500 años de deforestación en República Dominicana
Ramón Ureña
Por: Ing. Ramón Ureña Torres, Director Cibao
Central del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, empresario y
experto en asuntos municipales y medio ambientales.
En el Consejo
Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) desde su fundación hemos mantenido una
coherente y sostenida política de preservación y cuidado del Medio Ambiente.
Como
parte de ese proceso, dentro de la
óptica del CRD, por medio de este trabajo, hacemos algunas
reflexiones sobre la situación del Bosque en la República Dominicana y su
devastación histórica.
En cualquier país
medianamente organizado, el cuidado, la preservación y el respeto a los
recursos ambientales forma parte de la estrategia de desarrollo de esa nación.
Esa protección se
hace mediante leyes regulatorias que son aplicadas con rigor cuando se cometen
infracciones a las mismas.
República Dominicana
no es una excepción en este aspecto y desde hace décadas ha promulgado leyes
que propenden a la protección de los recursos naturales, especialmente los
bosques.
Al ser nuestro país
parte de una isla con una cobertura boscosa cada vez más reducida en la parte Oriental
de la misma y casi nula en la parte Occidental
(República de Haití) es lógico que el Estado sea el garante de la protección de
los escasos recursos forestales que disponemos.
BREVE HISTORIA DE LA DEFORESTACION EN LA ISLA
La deforestación como
negocio se inició en la Isla La
Hispaniola desde los tiempos de la colonia.
La exportación de madera
preciosa hacia Europa en los siglos XVI, XVII, XVIII y parte del siglo XIX fue
una de las principales fuentes de riqueza de la antigua colonia de “Saint Domingue ” en lo que es hoy la República
Haitiana.
Esto, unido al desarrollo y expansión de la industria azucarera,
constituyeron las principales causas y el origen de la enorme deforestación
imperante hoy en esa Nación hermana.
Desaparecida la
industria azucarera, después de las devastaciones y destrucción de los medios
de producción que trajo consigo la Revolución Haitiana de 1804, otras fueron
las causas que profundizaron la destrucción casi total de la cobertura boscosa
en esa vecina Nación: La Desolación y la Pobreza Extrema que generaron las
devastaciones citadas, dejaron los Bosques aún existentes a la merced de las
masas empobrecidas, que hicieron de la leña y el carbón su único medio de vida.
Así ha sido hasta nuestros días.
LA DEFORESTACION DE LA PARTE ORIENTAL DE LA ISLA (República
Dominicana)
El hecho de que la Parte
Oriental de la isla (La Colonia Española
en la Isla Hispaniola) fuese menos desarrollada que la colonia de“ Saint Domingue ” o Colonia Francesa,
preservó a la hoy República Dominicana, de la deforestación masiva de sus bosques.
En los siglos XVI,
XVII, XVIII y parte del siglo XIX , en esa parte de la isla no se produjo el
desarrollo de la Industria Azucarera como la que se realizó en la Colonia
Francesa, ni se desarrolló la ganadería para la venta de cueros a Europa.
El profesor Juan Bosch en sus obras “ Composición Social Dominicana ” y “ De Cristóbal Colon a Fidel Castro ”,
establece que, en esa época mientras en la hoy República Haitiana se contaban
hasta 500 ingenios o trapiches que producían mieles y azúcar; en la Parte Oriental
de la Isla apenas existían unos 18 establecimientos de esa naturaleza.
Pues al
no existir desarrollo y estar prácticamente despoblada no se generaba demanda y
al no existir colonos con mentalidad comercial, como eran los franceses, no sabían
comercializar ni siquiera el único recurso que teníamos en esa época, que eran
los inmensos Bosques Vírgenes.
Es así como en los
finales del siglo XIX y principio del siglo XX, la ya República Dominicana, aún contaba con una
cobertura boscosa de un 70% de su territorio, aunque ya en el siglo XVIII se
había iniciado el corte de árboles para dedicar la tierra al cultivo del tabaco
para la exportación y a la ganadería y la Industria Azucarera que comenzaban a nacer en la parte Oriental de la
isla.
Este es el origen de
importantes fortunas de familias, que hicieron así su acumulación originaria de
capital y que hoy siguen siendo muy poderosas en nuestro país.
La Paz de Ryswick (Ciudad Holandesa) firmada entre España y
Francia en 1697 fijó los límites de la frontera y dividió la Isla en dos partes:
la Occidental (Saint Domingue Francés)
y la parte Oriental (Santo Domingo Español).
Los dos siglos que
seguirían a ese acontecimiento serían testigos de grandes acontecimientos en la
Isla de Santo Domingo, que marcaron su historia, e iniciaron un proceso de
desarrollo material y económico que, unido a un incremento significativo de la
población, iniciaría el proceso gradual de explotación de los recursos
madereros que se exportarían hacia Europa y para habilitar terrenos para la siembra
masiva de Caña de Azúcar así como los hatos ganaderos en la parte Occidental de
la isla.
