Pese a sus grandes aportes, ni siquiera un callejon lleva el nombre de la familia Cepeda

Equipo para hacer bloks

Por Marcelo Peralta
San Ignacio de Sabaneta, R.D.-La llegada desde la ciudad de Santiago de los Caballeros al municipio de San Ignacio de Sabaneta de la familia Cepeda se convirtió en una real bendición para esta comunidad noroestana, sin embargo, ningún miembro ha sido tomado en cuenta para resaltar su grandeza para honrar su memoria.

El primero fue Polin Cepeda, cuyos oficios en principio fue la de maestro constructor, instalando una fabrica de blocks que sirvió de plataforma para que muchas personas se ganaran el sustento diario y otros aprendieran el oficio de albañilería.

Decenas de viviendas, templos católicos, áreas de la casa Consistorial, edificaciones publicas, privadas, deportivas, tanto en San Ignacio de Sabaneta y Monción,  fueron construidas con blocks de la fabrica de Polin  Cepeda.

Esa fabrica operaba en la calle Gregorio Luperon casa 12, donde vive Anita Torres, frente al local del Comité Municipal del PLD.

Entre las edificaciones en las que se usaron blocks de la fabrica de Polin Cepeda plataforma de la Casa Consistorial, en áreas del Hospital General Santiago Rodríguez, escuela Ana Joaquín Hidalgo, el local del Liceo Librado Eugenio Belliard cuando funcionaba en el Partido Dominicano, ocupado hoy por el Ayuntamiento Municipal.

Ademas, algunas partidas de blocks fabricado en la empresa de Polin Cepeda, fueron utilizados en construcciones de centros educativos ubicados en Sabaneta, Los Almácigos y Monción.
  
Cepeda vivió en la calle San Ignacio, casa 84 de esta ciudad, y tras un largo tiempo operando la empresa decide vender los equipos a Pedro José Espinal, quien la instala
en terrenos de su propiedad en las periferias del Hospital General Santkiago Rodríguez.

Don Polin Cepeda, además se ser un excelente maestro constructor, se granjeo el aprecio y respeto, llegando a ser regidor y nombrado Presidente de la Honorable Sala Capitular del Ayuntamiento Municipal de San Ignacio de Sabaneta.

El santiaguero se convierte en sabanetero de forma definitiva y fija residencia en la calle San Ignacio, casa 84 y se establece en 1947, donde contrajo matrimonio y forma una familia que permanece en esta demarcación.

Fue Polin Cepeda, quien dona los terrenos donde ha sido construido
El complejo deportivo Don Adolfo Baez y el bajo techo Chachito Carrasco, en el sector Los Tomines.

Cepeda era propietario de terrenos y ganado que estaban bajo el cuidado de Blas Torres, padre de una legión de jóvenes que con los pocos recursos que ganaba los invirtió y se formaron como maestros y maestras.

Entre los hijos de Blas Torres, figuran Onofre, Clemente, Benjamin, Petan, entre otros quienes se formaron como profesionales debido a la formación que este ofrece.

A pesar de esos aportes de Polin Cepeda, que engrandecieron a Sabaneta, pero ni un callejón lleva su nombre para honrar su memoria.


Todo el polígono de esos complejos deportivos y cientos de viviendas llevan el nombre de Villa Polin, e n honor a ese ilustre y ejemplar ciudadano Polin Cepeda, pero nada ha sido bautizado con su nombre para honrar su memoria, desprendimientos y esfuerzos.

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