Murió como vivió.
Richard Estevez
Por Marcelo Peralta
Tranquilo, apacible y gentil.
Diego Estévez “partiste de forma tan repentina que no tuvimos tiempo de decirte
adiós”.
Ruego a
Dios que te tenga en su gloria, mientras todos y todas tus familiares y amigos te
llevamos en el corazón”.
“Amigo, tu
partida deja muchas almas dolidas y corazones vacíos.
"Ese hueco que has dejado nada ni nadie lo llena".
Déjame
pedirte un último favor antes de que te lleven al sarcófago, de darnos fuerzas para superarlo todo esto con
resignación”.
Un amigo
es un confidente.
“Es un
cómplice de los actos positivos”.
Llamarse
amigo es lo más parecido a un hermano confiable.
Pero, en
ocasiones, los lazos de un amigo confiable son más fuertes que los de un
hermano nacido del mismo vientre de una madre.
Recuerdo
aquellos momentos de cuando tú era un mozalbete que me servía de “cómplice y mensajero”
para llevarle cartas a una joven de la cual quien suscribe estaba enamorado y
su madre se oponía.
Desafiaba
agua, sol, sereno, noche y vencía todos los obstáculos para cumplir esa imposible
y arriesgada misión.
Nunca
fallaste en servirme de especie de "tifón" y de "paloma mensajera", y eso se agradece.
Hoy que
la muerte nos separa, deja un vacío imposible de llenar dentro de mi alma.
Richard, te has ido a los pies del Creador dejándonos con los
corazones rotos.
Hacer
amigos como tú no es nada sencillo.
Conservarlos
requiere de mucho cuidado, cariño y comprensión, pero tú y yo lo logramos.
Nunca te
podré pagar aquellas proezas que hiciste cuando las más necesitaba.
Una vez
que llamamos a alguien “amigo” sabemos que por siempre ocupará un espacio en
nuestro corazón.
“Cuando se va a hacer el bien, el hombre debe tratar de ser semejante a Dios”.
“El bien de la
humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que
pueda, sin disminuir la de los demás”.
“Has
el bien, aunque te cueste parte de ti!. "Pero hazlo".
“No es necesario
ser rico para hacer el bien, ni ser pobre para recibirlo!.
Tengo como
premisa que a “quien no le he hecho un bien, mucho menos un mal”.
“A quien
no he saludado, es porque no he tenido la oportunidad”.
Hermano
Richard “que Dios te lleve al lugar que te ganaste en este globo terráqueo”.
“Comprendo
que no te has ido del todo”.
Tu
recuerdo en mí vivirá, porque te conocí desde que era niño que gateaba en el frente
de la casa de tu madre Regina Marte y de tus hermanos Nando, Clara, Fina,
Teresa, Rafaela y Guillermo.
Fuiste un
ser humano ejemplo de respeto, honestidad, dignidad y solidaridad.
Tu
sonrisa a carcajadas y a flor de labios, nunca se borrará de mi mente.
“Dios
tenía un plan diferente para ti”, sin embargo, te has llamado a sus pies.
Hoy que
ha requerido de tu presencia en el firmamento, ahora eres un “angelito” que
desde el cielo me has de cuidar, al igual que a tus demás hermanos y amigos.
Quiero
que sepas que tu ausencia deja un vacío imposible de llenar.
Como vecino
y amigos que fuimos, sólo tengo el consuelo de saber que partiste al cielo y
ahora descansas en paz.
Tú vas a la casa del Señor, mientras yo me quedo divagando en la tierra.
“Nunca
es tarde para recordar lo especial que fuiste”.
Conformidad a quienes dejas en la tierra.
¡Adiós
hermano Diego Estévez!.
“Hasta luego
Richard!.
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