Los ríos del Noroeste en la mira

Por aquí corría el río Gurabo, entre Los Quemados y Caimoní. 
Por Marcelo Peralta
mperiodista1958@hotmail.com

El Cibao, el Noroeste y la frontera son el centro de la producción agropecuaria del país.
Esta es otro foto del río Gurabo tomada el pasado sábado.
En la tarde llovió. En este pocito ganaderos colocan un cheque para
sacar agua y darle de beber a sus reses.

Por ende es donde hay grandes yacimientos de oro.

Es uno de los destinos del ecoturísmo de montaña.

Apetecido por muchas otras de razones.

Condiciones naturales de inmensa fertilidad agrícola y pecuaria.

Posee hermosas playas vírgenes.

Climas agradables.

Flora y fauna nativa.

Bosques milenarios y caudalosos ríos de aguas cristalinas. 

Una cultura de manejo natural, desde los albores de la República Dominicana.

A pesar de estas riquezas agrícolas han afectado el entorno natural en las zonas altas.

Sus efectos se ven mitigados por la diversidad de los cultivos que predominan en las diversas zonas.
Esta diversidad es porque exista una estabilidad en los climas bajos.

Estos factores, sumados a la actual área de bosques, ha logrado que sea apreciable el caudal de los ríos.

Esas aguas que históricamente hemos sabido utilizar para los diversos usos,  fuente de energía, agrícolas y ganaderos.

Los agricultores se dedicaban  al cultivo del café, actividad que dejaron hace muchos años.

En décadas proliferaban los aserraderos controlados por adinerados, para los años 70 fueron cerrados por el Presidente Joaquín Balaguer.

Estos aserraderos operaban con exceso de poder y sin criterios medios ambientales.

Con esos recursos naturales se hicieron millonarios muchos políticos.

Ese dinero iba destinado a los bolsillos de ricos y daban  "migajas" a los campesinos a pesar de que eran los reales y verdaderos dueños de los bosques.

Pero eso no ha cambiado mucho.

Estos abusos contra el bosques y los ríos se vienen cometiendo desde el nacimiento de la República Dominicana, generando la adopción de estilos de vida diferentes, que a la postre están dañando nuestro entorno.

La familia Mera encabezada por su pilar Alfonso Mera establecían aserraderos en lugares boscosos acabando con la reserva montañosa.

Los agricultores recibían “ñapa” de los grandes beneficios que recibía Don Alfonso Mera, dueño de los aserraderos.

Quienes han sido presidentes de la República han hipotecado nuestro país.

Ahí está el caso de la minera canadiense Barrick Gold que acaba con las reservas mineras del país y los recursos naturales.

Ahora se ha instalado en Restauración la empresa minera.

Otras se situarán muy pronto en Santiago Rodríguez.

Ya se les echa las miradas a San José de Las Matas.

Las ricas lomas del Cibao son blanco de los explotadores.

Ahora quieren tomarse los ríos y los bosques que otros supieron cuidar .

El objetivo es acabar con los bosques dominicanos y convertirlos en un desierto.

Quieren exterminar toda la Cordillera Central.

Acaso hay un país en el mundo donde halla explotación minera que sus habitantes sean ricos?.

El que tenga la respuesta que me la diga.

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