Voces y ecos.La mano izquierda
RAFAEL PERALTA ROMERO
Hace tiempo que he oído y aceptado que la mano
derecha lava la izquierda y que entre ambas lavan la cara.
Es verdad, pero incompleta,
pues la izquierda también asea a la otra.
Me convenzo de la injusticia y
mezquindad con que es tratada la mano izquierda, ahora que siento su ausencia,
aunque temporal.
No se trata de que mi izquierda se haya
sublevado como una provincia que se proclama independiente.
Lo ocurrido es comparable más bien a un territorio que ha
quedado aislado por la caída de un puente o un desplome de tierra, lo cual hace
imposible el acceso.
Entonces ese
territorio es y no es del país.
Alguna gente hace ejercicios de escritura con la
izquierda como prevención de un mal de estos tiempos.
Debe ser difícil. Pero mi
experiencia reciente me indica que no se trata de cómo escribir con la mano
izquierda, sino de cómo hacerlo sin ella.
¿Cómo usar el teclado sin la izquierda?
Con ayuda de otras manos.
Para el aseo personal, como para vestirse y
desvestirse, la mano izquierda juega el mismo rol que la derecha.
Para
afeitarse, por ejemplo, la izquierda recorre la cara aplicando la crema y
detrás pasa la derecha arrastrando la navaja.
Luego corresponde a la izquierda acariciar el rostro para detectar restos
sobrevivientes.
Muchos creen que la izquierda sólo sirve para
coger un objeto del que se sospecha intención maligna.
Esta actitud podría
obedecer a la prevención de preservar la derecha evitándole el efecto del hechizo, pero tal vez
corresponda a la creencia de que tomarlo
con la izquierda encierra un resguardo.
Quien tenga la mano izquierda cubierta por un
yeso o un vendaje, aunque solo se haya lesionado el meñique, no podrá
enjabonarse la axila derecha ni asir la toalla por los dos extremos para
moverla sobre la espalda como hacen los limpiabotas con el paño de lustrar el
calzado.
A la hora de comer sabrá lo engorroso de hacerlo con una sola mano.
El menosprecio de la mano izquierda ha sido tal, que también ha
venido a llamarse “siniestra”, sinónimo de desgracia, malas intenciones;
mientras que “diestra”, aplicado a la derecha, significa hábil, experto en
algo. “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio,
chorro,…”, según dice el viejo tango
Cambalache.
A los que viven de aplaudir les recomiendo
presentar un certificado médico si su izquierda resultara lesionada, pues la diestra no puede
hacer por sí sola este trabajo.
Cuando falta la izquierda es que se entiende a
conciencia su valor.
Solo estando “en licencia” no sabrá la mano izquierda lo
que haga la derecha.
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