistema de cable.
Aunque hay escuelas y liceos, sin embargo, en las calles y cuadras de
esquinas se perciben atmósferas tediosas, rutinarias, donde no corre aire puro
ya que en cada esquina hay suciedad por el descuido municipal, donde no hay
regulaciones, existen más bancas de apuestas de loterías que aulas para orientar
a estudiantes.
El silencio nocturno desapareció donde camionetas y jeepeta hacen sonar sus
estruendosos equipos de sonidos a cualquier hora la noche, la madrugada y los
camiones llenos de vacas arrojan el estiércol en las calles infectando el ambiente
sin importar horario sin que haya autoridad que corrija este mal, ya que parece
que todas están en “serie” .
El pueblo San Ignacio de Sabaneta vive como una zona sin luz y arropado por
la penumbra.
Este es un pueblo “huérfano
de autoridades y dolientes”.
Con hospital destruido que lejos de llamarse un centro para atender humanos, carece de condiciones para acoger a humanos.
Las autoridades nombradas en el sistema de Salud debian tener un poco de conciencia y renunciar masivamente de sus respectivos cargos para obligar al gobierno a cambiar su politica y mirar hacia esa provincia relegada y olvidada.
Con hospital destruido que lejos de llamarse un centro para atender humanos, carece de condiciones para acoger a humanos.
Las autoridades nombradas en el sistema de Salud debian tener un poco de conciencia y renunciar masivamente de sus respectivos cargos para obligar al gobierno a cambiar su politica y mirar hacia esa provincia relegada y olvidada.
Las calles de San Ignacio de Sabaneta están “cicatrizadas”
por el descuido y abandono a que las actuales autoridades las han sometidos.
Aceras a pocas distancias de la Alcaldía están malolientas
por la sangre y desechos de pollos que descarriadamente corren por los contentes
y llenas de hoyos que se tornan intransitables caminar por ellas.
Muchos residentes muestran inconformidad con la
desastrosa gestión perredeista, aunque por sus compromiso contraído a través de
recibir “dadivas” no se atreven a manifestar sus quejas públicamente.
Hay personas parejas que tienen hijos e hijas, no tiene trabajo, anda
batallando y buscando para el sustento de la familia sin perspectivas y a muchos
les “vergüenza” ir a la Alcaldía y a la Gobernación a pedir “ayuda” porque,
dicen que aunque sus incumbentes tienen buenas intenciones, no hay “nasa que
buscar”.
“Hace falta el trabajo para los muchachos, adultos y mujeres, por eso
es que hay muchos que piensan y cometen
loqueras en busca del dinero, porque desde el gobierno central no hay planes
para la provincia” dicen.
Dicen que el consumo de drogas persiste y crece en barrios marginales donde
están implicados jóvenes de distintas edades y residentes en barrios pobres y
se atribuye a la falta de
esperanza, aumenta el desempleo, hay desesperación por una vida mejor orillaron
a los hombres de esta histórica provincia.
Jóvenes de ambos sexos tienen sueños de tener un buen trabajo y una vida
próspera, sin embargo en la zona no hay oportunidades de “nada”.
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