Ríos en Santiago Rodríguez agonizando y nadie se apiada de ellos.



Por Marcelo Peralta
Los ríos de la provincia Santiago Rodríguez están como un enfermo agónico sin que haya ciudadanos alguno que se apiaden.


La deforestación, la extracción indiscriminada de materiales de construcción y la contaminación están acabándolos de matar, sin que se vislumbren acciones concretas para salvarlos.


Las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no hacen nada, pareciendo que su misión es la de autorizar permisos para el corte árboles y acarreo de madera beneficiando a los ricos y políticos; mientras marginan y niegan el derecho a los agricultores de beneficiarse, a pesar de que son ellos los verdaderos dueños, guardianes y protectores del bosque. Los ríos existen, cada vez que viene el Día del Árbol donde hay funcionarios del Medio Ambiente que van de “alcahuetes” a realizar de forma “cínica” jornadas de reforestación, de limpieza en sus riberas y al siguiente dia autorizan cortes indiscriminados del bosque.


En la República Dominicana hay que aplicarse la expresión del poeta Héctor Incháustegui Cabral, nativo de  Baní, provincia Peravia en el Sur del país, cuando dice que no hay “Patria sin ríos”.


Los dominicanos conscientes y que tenemos dos dedos de frente debemos saber que tenemos grandes retos pendientes, tanto en el presente como en el porvenir, que hay que hacer un “alto” en el camino, tratar de detener las depredaciones y hacer los esfuerzos posibles que detenga esa práctica y retomar los programas de reforestación en las cuencas altas, donde el daño ha sido mayor.


Jamás debemos olvidar que muchos ríos quedaron afectados por la tala para obtener madera, la ganadería de montaña, que hay que reforestar las cuencas a fin de que haya agua.La imprudencia ciudadana conlleva a llenar de basura las riberas de los ríos y convertirlos vertederos, sin advertir que cerca y lejanos viven más ciudadanos a quienes les contaminan el agua.


Las acciones desaprensivas del hombre determinan que hayan desaparecidos ríos, arroyos, lagunas, manantiales y escorrentías, que han venido a dañar el hábitat natural de aves silvestres y de los humanos lo que nos acarrea daños.


Los ríos de la Región Noroeste, donde antes había abundante pesca, se han reducido y en algunos casos son apenas senderos de piedras que lo único que da es deseo de llorar.


La pesca que se hacía en ríos Yaguajal, Guayubin, Inaje, Cana y otros desapareció hace muchos años, lo que eliminó una fuente de ingresos para cientos de personas de la ciudad y zonas adyacentes.


Ya no se habla de la jaiba, el dajao, el sago, los camaroncitos rojos, color oro y negro.


La irresponsabilidad de la política trazada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales provoca que los ríos en la provincia Santiago Rodríguez estén en agonía, sin que alguien se apiade de ellos.


A pesar de la rampante gravedad del corte de arboles y la contaminación de esos ríos,  especialmente el Yaguajal que bordean la ciudad de San Ignacio de Sabaneta ha generado serios problemas de salud entre quienes viven en sus riberas, por los criaderos de moscas, mosquitos, cucarachas, gusanos y otros insectos que pululan por doquier.


Este rio ha disminuido su capacidad porque los residentes de sus inmediaciones descargan decenas de toneladas de basura doméstica, sin incluir los residuos de plaguicidas usados en el proceso productivo agrícolas.


Hay numerosos ríos con sus cauces disminuidos y otros que van camino a secarse porque los bosques que protegían sus cuencas fueron destruidos por el hacha.


Es triste y penoso el panorama que se vislumbra en la provincia Santiago Rodríguez porque la sequía influye en la reducción de sus caudales, resultaría necesario, entonces, reiterar que muchos han sido dañados por la deforestación, extracción de arenas y materiales para la construcción han dañado y siguen acabando con los ríos.

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