Nacimiento de San Ignacio de Loyola.
San Ignacio de Loyola.
Por Marcelo Peralta
Hoy 31 de julio de 1556 nació en Roma, el padre San Ignacio de Loyola.
Su nombre de
pila era Íñigo López de Recalde.
Fue un militar y luego religioso español
donde surgió como un líder tras la Contrarreforma.
Hasta su muerte mantuvo su devoción a la Iglesia Católica donde se
caracterizó por la obediencia absoluta al Papa.
San Ignacio de Loyola actuó con fervor y energía durante su vida
inspirando a grupos a los que formó.
Fundador de la Compañía de Jesús y su
primera dedicación fueron las armas, siguiendo la tradición familiar.
En la
guerra de Pamplona contra los franceses en el 1521 resultó gravemente herido de lo que motivó y cambió
por completo de orientación.
Este hecho le cambio la vida y se decidió
a consagrarse a la religión y a la lectura de libros piadosos durante su
convalecencia
Al hacer penitencia y
oración en Montserrat y Manresa empezó a elaborar el método ascético de los Ejercicios espirituales para el año
1522.
San Ignacio de Loyola,
peregrinó a los Santos Lugares de Palestina la noche del 1523.
De regreso a España
comenzó a estudiar para poder afrontar mejor su proyecto de apostolado en las
universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y París.
Las primeras actividades de San Ignacio de Loyola difundiendo el
método de los ejercicios espirituales le hicieron sospechoso de heterodoxia.
Una vez en la comunidad Castilla fue apresado, procesado, se le
prohibió la predicación e interrumpió sus estudios.
Ya en
París, Francia San Ignacio de Loyola donde se graduó como maestro en Artes, consiguió
reunir un grupo de 6 compañeros a los que comunicó sus ideas y con los que
sembró el germen de la Compañía de Jesús, haciendo juntos votos de pobreza y
apostolado en la Cueva de Montmartre.
Ante la imposibilidad de marchar a hacer vida religiosa en
Palestina, por la guerra contra los turcos, se ofrecieron al Papa Pablo III,
quien les ordenó sacerdotes en el año 1537.
San Ignacio
de Loyola fue un consagrado maestro, los años de su vida la dedicó el
apostolado de la enseñanza, el cuidado de enfermos y la definición de una nueva
orden religiosa.
En su honor en la República Dominicana hay templos religiosos, centros
educativos, pueblos y calles llevan su nombre.
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