Navidad es especial y es magica.


Por Marcelo Peralta.
Desde niño me inculcaron en el hogar materno que la Navidad es una de las épocas más hermosas del año.

Que es un tiempo especial para disfrutar junto a tus seres queridos.

Recordar y agradecer la llegada de otro año más de vida.

Lo importante no es un regalo, sino el hecho de estar unido.

El día de la Navidad es especial y es mágico.

La navidad es muy importante para la familia.

Es la única fecha que impera el núcleo familiar.

Unos viajan de un lugar a otro a la cena, colocar adornos, escuchar música, compartir hay que eso es tradicional.

Tristemente la mercadotecnia logra su cometido en las fiestas y se ha perdido mucho la esencia original para las nuevas generaciones.

Se enfocan en las "posadas" que solo son borracheras, los intercambios de regalos, el vestido, los zapatos que me voy a poner.

Depende de los adultos, los que aun disfrutan de las tradiciones, inculcar ahora a sus a mantener y conservar éstas costumbres.

El nacimiento del Niño Dios, pasear a los peregrinos, la cena familiar y tantas cosas hermosas que nos llevan a la esencia real de estas fiestas, pero en los últimos años se ha ido perdiendo.

Lo básico se impone ahora, y es el de fortalecer el amor y la unión familiar.

Es imperativo que cada familia con sus tradiciones y sus posibilidades a luchar por preservar la armonía para que no haya disgregación y lamentaciones.

Ahora muchos hablan del marketing, del consumismo en la Navidad, pero toda persona es libre de actuar y de ofrecer productos para quienes quieran tenerlos, lo que se interpreta como sistema de democracia.

Lo que debemos hacer es no dejarnos seducir por ese consumismo.

Todos somos responsables de luchar para evitar que nos persuadan para llevarnos a consumir más de lo que  no debemos.

La esencia tiene que ponerla cada uno de los seres sensatos.

No permitamos que nos manipulen, ni fastidiarse porque otros consuman más.

Porque vendan más, cuando una persona está segura de lo que quiere y desea conservar.

La esencia de la Navidad, nada ni nadie debe contaminar el espíritu de cada ser.

Muchos se ilusionan con el árbol de Navidad.

Antes todos en la casa trabajábamos construyendo este arbolito, buscando dentro de los montes en los campos entre los arbustos más copiosos.


Hoy día, el consumismo nos lleva a entender que ahora los venden en las tiendas preparados para enchufar y funcionar como "amalgama de colores".

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