Los casos de Starlin Castro

Starlin Castro
Por Marcelo Peralta
Lo que está ocurriendo a alrededor del pelotero Starlin Castro es muy penoso, lamentable, vergonzante y triste.

Ya no hay discusión de que algunas de las personas que andan a su alrededor lo van a hacer fracasar.

Es que están poniendo su futuro en peligro, se evidencia, por las actuaciones y la consecución de los hechos.

Dos incidentes en días ocurridos, en dos ciudades diferentes en los que ha habido disparos y pérdida de una vida que no se recupera con todo el dinero que ha ganado y que ganara este el jugador.

Las pérdidas materiales se reponen, pero la vida, como ese lamentable hecho en Montecristi, tierra de nacimiento de Starlin Castro lo marcara para toda su existencia, y no solo a él, sino a su familia e hijos.

Hay un refrán muy popular que reza: Dime con quién ande y te diré quien eres.

Significa que su vida y profesión esta en un evidente marcada con tinta indeleble y que por las malas compañías que ha escogido llevara una “sombra durante toda su vida”.
Esas compañías, aunque son sus familiares encaminan al pelotero hacia un real y verdadero peligro, que por cierto resulta muy riesgoso que conviene una inminente revisión antes de que se convierta en una situación lamentable para su persona.
No tengo la menor idea de la clase de ser humano que es Starlin Castro, sin embargo, debe revisar quienes merodean a su alrededor, sin importar sus vínculos familiares.
No es la Policía ni la Justicia que debe ponerle “freno” a la vorágine y polvorín en que navega el joven pelotero, sino su propia conciencia.
El peligro lo está rodeando desde hace mucho tiempo por la clase de personas que ha escogido.
Ese peligro lo que está circulando a su alrededor y eso es un gran riesgo de que suceda algún mal a su persona.
Es evidente que alrededor de este brillante jugador de beisbol este sucediendo algo negativo que puede afectar su carrera, y eso tiene que detenerlo ya.
El pasmo con tiempo tiene remedio, antes de que la cura sea peor que la enfermedad.
El factor básico que debe  Castro cortar de ”cuajo” es la compañía que merodea su hábitat, sin importar los vínculos familiares.
Parece que detrás de este joven hay algunas personas “caras duras” que por andar “lambiendo tragos” y tumbando “polvos” no se dan cuenta que con sus acciones están dañado la imagen bien ganada por este muchacho y se la quieren dañar.
Es posible que esos “farfulleros” que orquestan esos tipos de acciones negativas repercutan  y deterioran su imagen.
A pesar de que el beisbolista los premia con dinero y dadivas para que comporten, jamás para dañar su bien  ganada reputación.
Es posible que todo esto esté ocurriendo por la sobreprotección que les da el mismo pelotero y los que andan con él en los centros de diversión.
Quiérase o no, esos tiroteos y esa muerte recae en la imagen Starlin Castro Tatis.
Esos jóvenes actúan de esa manera porque el jugador  les da dinero para que, algunos de ellos, sin importar su cercanía anden “lambiendo buenos tragos y comida de calidad”.
Y ha de esperarse que algunos de esos “lambones” se hacen la ilusión de que el dinero que gana ese pelotero les corresponden y andan “fanfarroneando y alardeando”.    
Eso lo único que da es pena y evidencia la mentalidad de las personas con acciones de esa índole.
 Cuidar la vida de un familiar, un amigo y una persona en particular famosa no es dando tiros ni matando ciudadanos indefensos, sino cuidando su integridad, pero con sapiencia.
Si ese comportando sigue, la vida de Starlin Castro Tatis se va a convertir en un desastre, similar a las de otros personajes dominicanos y extranjeros famosos.
Castro Tatis tiene que ponerse a revisar los factores que producen esos hechos.
Hay que revisar lo que está ocurriendo a su alrededor.
No es justo que esto ocurra, porque no se ha sabida que la vida del pelotero haya estado en peligro.
Ese comportamiento es factor de la fanfarronería y de la sobreprotección del mismo pelotero con algunos de sus familiares y “amigos”.
Los últimos incidentes en los lugares donde ha estado Castro Tatis han sido en centros de diversiones: En Santiago y ahora en Montecristi.

Habría que recordar aquella frase de Confucio: Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.

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