Vendedores haitianos irrespetan áreas. Se cree hay permisividad de autoridades.


Ropero improvisado por haitianos en la avenida Francisco del Rosario Sánchez frente a la casa de Don Pedro José Báez y a pocos metros del Hospital General Santiago Rodríguez.
Por Marcelo Peralta San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodriguez, R.D.- No es que se trate de la época, sino de la irresponsabilidad de autoridades que no les duele el irrespeto e imposición en la importación de cultural extrañas que vienen a suplantar a las existentes en la República Dominicana.

Los haitianos sin ningun pudor se instalan donde les venga en ganas.
Una de las instituciones culpables de que impere esta suplantación de la Soberanía Nacional son las que administran el municipio, actualmente llamada La Alcaldía, otro modelo del extranjerismo banal.
Otra escena en la misma avenida. 
La Alcaldía tiene un departamento de Medio Ambiente y el Estado tiene otro y con esta tienda de ropas usadas traída desde Haití dentro de sapos, fundas plásticas, tiradas en la gramas, en las aceras, en el suelo en inadecuado ambiente es pregonada entre las narices de las autoridades.

Otra dependencia que es incapaz de frenar ese aspecto de mal gusto es el  Ministerio de Salud Publica que tiene un departamento de Epidemiologia para el control de enfermedades de transmisión sexual y tampoco hace nada, cuando en realidad esa ropa debe ser analizada antes de salir a las calles. 

El viernes el Ministerio de Salud Publica, una campana como plataforma de tomar las medidas necesarias de seguridad contra las enfermedades de Transmisión Sexual VIH-SIDA y la Sífilis Congénita, sin embargo, permite la venta de “trapos” que no reúnen las condiciones de salubridad para ser comercializada. La apertura de esa campaña en vez de concitar el respaldo colectivo, fue bombardeada por las críticas ya que estuvo “plagada” por la improvisación.

Fue programada para las 10 de la mañana, según la agenda y comenzó a las 11:23 minutos AM. a parte de las fallas en la conducción y la presentación publicitaria.

Para muchos, la apertura de la campana no concito el impacto anhelado, porque aunque los dueños de Radio Zamba y Zumba, donde existen programas que divulgan consecuencias noticiosas en ambos medios de comunicación, fue cuasi nula la presencia de los trabajadores de la prensa.

Para llamar la atención de este importante proyecto, hizo un simulacro en el lanzamiento de la campana contra las Enfermedades de Transmisión Sexual del VIH-SIDA y la Sífilis Congénita, sin embargo, permite en sus narices la venta de ropas usadas y, por lo general, contaminada que llega a Haití como donaciones procedentes de las potencias extranjeras.

las del Ministerio de Medio Ambiente estarían siendo "cómplices" y se evidencia se han dejado ganar la batalla de haitianos que importan su cultura hacia sin ningún pudor en detrimento del entorno.En la reata de la avenida Francisco del Rosario Sánchez en las periferias del Hospital General Santiago Rodríguez, sin miramiento y ante el peligro de provocar accidentes fatales haitianos y dominicanos han improvisado tiendas para la venta de ropas usadas.

Escenas fotografiadas en plena avenida Francisco del Rosario Sánchez, sin prevenir el peligro de provocar accidentes automovilísticos, se improvisan hileras de ropas que atan a los arboles destruyendo las gramas que embellecen esa zona. Los haitianos y haitianas se colocan en cualquier lugar, aprovechando la incapacidad de las autoridades, que es lo que se evidencia, y en todo el polígono del municipio de San Ignacio de Sabaneta, las autoridad parecen que les arrancaron los "ojos" que interceda y frenen estas repugnantes y denigrantes escenas.Parece que las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente gubernamental y el Municipal no les duelen las destrucciones, transmisión de enfermedades y desnaturalización del entorno que no interceden. Roperos son observados en todas la ciudad donde las autoridades debían intervenir para preservar las zonas de uso público destinadas a cuidar el verdor. Las autoridades que muestran indiferencia ante ese drama para imponer el reglamento de zonificación y urbanización del plan de desarrollo urbano, sino que permiten que esos fenómenos crezcan en sus propias "narices" y los haitianos y haitianas se burlen en sus caras. Las mismas autoridades son "cómplices" del deterioro del entorno, y a pesar de que son innatos violadores de las leyes municipales, parece no importarle la "arrabalización", desnaturalización y deterioro contra el entorno local. Mientras se cobran arbitrios a la población para supuestos mejorar aéreas, sin embargo, permiten que los haitianos importen su cultura y la implante aquí. La venta de ropas usadas tiene mucho tiempo, sin embargo, no hay sitio que los haitianos no hayan invadidos para pregonar sus mercancías. El problema está a la vista de todos los comunitarios, no perciben los daños y deterioro que causan al medio ambiente, no obstante nadie intercede. Ya los haitianos no respetan las áreas de uso público para imponer su mal acostumbrado y modelo de cultura. Los regidores de la Sala Capitular local debían emitir resoluciones y apoderar a la Policía e intervenir ante ese proceder de mal gusto y afeante manera de imponer su cultura y de dañar el medio ambiente y el entorno.

Hay quienes creen que el problema persiste y que se debe a que los funcionarios encargados de velar porque la ley se respete no están cumpliendo con su labor con eficacia.

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