El Mirador
Por Luís Céspedes Peña
Una postura correcta de la OCDE.
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tiene razones suficientes cuando
le dice a los 20 países más ricos del mundo, que el progreso basado en desigualdades no es sostenible.
Pero es que no hay forma
de que el desarrollo pueda ser sostenible, cuando la mayoría de los
trabajadores estatales de Iberoamérica gana salarios cuatro y cinco veces menos en comparación con el gasto
de la canasta familiar.
En ningún país de
Iberoamérica hay un salario mínimo que llegue a los 10 mil pesos mensuales.
Hasta donde conocemos, Costa Rica es la nación donde el salario mínimo es mayor y llega a los
9,598 pesos. Luego le siguen Venezuela con un salario de 7,421 bolívares y
Honduras con 7,419 lempiras.
En Argentina el salario
mínimo para el trabajador es de 6,060 pesos, el de Nicaragua es de 4,729
córdobas y el de República dominicana 5,117
pesos.
Con esos pagos salariales ninguna economía puede ser sostenible. Eso no
quiere decir que en los países integrantes del Grupo de los 20, no haya problemas.
En Estados Unidos, para sólo citar a una
nación, la diferencia está en que la mayoría de pobres cuenta con el apoyo del
Estado. Siguen como pobres, pero mínimamente conservan sus alimentos para
sobrevivir.
El problema de las
naciones industrializadas es que ellas deben ganar más dinero fuera de sus
territorios para poder cubrir sus déficits y eso genera males económicos en los
países en desarrollo donde éstas actúan.
Las masivas
importaciones generan desequilibrios en las balanzas comerciales, pero casi
siempre hay que hacerlas, debido al déficit, especialmente de alimentos, que
tiene la mayoría de países en desarrollo.
Hay países que dicen que
sus economías están en crecimiento y es verdad, pero el problema está en que el
Producto Bruto Interno (PBI), que significa todo lo que se produce en una
nación, siempre abarca la mediana o gran producción. ¡No se mide el crecimiento
de las operaciones de los pequeños negocios!
Para que se pueda lograr
una economía estable, hay que motivar el crecimiento de las pequeñas industrias
u otros sectores del género. En nuestro país hay cada día menos tierras
fértiles para el cultivo de plátano, batata, yuca, arroz y otros alimentos,
debido a que éstas se están utilizando para el desarrollo de urbanizaciones.
Entonces no es casual
que un plátano cueste más de 20 pesos. Se requiere de la aplicación de
políticas que incentiven la producción agropecuaria y garanticen que las
tierras fértiles no serán usadas para “sembrar” varillas y cemento. ¡Tamboril,
Moca, Licey al Medio, La Vega y Santiago, son malos ejemplos de la política de
varilla con cemento en tierras fértiles!.
No es verdad que si el
gobierno de turno construye escuelas en los campos, centros asistenciales,
deportivos, facilita los créditos a los productores pequeños o medianos, carretas
para sacar a los grandes mercados los productos y busca la forma de llevarles
electricidad, no es verdad que la mayoría de sus habitantes va a abandonar esas
zonas. ¡Sólo lo hacen si son olvidados!
Pero para eso las grandes
naciones deben contribuir facilitándole esas labores a los gobiernos más
pobres. ¡No es con discursos bonitos que esas cosas se solucionan, sino con
hechos!.
Pero los gobiernos en
desarrollo también tienen que aplicar políticas que ayuden a mejorar las condiciones
de vida de los más necesitados, como son los pequeños créditos, como lo está
haciendo el Presidente Danilo Medina en todo el país.
¡Eso dará buenos resultados! Hay que hacer
pequeñas cosas como es poner a funcionar al Instituto Nacional de
Estabilización de Precios (INESPRE), para combatir la especulación y disminuir
los costos a favor de los consumidores. ¡INESPRE parece estar cerrado!.
En Estados Unidos
funcionan los precios topes para los productos, pero en nuestra nación no. Es
por esa razón, aunque los especulares no lo quieran, que el gobierno debe poner a funcionar, tipo Estados Unidos, al
Instituto Nacional de Control de Precios. ¡Los consumidores son más que los
especulares!.
Eso evitará que
productores, como los avícolas de Moca, vuelvan a sacrificar más de dos
millones de pollitos bebés para evitar que el precio de la libra de carne baje.
Pero si no matan los pollitos, disminuyen la producción. ¡El país espera que el
Presidente Danilo Medina tome esas medidas! ¿Por qué? Por el bien de todos.Gracias por leernos.
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