Hace más de 400 años que dominicanos viajan a Estados Unidos.
De acuerdo a la Pew Research Center, una institución dedicada a
la investigación social establece que en el año 1990, por ejemplo, el número de
dominicanos inmigrantes en los Estados Unidos era de 382 mil 977 personas.
Diez años más tarde, en el 2000, se había incrementado en un 86
por ciento, para llegar a 710 mil 200.
Para el 2013 había experimentado un nuevo crecimiento de 85 por
ciento, para alcanzar la cifra de 982 mil habitantes.
Ahora bien, en el caso de los nacidos en territorio
estadounidense, de padres dominicanos ha sido espectacular.
En los últimos 25 años, esa población se ha incrementado de
manera más intensa y acelerada que la de los inmigrantes, con lo cual se ha ido
creando un nuevo perfil de los dominicanos en los Estados Unidos.
En 1990, el número de descendientes de dominicanos nacidos en
los Estados Unidos era tan sólo de 203 mil 723.
En el año 2000 había pasado a 400 mil 221, lo que
representa una ampliación de 97 por ciento.
Lo singular del fenómeno, sin embargo, es que para el 2013 había
vuelto a más que duplicarse, para alcanzar una cantidad cercana a las 900 mil
personas.
Todo eso equivale a decir que del millón 800 mil dominicanos residentes
en los Estados Unidos, cerca de la mitad es de inmigrantes, pero la otra parte
es de hijos de dominicanos nacidos en territorio norteamericano, y la
proyección es que en el futuro estos últimos serán más que los primeros.
La migración dominicana
La migración dominicana hacia los Estados Unidos se ha realizado a través de distintos momentos o períodos históricos, que tienen su origen en el siglo XVI.
En efecto,
desde esa época, ya tan remota, hubo migrantes que salieron desde la Capitanía
General de Santo Domingo en ruta hacia la Nueva España, compuesta en la
actualidad por territorios como la Florida y Luisiana.
Se considera que la primera
persona de lo que posteriormente sería la República Dominicana, que migró,
fuera de Nueva España, hacia lo que también con el tiempo se convertiría
en los Estado Unidos, fue un marino mercante de nombre Juan Rodríguez.
Se afirma que éste llegó a
la isla de Manhattan en el 1613, hace algo más de 400 años desde su lugar de
origen en Santo Domingo, siendo no sólo el primer dominicano, sino el primer
latino en establecerse en lo que hoy es parte de la ciudad de Nueva York.
La migración dominicana
hacia los Estados Unidos continuó a través de los años.
Según una investigación
realizada por la Doctora Ramona Hernández, Directora del Instituto de Estudios
Dominicanos de CUNY, hay una ola migratoria dominicana hacia los Estados Unidos
que ha sido olvidada.
Se trata de la que tuvo
lugar entre 1892 y 1924, en la que más de 5 mil dominicanos entraron a
territorio norteamericano a través de Ellis Island, donde se localiza la
Estatua de la Libertad, en un momento de predominio de la migración europea.
No obstante, fue a partir de
la década de los sesenta, luego de la muerte del dictador Rafael Leónidas
Trujillo, cuando se inició el flujo migratorio masivo de dominicanos
hacia los Estados Unidos.
Eso se
intensificó luego de la Revolución de Abril de 1965; los años 90, cuando arribó
la mitad de los que hoy es el territorio norteamericano, tras la crisis
económica de finales de los 80 y el pesimismo sobre el futuro del país, luego
de las elecciones de 1990.
En términos geográficos, la
mayor concentración de dominicanos en los Estados Unidos está en 5 estados de
la costa Nordeste, que son: Nueva York, con cerca de 700 mil habitantes; New
Jersey, con más de 200 mil; Florida, con más de 180 mil; Massachusetts, con
cerca de 110 y Pennsylvania, con alrededor de 65 mil.
