Faltó tiempo para Don Joaquin Torres

Don Joaquin Dolores.

DATOS
Datos:Nace en el paraje La Guama, comunidad de Palmarejo, ubicada al Sur de la provincia Santiago Rodriguez, el 12 de julio 1934.Fueron sus padres Ramon Emilio Torres-Don Milito- y Maria Dolores Torres-Lola-.Estuvo casado con Luz Rodriguez, procreando a Nelson, Miledys, Iris, Gency, Bismark y Anderinis Torres Rodriguez.

Por Marcelo Peralta
A muchas gentes les faltó tiempo para continuar viendo su cuerpo inerte, como le faltó a él para seguir viviendo.

Las personas que asistieron a darle la mirada final no querían que se lo llevaran hasta el sepulcro.

Faltó tiempo a este ilustre sabanetero Joaquin Dolores Torres para que todos sus amigos, sus familiares, sus conocidos, le emitieran las palabras que querían decirle.

El cadáver lo habían trasladado desde Santiago donde dio sus respiros, luego de varios meses padeciendo quebrantos de salud.

Cientos fueron a despedirlo, junto a donde estaban familiares y subalternos.
Se congregaron cerca de la tumba fría donde hoy descansa el sueño eterno por la eternidad y dar su vistazo final.

Ha sido despedido por familiares y muchos amigos agradecidos, que decidieron llevar hasta la tumba.

Don Joaquin Torres, con su accionar como maestro, dirigente cooperativista, ciudadano ejemplar, padre de familia, consejero sin par, el pueblo demuestra el afecto que se gana en esta vida terrenal.

Al despedir sus despojos hablaron quienes fueron y eran sus amigos de ayer, hoy y de siempre.

Hablaron sus amigos, amigas y empleados con quienes trabajan en COOPSANO.

Don Joaquin Torres fue un hermano, un amigo, un dirigente, una autoridad que inspiraba respeto.

Hoy se ha ido a la tumba, cuando el día se eclipsaba, como se eclipsó su vida.

Todos sus familiares, amigos, empleados de Coopsano, pedían oraciones por el descanso eterno de su alma.

En el cementerio el magistral trabajo de Don Quique Perez, encargado de leer el panegirico y de Felix Tejada, del historial de Don Joaquin Dolores Torres, de sus hombres de confianza en la COOPSANO no tuvo desperdicios.

Engrifaron los bellos de todos los presentes.

Así, sencillamente así, queda demostrado un pueblo consternado, dubitativo y a ratos incrédulo, porque algunos aún no asimilaban que Don Joaquin Torres se había ido.

El pueblo clon sus ojos enmudecidos, despidió al dirigente cooperativista, al maestro de maestros, el hombre humilde, callado, silencioso, pero activo.

Ha caido su cuerpo al sepulcro en la cálida e intensa manana de este sabado 5 de abril, en el cementerio municipal de San Ignacio de Sabaneta donde estara protegido.

Dios que le buscaba, Don Joaquin Torres acepto, el mismo Dios lo protegera en su morada final.

Morir es solo cambiar de residencia.

Don Joaqun Torres, fue el dirigente cooperativista, el compañero, el amigo, el hermano, el hijo, el padre, el peleador por desarrollar un pueblo como San Ignacio de Sabaneta.

Este humilde hombre trabajando para el pueblo se convierte en el líder incansable, aun faltan términos con lo que le podriamos insertar muchos calificativos positivos.

Pero, todas las personas que, junto a la que hoy es su tumba, intervinieron antes de que su cuerpo fuera engullido por las frías y a veces calientes paredes que le habían preparado para su descanso eterno.

Tenía apenas 80 años de edad y, hasta hace poco, se lo había observado lleno de vida y con anhelos de volver a trabajar en la Cooperativa Coopsano, que era su segundo hogar.

Su lucha en la Coopsano no perecera, ya que siempre estaban insistiendo, gestionando, buscando lo que él consideraba lo mejor para su pueblo y para la entidad que él dirigía redoblaran sus esfuerzos para mantenerla activa.

Empleados de Coopsano asimilaron lo aprendido por el maestro Joaquin Torres.

Por eso es que se hacía difícil creer que ya no estaba activo.

Aun enfermo se preocupaba por el normal y eficaz funcionamiento de la que era su novia: La Coopsano. 

El epílogo de su muerte empezó hace tiempo cuando su enfermedad repentina le impidió continuar en lo que era su sueno como su cooperativa.

Pero un pueblo que cree, que tiene fe y que intuye que con la muerte de Don Joaquin Torres no termina su obra, sino que quienes estan al frente redoblaran sus esfuerzos para honrar su memoria sabían que aún faltaba algo por hacer y así lo hicieron.

Un gran número de amigos esperó su cadáver en su casa, de ahí lo llevaron al local principal de la Cooperativa y velado en el Club.

Hoy, desde ese momento, la casa donde vivió la mayor parte de su vida, estara asediada por quienes lo querían y darle a sus deudos la muestra de solidaridad por la partida.

El velorio, como era de esperarse, una multitud de personas, acompañaron masivamente a sus familiares en esa última velada en la que su cuerpo estuvo sobre la faz de la tierra.

El rito religioso, la última travesía desde El Guanal hacia el cementerio donde se le rindió el tributo póstumo final, como él se lo merecía, como él se lo había ganado en vida era interminable. 

Y, allí, en una tumba fría, cuando empezaba a cubrir el suelo sabanetero lo cerraron, lo ocultaron. 

Nada más que eso, porque para muchos, no se ha ido, no se irá, pues vivirá siempre en el recuerdo de sus familiares, de sus amigos y de todos quienes tuvimos el placer de conocerle y tratarle.

Adios Don Joaquin Dolores Torres.

Comentarios