Pedro Juan Diloné: Personaje peculiar.


Pedro Juan Diloné.

Por Marcelo Peralta
San Ignacio de Sabaneta, R.D.- De ser un alumno travieso, carismático, bocón, inquieto, amistoso y hasta esconder los útiles escolares a sus compañeros.

Gesticulando el dedo hacia el partido politico en el que siempre estuvo y montado en su inseparable motocicleta.

En la escuela José   María Serra se ganó el mote de “roba chivo” ya en tiempos de exámenes era, natural que al ir un poco “vacío” a las pruebas y como él casi no estudiaba en los resúmenes algunos estudiantes llevaban a escondidas de los maestros algunos “apuntes”.

Pedro Juan en un banco del Parque Juan Rosado Capellan vestido de militar. Foto cedida por Dariel Rodriguez.

Si Pedro Juan se daba cuenta del fraude de algún compañero se acercaba al pupitre y le robaba los “chivos” y después que copiaba, bien o mal su contenido en la hoja del examen, retornaba el mismo al autor del fraude y delataba ante el maestro a su compañero.

Aqui, Pedro Juan vestido impecable.

Tras chivatearlo, Pedro Juan Diloné ese personaje muy diferente a todo el país, amenazaba a sus compañeros ante los demás, sin embargo, lo hacía de manera “coercitiva”.

Con distintos cuentos e historias, mediante las cuales fungía a especie del lobo protagonista principal, solo eran especies de socialización con sus peculiaridades, que a la postre tenía el objetivo de sacar ventajas ante los demás y obtener buenas notas.

En el sector El Tamarindo donde se formó en el seno  familiar muy respetable con su padre Don Emilio Diloné a la cabeza, Pedro Juan creó  su imagen.

Algo quedó claro en la historia de Pedro Juan Diloné que era su jocosidad, ciudadano valorado, trabajador, lleno de honestidad, buen padre, amigo entrañable, fiel, cabal y responsable.

Aunque no llegó a ser profesional, no obstante, mantenía a su familia con el trabajo informal.
Para él no había labores difíciles que no las encarara.  

Haber estudiado junto a este humilde muchacho de barrio era una experiencia con el que más había que sentirse identificado.

Sin adornos, sin exageraciones, sólo experiencias y emociones, el trabajo de la maestra y de la directora del plantel donde estaba matriculado era constante para poder controlarlo.

Las vivencias de su personaje y las atmósferas que se crean en torno a él eran frecuentes y constantes de su padre Emilio Diloné que con su calma y acostumbrado sombrero color blanco debía presentar al centro educativo a escuchar las quejas del alegado mal comportamiento de su hijo.

Pero, todo quedaba en presiones entre todos y todas por lo escurridizo que era ese muchacho inquieto.

“Lo que quería Pedro Juan era, al parecer, siempre, mostrar hegemonía ante maestros y compañeros de estudios, pero no pasaba más de ahí”.

El reflejar ese deseo de ansiedad buscaba retribuir a su entorno era  poder, hacer y tener algo que llamara la atención.

En su juventud y la adultez trabajar en lo que tenías y podías a fin de poder sobrevivir y contribuir a la formación de su familia.

Su vida fue trabajar y en la política partidista era el buscar referentes que les pudieran servir para entrar en la palestra pública y aprovecha la mejor forma de cultivar amigos.

Cine
En el cine de Edda de dona Celita y el maestro de música Don Juan Rosado Capellán los domingos en el “Matiné” era un verdadero espectáculo, ya que había que dejarlo entrar porque nunca tenía un “chele” para pagar la entrada.

Las discusiones “sanas” eran su pasión.

Compañeros de estudios:

En el Nivel de Básica fuimos compañeros de estudios cuyos maestros eran Isabelita Then, Emilia Estela Vargas y Eurípides Zapata.

La comparsa éramos Pedro Juan Diloné, Eugenio Bourdierd-Chocolate; Pedro José Peña, Américo Rouseurox Hernández, Santiago Toribio -Chago; Berta Bourdierd, Cecilia Sánchez, Blanco Gómez, José Reyes, entre otros.   

Y jugamos "pelota" juntos donde hoy esta construido el Comedor Economico y en la escuela Jose Maria Serra.

Estos tiempos fueron inolvidables y de épocas que cada vez que solíamos juntarnos las recordábamos.

Otro ejemplo en la búsqueda de referentes, es el hecho de que todos los dias en los bancos del Parque Patria hoy Juan Rosado Capellán era notoria su presencia enrolado en las discusiones políticas y sociales.

En la persona de Pedro Juan no había quien se salvara de cuestionamiento, y era el hombre mejor informado de los hechos y consecuencias ocurridas en la ciudad.

Te gritaba mil palabras en fracciones de segundos a fin de neutralizar cualquier conversación que no era de su conveniencia, transformando el monólogo en una especie de rap.

“Lo que quería Pedro Juan no era enemistades, sino sobreponer y mostrar poder y persuadir al adversario gratuito, siendo al poco rato acercarle y abrazarlo”.

Era un hombre amistoso y desinteresado.

Por su estilo colorido y recargado, en ocasiones se enfrentaba a un desafío político con la finalidad de romper con el tono de los demás, pero con una posición sencilla para mantener las relaciones amistosas y armoniosas.

La historia de Pedro Juan está interpretada no sólo por sus vivencias del retorno, sino que también por la forma campechana, jovial y sincera de su personalidad.

Pedro Juan era rico en la cultura pueblerina y el valor del conocimiento en la sociedad en la que vivió.

Con él existen pocos personajes en su estirpe.

Estableció una dupla personalidad que pasaran muchos años igualarla.

Era muy respetuoso y cuando cometía un error en las diatribas políticas trataba de enmendarlo  mediante la excusa.

Su idea era respetar eso, y por eso se creó este personaje, que entraba en todos los escenarios, cantaba en todas las “fiestas” quien hacía de especie de garzón.

Pedro Juan era una mezcla de tratar de diferenciar los personajes, ya sea vocalmente o físicamente.

A pesar de las diferencias de los personajes, en el caso de este hombre humilde y meticuloso, aunque desaparezca físicamente seguirá siendo el mismo travieso callejero, trabajador insuperable y ciudadano ejemplar.

¡Hasta luego!.

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