Problemas grupales sacuden electoralmente A Seccional Colegio de Periodistas en Santiago
El cintillo fotográfico está compuesto por el secretario
general de la Seccional Santiago del CDP, Ramón Paulino, Tony Rodríguez,
Perfecto Martínez, Juan Bonilla, Juan Carlos Bisonó y Luís Céspedes Peña.
Santiago, R.D.-La forma torpe como es dirigido el Movimiento Marcelino Vega,
en la capital, parece abocar a ese grupo a una nueva división, especialmente en
Santiago, donde las diferentes fuerzas internas, aliadas a otros grupos
externos, están promoviendo un conjunto de alternativas.
Mientras que el
poderoso sector dirigido por Tony Rodríguez y Nelson Peralta, parece estar
decidido a no participar en las venideras elecciones del Colegio Dominicano de
Periodistas (CDP).
Los problemas a lo
interno del Movimiento Marcelino Vega, podrían brindarles una victoria segura a
los candidatos del Movimiento
Convergencia y otros grupos aliados.
Los grupos que
discuten diferentes fórmulas para los comicios del CDP, plantean, de manera
separa, la presentación de candidaturas nacionales independientes o una
propuesta nacional a uno de los sectores que tienen mayor incidencia electoral.
Entre los cabezas
de grupos que se están reuniendo, por separado, figuran perfecto Martínez, Juan
Bonilla, Juan Carlos Bisonó, Ramón Paulino, Luís Céspedes Peña y Pablo
Aguilera. Martínez es el presidente de la Fundación Milenio.
A los
marcelianistas lo que más les molesta es que en dos elecciones consecutivas del
CDP, los dirigentes nacionales no convocaron a Santiago, sino que siempre
“bajan” a los candidatos escogidos por ellos, lo que-de hecho-mantiene la
crisis que podría originarle la derrota a ese Movimiento.
En las elecciones
pasadas, sin que se ordenara votar en
contra, sino una abstención de 60 miembros y dejando libres a los electores, el
Marcelino Vega perdió las cuatro planchas en Santiago, porque a Ramón Paulino,
para la Secretaría General, se le postuló por consenso, a pesar de que es un
marcelinista.
Eso mismo podría
ocurrir con Juan Carlos Bisonó para la Secretaría General en los venideros
comicios. Ya la totalidad está apoyándolo para ese cargo. Hay que esperar la
postura que asumirán Tony Rodríguez y Nelson Peralta, a quienes la dirección
del Marcelino Vega, ni por contraía, les comunicó el día que sería escogido el
candidato a la presidencia del CDP, Olivo De León.
Entre los marcelinistas,
el problema no es que de León sea el candidato, sino que la mayoría de los
santiagueros sigue entendiendo que la actitud de la dirección de ese grupo fue
anti-democrática, en virtud de que había otros aspirantes a la misma posición,
pero la dirección nacional convocó a algunos dirigentes ignorando al liderazgo
de Santiago, donde votarán más de 400 miembros, tomando en consideración la cantidad
total.
En la capital
circularon rumores de que Mercedes Castillo, ex presidenta del CDP, podría ser nominada para presidir al Instituto
de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), pero eso la obligaría, por asunto
ético, a renunciar de la pensión que tiene del gobierno obtenida a través de
ese gremio.
Todo parece indicar
que los venideros 15 días serán decisivos para la toma de decisiones en torno a
las candidaturas del CDP.
La situación que se
presenta apunta a una victoria del Movimiento Convergencia, que no tiene 50
votos duros en Santiago, pero que podría aprovechar la división que hay en el
Movimiento Marcelino Vega. Si las fuerzas marcelinistas, incluyendo a Tony
Rodríguez y Nelson Peralta, conjuntamente con el sector que oficialmente
representa Perfecto Martínez, se unen en
torno a una propuesta nacional, no hay forma de vencer a ese sector, aunque las
posiciones divergentes de éstos son,
gremialmente, muy fuertes.
Si nace una nueva
fuerza, integrada por marcelinistas, de Convergencia y de los grupos más nuevos
del periodismo, la situación se le pondría muy difícil a los dos sectores más
poderosos que hacen vida en el CDP, aunque el más afectado sería el Movimiento
Marcelino Vega. El problema es que los directivos del Marcelino Vega no se
atreven a visitar a los santiagueros, los cuales están rebeldes, pero que
tendrán que hacer, aunque sea con la cara envuelta en una funda.
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