Por la salud del pueblo, motivar a los buenos.
Por: Ramón Antonio Veras.
I.- Conversando con algunas de mis nietas
1.-
Los raros momentos que tengo para hablar
con algunas de mis nietas, los aprovecho para conversar con ellas sobre sus
estudios, béisbol, la realidad del país y con respecto a cualquier asunto que ya he abordado por medio
de mis cotidianos escritos, publicados en diferentes medios de comunicación del
país.
2-
Precisamente, hace unos días, con motivo de exponer públicamente mis ideas con
relación a la salud y las empresas aseguradoras, una de mis descendientes me preguntó
si creía que el pueblo sacaría algún provecho de mis mensajes.
3-
A la inquietud de mi nieta le respondí diciéndole que para cosechar y llegar a
recolectar, hay que esparcir las semillas en la tierra, o lo que es lo mismo,
hay que lanzar las ideas para que prendan, enganchen en la conciencia de las
masas populares.
4-
Lo que tenemos en el pensamiento, las ideas, se materializan cuando se
convierten en herramientas necesarias para con el accionar de las fuerzas
motrices que las hacen suyas, producir los cambios perseguidos.
5-
Pero las transformaciones no se producen en el espacio de tiempo que así lo
deciden aquellos que las impulsan y necesitan, sino cuando se combinan factores
que hacen posible la renovación social.
II.- Cómo se desarrolla la lucha
política y social
6.- La lucha de los pueblos por
alcanzar sus objetivos políticos y sociales, no se desarrolla en forma rectilínea,
sino ondulada, como moviéndose en zigzag.
7.- De igual manera, los oprimidos no
logran sus reivindicaciones de un momento a otro, sino que precisan
acumular fuerzas, para luego obtener en un día, los reclamos que han
hecho durante veinte años.
8.- Las grandes mayorías nacionales
dominicanas, tienen muchas cuentas por arreglar con sus adversarios
nativos y extranjeros, y no lograrán el saldo en un abrir y cerrar de ojos,
como tampoco será muy prolongado el tiempo.
9.- Aunque el proceso de liberación
nacional de nuestro pueblo ha sido truncado en su curso, no hay duda que
llegará a su final por entero, y esperamos que sea lo más temprano
posible. Mientras tanto, hay que continuar accionando, para que las
pequeñas conquistas formen parte de la consecución de la victoria final.
10.- En el accionar político, por
muy diminuto que sea un éxito, a la postre sumado a otros, se comprueba su
enormidad. Lo importante es que los pobres se sacudan, moviéndose en diferentes
escenarios como dueños de su propio destino y confiando en sus
fuerzas y en las de sus más consecuentes dirigentes.
III.- Motivar a los buenos para defender la salud del pueblo
11.- A los sectores, clases y capas
sociales que en una sociedad injusta son víctimas de las iniquidades, hay
que alumbrarlos, instruirlos para que aprendan a moverse en defensa de sus
demandas; darles luz para que salgan del oscurantismo a que han sido condenados
y luego alcancen la claridad.
12-
La desesperación no favorece el accionar de los oprimidos, por lo que no es
correcto forjarles falsas expectativas que luego les motivan fallidas
ilusiones.
13-
Los pueblos no deben ser orientados para que políticamente procedan dando saltos
para caer en el vacío. Se les guía a los fines de que ejecuten lo que es
alcanzable, no hacia lo que necesariamente concluye en un fracaso.
14-
Sería una pura ilusión pensar que el pueblo dominicano, va a lograr en un santiamén
modificar la ley que pone su salud bajo el control de las aseguradoras.
Semejante pretensión debe ser el resultado de un conjunto de fases sucesivas,
de un proceso.
15.-
Se impone utilizar los medios adecuados para que las masas populares, se
apoderen de la idea de que a ellas y a nadie más corresponde reclamar algo a lo
que tienen derecho, a disfrutar de salud garantizada por el Estado dominicano.
16.-
La brega reivindicativa por la sanidad popular, no tiene que ejecutarse a toda
máquina, de prisa y corriendo, como tampoco pausadamente.
17.-
No se ejecutan las demandas populares por el deseo desesperado de un
politiquero que se mueve presuroso en busca de lo suyo. Las tareas políticas
con sentido de pueblo, hay que llevarlas con buen tino, prudencia y suma
cautela para evitar errores fruto de la falta de tacto.
18.-
Se impone hacer hincapié en el orden de que es un objetivo a cumplir, un
compromiso social, cívico y ciudadano, defender el derecho a los servicios de
salud, y que sea el Estado el verdadero guardián de la sanidad pública, y no
que propicie el desamparo.
19.-
Alrededor del derecho del pueblo a la salud, debidamente protegida por el
Estado, hay que aglutinar; unificar a mujer y hombres sensibles; juntar a los
sectores identificados con las causas justas.
20.-
Convencer a las personas físicas de sanos sentimientos, es un trabajo a
realizar que se logra sin mucho esfuerzo, aunque no de repente, ni de la noche
a la mañana. A los buenos no hay que darles mucha mente, como tampoco se
convencen de sopetón.
21.-
Sensibilizar para que el pueblo esté sano, unificar para que nuestros
compatriotas permanezcan fuertes, como un roble. Hay que mover a las buenas
voluntades.
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