Los gordos están pasando por un viacrucis en República Dominicana.
Santiago, R.D.- A los
gordos, los choferes que cubren las diferentes rutas en el transporte urbano y
el interurbano rehúsan montarlos, porque ocupan mucho espacio, fuerzan más las
máquinas y pagan el mismo valor del
pasaje que los delgados.
Se establece que el aumento de la
obesidad en la República Dominicana es un hecho, especialmente en Santiago y
las subzonas.
En ese renglón, se incluyen a mujeres de origen haitiana
en que una gran cantidad de ellas se dedican a la venta de vegetales y frutas.
De regreso a sus barrios, las haitianas que se
abastecen de productos diversos en el Mercado Hospedaje Yaque, además de ser gorda,
su equipaje consiste de dos poncheras, sacos que deben introducir a los baúles de
los carros, y otro ingrediente que se añade es el quebrantamiento del ambiente.
La presencia de las personas obesas se hace cada vez más frecuente en la ciudad de
Santiago.
En
las tiendas, supermercados, farmacias, las personas obesas van en aumento.
Pero,
otros obstáculos que confrontan las personas gordas es que acuden a las tiendas
en busca de comprar ropas a sus tallas sin que puedan hallarlas.
Otros
casos son los de ir a los restaurantes; abordan guaguas en que los asientos no
son tan espaciosos creando una gran pesadillas para quienes van a sus lados.
La
peor pesadilla para los gordos es cuando van a abordar un carro del transporte urbano
cuando estás lloviendo en la ciudad.
Una
señora que iba en un carro y el chofer le pidió que por ocupar espacio debía
pagar el doble que es 50 pesos, pero la dama reacción y dijo: Yo no estoy gorda
por placer; yo no disfruto ser el centro de atención; yo estoy enferma, pero,
en la sociedad de hoy en día, ni el Gobierno, ni las personas me tienen en
cuenta para adelgazar.
Muchas
madres cuyos hijos e hijas están matriculados en escuelas donde funcionan las tandas
extendidas, están muy preocupadas, porque dicen que allí consumen alimentos que
los están engordando.
Hay
estudiantes, hembras y varones que son catalogados con sobrepeso después de
estar en la modalidad de las tan das extendidas.
En
los mercados de pulgas de los jueves que se realiza en la parada Siete entre
Santiago y Villa González, el mercado de los sábados en Cienfuegos, las filas
son enormes de hombres y mujeres gordos buscando vestimentas de tallas grandes,
porque dicen que han llegado ahí por el descontrol alimenticio, que algunos
atribuyen a la ansiedad.
Sin
embargo, es evidente la ausencia de tallas grandes.
Las
personas que están en sobrepeso siempre andan sudorosos y dando muestra de
cansancio.
Para
los gordos y gordas hay pocas opciones donde comprar ropa, con una tarifa
diferenciada, acostumbrada a escuchar a los choferes de carros públicos decirle
gordita pégate como anoche.
Algunas
se quejan de que antes era una sociedad que no se molestaba, no obstante, hoy
se ha carcomida por el odio, el desinterés y la burla hacia los que son
distintos.
Una
dama molesta exclamó: “soy negra, soy gorda, ante Dios yo
valgo igual que tú, dijo a un chofer de la Ruta F”.
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