Vanessa se gradúa de enfermera y estudia medicina en UTESA con 17 años y ayudar a niños pobres.
Vanessa Disla recibe titulo.
Por Félix Jacinto Bretón
DAJABON.-Vanessa Lismairy Disla García sigue…en busca de un
sueño! Con apenas 17 años de edad ya se ha matriculado en la sede de la
Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) para estudiar Medicina.
Desde el
lunes asiste a las aulas.
Pero hace tan solo algunos días que recibió su
título de Técnica en Enfermería en el Instituto Tecnológico San Ignacio de
Loyola (ITESIL), de esta ciudad fronteriza.
De la Asociación de Egresados de ITESIL había
recibido, en el pasado reciente, una placa de reconocimiento y un premio en
metálico “por su esfuerzo y dedicación para lograr el más alto índice académico
de segundo de bachillerato”.
Otro mérito que acumula, en su
joven vida, fue su participación en la Capital, en representación de esta
provincia, en el programa “Inteligencia Quisqueyana”.
Estuvo junto a otros jóvenes dajaboneros en esa
actividad y le correspondió el segundo lugar dentro de otras decenas de
participantes de todo el país.
“Fue una dura batalla porque había que
responder 80 preguntas”, recuerda esta joven con cara de adolescente y
orgullo de sus padres Carmen y Etragildo.
El sueño de VanessaDesde este lunes, 19 de septiembre, Vanessa
comenzó a asistir a la Universidad, en este caso la Tecnológica de Santiago
(UTESA), en su sede principal de la Ciudad Corazón.
Con sus 17 años, que todavía tiene, le faltan tres
meses para cumplir 18, se ha matriculado para estudiar medicina. A los 20 y
tantos, 23 o 24 años espera ya ser toda una profesional.
Ella tiene un sueño, y ha reiterado que lo
cumplirás, y es el de ser médica pediatra para atender a los niños de escasos
recursos de su provincia natal, donde hay mucha pobreza.
Años atrás, en un reportaje sobre esta
muchacha que publicamos en este mismo diario, ella había dicho eso mismo: Que
estudiaría Medicina para atender a los pobres.
En esta oportunidad ratificó ante este
redactor sus palabras. “Ese es mi sueño y lo cumpliré”, sostuvo Vanessa, quien
se define como una niña “dominico-cubana”.
Una historia interesante La corta de vida de Disla García está rodeada de
una historia interesante, a propósito de “lo de niña dominico-cubana”.
A esta hoy jovencita dominicana los médicos
cubanos, en una delicada operación de 7 horas, la rescataron de la muerte luego
de haber sido intervenida tres veces sin resultados y finalmente desahuciada en
este país.
El 15 de diciembre, de este 2016, Vanessa arribara
a un nuevo aniversario de vida y para ella y sus padres esto ha sido como “un
sueño” ya que los médicos dominicanos no pudieron extirparle un quiste
congénito escondido en el páncreas.
Esto la mantuvo “al borde de la muerte” ya que en
tres oportunidades fue intervenida quirúrgicamente en centros clínicos
dominicanos, pero sin resultados positivos.
El caso llegó hasta el conocimiento del
Comité Amigos de Cuba, que en esta localidad fronteriza dirige el activista
Claudio Távarez Belliard, quien sugirió llevarla a la isla socialista para que
fuera chequeada allá.
“Fue en Cuba donde le devolvieron la vida a
Vanessa”, aseguran con satisfacción y orgullo sus progenitores, Etragildo Disla
y Carmen García, dos humildes padres de familia de este pueblo limitrofe con Haiti.
Lo de Vanesa podría decirse que es casi un milagro
porque, recién nacida, fue la primera operación que se le hizo, pero sin ningún
resultado. Luego fue intervenida dos veces más y finalmente desahuciada por los
médicos.
La luz de la esperanza
La luz de la esperanza comenzó a brillar para ella
en junio del 2005, cuando se produce el viaje a La Habana, donde fue atendida
en el hospital pediátrico Willian Soler Ledea, donde fue inmediatamente
intervenida por un equipo de especialistas.
La operación fue completamente exitosa.
Vanessa
es salvada de la muerte”, dice su madre Carmen García.
Fue cuando la felicidad,
tras largos años de sufrimientos, retornó a su hogar y hasta el día de hoy, que
avanza a cumplir sus 18 años de vida.
Agradecidos de Cuba Sus padres no esconden su agradecimiento profundo
a Cuba y su Revolución, al igual que a los médicos y al presidente Fidel Castro
no solo por lo que hicieron con su hija, sino por la disposición de atenderla
en la isla, por cualquiera problema, hasta que cumpla los 18 años de edad.
Ella quizás es de las pocas niñas del mundo que,
incluso, ya tiene asegurada una beca para estudiar medicina en la Patria de
Marti cuando complete sus estudios en República Dominicana. Su aspiración es
convertirse en una médica pediatra.
“Yo quiero convertirme una doctora de verdad para
atender a los niños pobres de mi país”, se le escuchó repetir a todo pulmón,
con su carita de inocencia, a Vanessa, quien dice sentirse como una
“dominico-cubana” porque le pusieron, durante la operación, mucha sangre cubana.
Del Comité de Amigos de Cuba en el Noroeste, esta joven viene siendo como “su
mascota”.
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