En el condado de Manhattan,
en la ciudad de Nueva York, los dominicanos constituyen el grupo hispano más
numeroso, y el barrio de Washington Heights es considerado como el corazón de
la comunidad dominicana en los Estados Unidos.
En reconocimiento a eso, se
produjo el musical de Broadway, In The Heights, del dramaturgo puertorriqueño,
Lin-Manuel Miranda, ganador de los premios Tony y Grammy Award.
Por supuesto, en Manhattan,
en Nueva York muchos dominicanos residen en el Bronx, y en menor medida en
Queens, Brooklyn y Long Island.
A New
Jersey, el mayor número se concentra en Paterson, Jersey City, Passaic, Newark
y Perth Amboy.
Además en las ciudades de
Boston, Lawrence, Providence, Miami, Orlando, Tampa y Filadelfia.
De igual
manera, empiezan a crecer poblaciones dominicanas en los estados de Maryland,
Georgia, Carolina del Norte, Virginia, Ohio, Texas y California.
Perfil
socioeconómico.
Tal vez el
mayor aporte que realizan los dominicanos residentes en los Estados Unidos a República
Dominicana, sea el envío de remesas a sus familiares, amigos y allegados.
Las remesas empezaron a
fluir, de manera gradual, desde la década de los setenta, y de acuerdo con
datos suministrados por el Banco Mundial, ya para el 2012 la República
Dominicana estaba recibiendo de su población en el exterior 3 mil 600 millones
de dólares, equivalentes al 6.9% del Producto Interno Bruto.
Esa suma equivale a la
tercera fuente de mayor importancia en la economía dominicana para la
generación de divisas, luego del sector exportador, 15.2% del PIB, y de
turismo, 7.9%.
Pero, de
manera sorprendente, constituye un medio de captación de recursos superior a la
inversión extranjera directa, que para la misma época representaba 3 mil 100
millones de dólares, o 5.3 por ciento del PIB.
A pesar de su significativa
contribución a la economía nacional, la situación de los dominicanos en los
Estados Unidos no es particularmente halagüeña.
El ingreso
promedio anual, para los de 16 años de edad en adelante, es de apenas 20 mil
dólares.
Eso es
inferior al de los demás grupos hispanos en el país, y por supuesto, al de la
población norteamericana, cuyo ingreso promedio cada año es de 30 mil dólares.
El número de dominicanos
que vive en situación de pobreza es de 28%, mucho mayor que el promedio general
de la población estadounidense, que alcanza el 16%.
Los que
disponen de hogar propio es nada más un 24%, frente a los demás grupos
hispanos, que es de un 45%, o el de la población norteamericana, que
asciende a 64%.
Sólo un 10% de los
dominicanos adultos habla inglés con fluidez.
Pero entre
el núcleo de los inmigrantes, es sólo un 3%.
Eso está
por debajo del promedio de los demás grupos hispanos, que es de un 25%.
Pero si eso ocurre con los
adultos, con los jóvenes es al revés.
Una
mayoría de 57% de dominicanos de 5 años de edad en adelante, tiene pleno
dominio del inglés.
Un 17%,
a partir de los 25 años de edad, ha obtenido un título universitario. Pero,
entre éstos, los nacidos en los Estados Unidos son más proclives a obtener
dicha titulación que los inmigrantes.
Todo lo anterior pone de
manifiesto la evolución que en los últimos tiempos ha experimentado la
presencia dominicana en los Estados Unidos. De una comunidad pobre y marginada,
cada vez más se trata de una población joven, bilingüe, bicultural, con mejor
preparación académica y una mayor tendencia hacia la integración con la
sociedad norteamericana.
Todo eso nos obligará, con
miras al futuro, a repensar y a redefinir las relaciones entre la República
Dominicana y los compatriotas de la diáspora, sobre la base de una alianza
estratégica fundamentada en los valores del patriotismo, la solidaridad y el
desarrollo sobre la base del beneficio mutuo.
Comentarios
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Saludos.
Mi blogs tiene problemas e ignoro las razones