Qué clase de historia estamos enseñando en escuelas y colegios en Santiago Rodríguez?

 
Por Marcelo Peralta.

En mis periplos por universidades, restaurantes, gimnasios, cafeterías y cruces de calles en Santiago donde acuden jóvenes de ambos sexos de la provincia Santiago Rodríguez hace poco me sentí ‘‘ruborizado”, “estupefacto”, “plasmado” y todo lo que pueda añadirse por la falta de conocimientos de estudiantes universitarios y las lagunas que arrastran.

Pareciera que muchos al ingresar a las universidades carecen de un plan unitario a fin de tener un “mínimo” desempeño de la historia vernácula y de lo que significan las aulas superiores, el predominio de la disciplina que se enseña, la referencia al campo profesional para el que se forma, las estrategias de aprendizaje y estudio que le favorecen desde la enseñanza.

Muchos desconocen en lo más mínimo cuales carreras van a estudiar y los rasgos de las estrategias metodológicas de enseñanza utilizadas por los equipos de cátedra.

Conversando en “grupitos” ligados hembras y varones desconocen cuasi de todo lo relacionada estudio y al parecer todo le es ajeno en lo referente a las ciencias básicas, porque ni tienen ciencias, ni las bases, sino el poseer celulares de altas resoluciones y tecnología de último modelo.

Es como si a los estudiantes no se les está ofreciendo las oportunidades de hablarle de la provincia Santiago Rodríguez, que tiene tres municipios que son: San Ignacio de Sabaneta, General Benito Moncion y Villas Los Almácigos, evidenciando desconocimiento en gran parte de la historia surgida en las propias entrañas de su pueblo.

¿Qué están enseñando los profesores, de dónde sacan los libros para hablar de historia de la provincia Santiago Rodríguez?.

Estos estudiantes usan léxicos inapropiados, a granel están las faltas ortográficas, el expresarse desdice de los que los enseñan, no tienen hábitos de leer libros, carecen de disciplina a la lectura complementaria, rechazan leer periódicos, revistas e incluso, ni siquiera los letreros publicitarios endosados en las paredes para orientarse mejor hacia donde caminan.

En los “humildes liceos” de nuestra provincia parece que a los estudiantes no les ensenan nada, salen sin formación en cultura general, materias básicas, deficiencias que se detectan en las universidades donde muchos están pasillando y haciendo creer a sus padres y sustentadores estar estudiando y al final, ahí se descubren los engaños y las tremendas “frustraciones”.  

Hay ocasiones en que sin identificarme que soy nativo del municipio San Ignacio de Sabaneta hago la pregunta de: ¿Por qué tiene el nombre de Santiago Rodríguez y quién fue ese personaje?”.

La consabida respuesta le podría causar hasta náuseas a cualquier nativo que conozca la respuesta real y verdadera.

La impresión general es, que muy pocos estudiantes que vienen a las universidades saben describir la historia de su provincia y muchos se embriagan en los placeres, vanidades e ilusiones de las grandes ciudades y al final, de la jornada terminan cayendo en el limbo y desastre emocional.

A veces me pregunto si esto es con la historia de su pueblo ¿Qué será con la de la República Dominicana?.

Se impone hacerle un desafío a las escuelas y colegios de la provincia Santiago Rodríguez y como un llamado de alerta a los padres indagar lo que reciben sus hijos e hijas en las escuelas para que al llegar a las universidades vengan formados y “curtidos” de conocimientos.

Resultaría trascendental que desde el Ministerio de Educación y de sus funcionarios en la provincia Santiago Rodríguez se revise a profundidad lo que se está enseñando en el sistema educativo, porque lo que se ve en la actualidad es un “desastre”.

Es bueno colegir que funcionarios, profesores, padres, madres y tutores hagan un análisis de lo que es y lo que no es necesario en la impartición de la historia en esta provincia.

Todo el engranaje educativo tiene que empeñarse en que los alumnos deben salir de las aulas formados y que se conviertan en su mejor propaganda y no en su mayor descrédito.

Debemos aportar todos los nativos de esa provincia a fin de luchar y tratar de sacarla de la ignorancia, proyectar que es la “Cuna de la Restauración”, sus hechos históricos, riquezas naturales, laboriosidad, hospitalidad de sus habitantes y sus potencialidades.

Sin importar las diferencias y resquemores que puedan existir entre algunos ciudadanos y debemos dar a conocer la historia de nuestro pueblo, hechos y epopeyas plasmadas en libros de recientes publicaciones de trascendentales contenidos por la calidad y conocimientos de sus autores.


Debemos hacer como dicen los cubanos: “La piña es agria, pero es nuestra”.

Comentarios