A 34 años del suicidio del Presidente Antonio Guzmán.
Antonio Guzman.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-Treinta y cuatro años hace que el
Presidente de la República, agrónomo Silvestre Antonio Guzmán Fernández se
suicidó en plenas facultades de su gestión.
Además de agrónomo, empresario y
político dominicano, Guzmán Fernández ha sido presidente de la República
Dominicana de 1978 a 1982 que instauró la democracia, sacó los presos políticos
de la cárcel y permitió el regreso de los exiliados que habían provocados los
gobiernos de Rafael Leónidas Trujillo Molina y Joaquín Balaguer.
Había
nacido el 12 de febrero de 1911 en la ciudad de La Vega en el Cibao Central y
su tragedia fue el 4 de julio de 1982 en la ciudad de Santo Domingo, cuando,
supuesto, disgustado por algunos malos manejos de colaboradores suyos en el
tren gubernamental y diferencias políticos con dirigentes de su propio partido
una noche decidió poner fin a su vida dándose un balazo en la cabeza.
Llegó al poder el 16 de agosto de 1978 y
el desenlace fatal se produjo el 4 de julio de 1982.
Era esposo de Raneé Klang, quienes procrearon
a tres hijos.
Pero en 1978, el pueblo dominicano se cansó de
las atrocidades de Joaquín Balaguer por los crímenes y desapariciones y con rabia y decisión el país asistió a las urnas para
quitarse de encima al Gobierno de los 12 años del doctor Joaquín Balaguer, en
cuyas gestiones se produjeron asesinatos, desapariciones y se deportaron
decenas de jóvenes que no comulgaban con los lineamientos del sistema.
Al presentarse las elecciones, el
pueblo, desafiando a los verdugos y llenos de cambios y con ansia propia desde
los clubes, grupos estudiantiles, sindicatos y entidades de la Izquierda,
reclamaba justicia, libertad y paz para cada ciudadano nacido en la nación
dominicana.
El gran favorecido con esa
decisión del pueblo dominicano fue el empresario santiagués, Silvestre Antonio
Guzmán Fernández, quien había sido funcionario del Gobierno Constitucional de
la República en Armas, que lideró el líder de la Revolución de Abril del 1965, coronel
Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Tan pronto asumió la presidencia
el 16 de Agosto de 1978, don Antonio Guzmán Fernández inició un proceso de “despolitización” de las
Fuerzas Armadas y la Policía, delineó políticas para del desarrollo agrícola,
nacionalizó la empresa minera La Rosario y promulgó la Ley de Amnistía, que
permitió la libertad de los presos políticos y que permitió el regreso de
decenas de exiliados políticos del régimen criminal del balaguerato.
Sin embargo, a 43 días para terminar
su mandato lleno de éxitos y logros muy difíciles de no reconocer por la
reacción rancia del país, la madrugada del domingo 4 de Julio de 1982, se pegó
un tiro en la cabeza en su despacho del Palacio Presidencial, quizás preso de
la desesperación que estaba viviendo en ver a parte de su familia y allegados
envueltos en actos de corrupción, que la justicia aún no ha cobrado.
Un hombre de la estatura
administrativa y de justicia de don Antonio Guzmán Fernández, es merecedor de
mejores reconocimientos del pueblo dominicano, jamás provenientes de su amado
Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que en las últimas elecciones vendió
al mayor postor sus principios revolucionarios y de liberación, que fueron su
norte desde su fundación en el 1939.
Aun a 34 años de esta tragedia no
se sabe a ciencia cierta las causas que
indujeron a Don Antonio Guzmán Fernández a cometer el hecho conmoviendo
al país y al mundo hasta donde se conocía a República Dominicana vía
diplomática.
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