La segunda mitad del
siglo XIX y la primera mitad del siglo XX es el periodo del desarrollo y expansión
de la Industria Azucarera del país y de la tala comercial de los bosques
en la República Dominicana.
A partir de
la primera invasión norteamericana en 1916 fue que se introdujo un Modelo de Desarrollo basado en estas
actividades.
Gracias a la apertura
de carreteras, la construcción de puentes y la organización de un Catastro
Nacional de las tierras, las compañías extranjeras comenzaron a llegar al país
y a establecer la Industria Azucarera con métodos que no se habían conocido antes
en la isla.
Así surgieron los grandes Centrales Azucareros que utilizaban la máquina
de vapor que sustituían los bueyes en la molienda de los antiguos trapiches y requerían cada vez más y más caña y se desmontaban cada vez más áreas para
dedicarlas a la siembra de la misma y utilizar los arboles para alimentar las
calderas de los ingenios y como “ traviesas ”para para las vías férreas
en expansión.
Paralelamente al
desarrollo de la industria moderna de producción de azúcar utilizando la tecnología
disponible, surgieron los aserraderos en la República Dominicana. Como hemos
citado, la Invasión Norteamericana de
1916 preparó el ambiente adecuado para estos fines.
Para 1930, al inicio
de la “Era de Trujillo, la
cobertura boscosa del país aún era de alrededor de un 70 % , esta fue la más complaciente para el
desarrollo de esta industria y de la deforestación masiva del país.
El corte fue tan intenso que
ya para el 1960 según el informe de la OEA, los bosques en el país habían
reducido a un nivel de alrededor de un 11.5 %.
Agotados los bosques
en la parte llana, se inició la penetración en las cuencas de los grandes ríos
dominicanos, hospederos de grandes macizos boscosos, principalmente de Pino
Occidental o Criollo, ricos en resinas y de una alta calidad maderable.
Es así como en apenas
3 a 4 décadas virtualmente se agotó el Bosque Dominicano, por lo que a Trujillo,
además de los tantos títulos otorgados, debió designársele como Padre de la Deforestación de la República
Dominicana.
JOAQUIN BALAGUER Y EL CIERRE DE LOS ASERRADEROS
La deforestación alcanzó niveles tales, que en 1966 a
la llegada del Dr. Joaquín Balaguer al gobierno, la OEA y otros organismos
internacionales, alarmados con la devastación a que habíamos llegado,
intervinieron a favor del Bosque Dominicano y plantearon una serie de medidas
que debían tomarse desde el Gobierno Central.
La estabilidad que
encontraron en el gobierno recién instalado y la confianza que les inspiraba, permitió
proponer al gobierno la introducción y puesta en marcha de una Política de Protección al Bosque Dominicano,
que frenara de golpe la comercialización de los mismos en los niveles que se encontraba.
Para lograr estas
metas, era necesario establecer un nuevo
marco legal; crear instituciones y organismos que antes no existan en el país
y que se tomaran medidas de fuerzas para lo cual se necesitaba mucha voluntad política,
que el Dr. Joaquín Balaguer no dudó en demostrar tener.
Es así como bajo la asesoría
de la OEA, se decreta el cierre total de
todos los aserraderos del país; se promulga la ley de regulación forestal y
se crea la Dirección General de Foresta y se pone ésta bajo la Dirección de las
Fuerzas Armadas para que fuese la encargada de hacer cumplir dicha ley; se trabajó
en la formación del personal humano que serian los encargados del cuidado y
fomento de la Silvicultura como
actividad para el desarrollo de los bosques dominicanos; en 1967 se inaugura la
primera Escuela de Silvicultura del país
en Jarabacoa, encargada de formar los Técnicos o Peritos Forestales que se diseminarían
por todo el país, poniendo en práctica una nueva visión para el manejo de los
Bosques.
Esta escuela hoy se
conoce como “ La Escuela Ambiental ” y
aun funciona en Jarabacoa y ha formado miles de Profesionales Forestales.
Pero casi medio siglo
después de haberse tomado estas medidas, la deforestación en el país no ha cesado; los aserraderos volvieron, esta vez
con más tecnología y con modernos equipos; el
hacha que cortaba en forma lenta los troncos de pino fue sustituida por
modernas sierras manuales que en 30 segundos echan al suelo troncos que
tardaron 80 años en desarrollarse.
Tan perjudicial
situación, ha sido el mal producto de haberse creado en el año 2000 todo un
marco legal y técnico por medio de la ley 64-00 de Medio Ambiente y Recursos
Naturales, para justificar el nuevo paradigma mediante el cual se deforesta el
país, contraviniendo así las saludables
estrategias formuladas por el Consejo
Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) por medio de su dirección técnica,
tendentes a la preservación de los recursos naturales y
el desarrollo medio ambiental de la República Dominicana.
Ramón Ureña Torres,
Director Cibao Central del Consejo Regional de
Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, empresario y experto en asuntos municipales
y medio ambientales. Tel. 809-244-5496. Correo:crdnordeste@yahoo.es
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