Malestar entre director, jefe de Policía, voceros y reporteros.
Santiago, R.D.-La presión que ejerce el jefe de la Policía, general Manuel Castro Castillo sobre oficiales en esta ciudad cuando ocurren hechos de relevancia para dar a conocer su versión oficial, mantiene en posiciones encontradas tanto al jefe de la Dirección Regional Cibao Central de la Policía Nacional como a su vocero.
Se recuerda que con la aparición del cadáver de un haitiano, el
cual fue atado de pies y manos y luego ahorcado, apareciendo luego colgado de
un árbol en el parque Ercilia Pepín, el mayor general Manuel Castro Castillo
prohibió la filtración de cualquier información sobre el hecho, pero además,
prohibió al coronel Damián Arias Matos que se refiriera al tema.
Igual situación ocurre con los representantes del Ministerio
Público, que también fueron vedados de ofrecer detalles sobre el proceso
investigativo del hecho.
Se recuerda también, que sobre ese hecho la comunidad
internacional quiere satanizarlo, y hacer creer a los organismos
internacionales que se trata de xenofobia, para continuar resquebrajando las
relaciones entre Haití y República Dominicana.
Sobre el caso de Kindelly Domínguez Mercado, mujer embarazada
que fue secuestrada por una banda que también se dedica a cometer crímenes por
encargos, con el único propósito de que los que la componen hacerse
millonarios, el flamante mayor general Castro Castillo, hisos que la Policía
Nacional “pusiera un huevo”, tras vincular de una manera alegre ese hecho al
narcotráfico.
Pero aun mas, se prohibió dar detalles del caso que ocurrió en
Santiago, y el pasado domingo, el coronel Jacobo Mateo Moquete, con muchas
imprecisiones, y de una manera alegre lo vinculó al narco, versión que negaron
el padre de la joven secuestrada, Kedwin Martin Domínguez y un pintoresco
personaje de la política que se denomina “El Loco Fermín”, quienes fueron
investigados por las autoridades policiales y judiciales locales.
Posiciones policiales, emanadas del mayor general Castro
Castillo, de, primero dejar esperando a una batería de periodistas de los
diferentes medios de comunicación del país, la versión oficial del hecho, y
luego bajar línea para que las mismas no fueran ofrecidas en Santiago, si no en
el palacio de la Policía Nacional, deja mucho que desear, por lo que entendemos
que hay que declararle un boicot a su próxima visita a esta ciudad.
Además, de que en relación a los hechos enumerados, se ha
destapado un volcán, ya que se han ordenado prohibir cualquier información de
los casos, y segundo la intervención de los teléfonos tanto del general Orison
Olivense Minaya y del vocero, coronel Damián Arias Matos.
Esto quiere decir, que hay una crisis entre la policía de
Santiago y la capital, fruto de las indecisiones del jefe de la institución,
que a lo mejor quiere” tapar el sol con un dedo” en la aclaración de los casos
que nos ocupan.
Los periodistas de Santiago entendemos que recemos respeto,
porque cuando la policía quiere que se de a conocer un hecho de trascendencia,
llama a todos los medios de comunicación, para utilizarlos, y luego tirarlo
como un papel sucio con un olor nauseabundo.
Creemos, finalmente, que tanto el general Olivense Minaya, el
coronel Arias Matos, y los periodistas que cubrimos la fuente policial
merecemos un desagravio por parte del jefe de la Policía Nacional, mayor
general Castro Castillo, quien se ha creído que esa institución es de su
propiedad, y ha olvidado que es el pueblo que les paga su salario.
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