Malestar entre director, jefe de Policía, voceros y reporteros.

Por Roberto Perez
Santiago, R.D.-La presión que ejerce el jefe de la Policía, general Manuel Castro Castillo sobre oficiales en esta ciudad cuando ocurren hechos de relevancia para dar a conocer su versión oficial, mantiene en posiciones encontradas tanto al jefe de la Dirección Regional Cibao Central de la Policía Nacional como a su vocero.
Se recuerda que con la aparición del cadáver de un haitiano, el cual fue atado de pies y manos y luego ahorcado, apareciendo luego colgado de un árbol en el parque Ercilia Pepín, el mayor general Manuel Castro Castillo prohibió la filtración de cualquier información sobre el hecho, pero además, prohibió al coronel Damián Arias Matos que se refiriera al tema.
Igual situación ocurre con los representantes del Ministerio Público, que también fueron vedados de ofrecer detalles sobre el proceso investigativo del hecho.
Se recuerda también, que sobre ese hecho la comunidad internacional quiere satanizarlo, y hacer creer a los organismos internacionales que se trata de xenofobia, para continuar resquebrajando las relaciones entre Haití y República Dominicana.
Sobre el caso de Kindelly Domínguez Mercado, mujer embarazada que fue secuestrada por una banda que también se dedica a cometer crímenes por encargos, con el único propósito de que los que la componen hacerse millonarios, el flamante mayor general Castro Castillo, hisos que la Policía Nacional “pusiera un huevo”, tras vincular de una manera alegre ese hecho al narcotráfico.
Pero aun mas, se prohibió dar detalles del caso que ocurrió en Santiago, y el pasado domingo, el coronel Jacobo Mateo Moquete, con muchas imprecisiones, y de una manera alegre lo vinculó al narco, versión que negaron el padre de la joven secuestrada, Kedwin Martin Domínguez y un pintoresco personaje de la política que se denomina “El Loco Fermín”, quienes fueron investigados por las autoridades policiales y judiciales locales.
Posiciones policiales, emanadas del mayor general Castro Castillo, de, primero dejar esperando a una batería de periodistas de los diferentes medios de comunicación del país, la versión oficial del hecho, y luego bajar línea para que las mismas no fueran ofrecidas en Santiago, si no en el palacio de la Policía Nacional, deja mucho que desear, por lo que entendemos que hay que declararle un boicot a su próxima visita a esta ciudad.
Además, de que en relación a los hechos enumerados, se ha destapado un volcán, ya que se han ordenado prohibir cualquier información de los casos, y segundo la intervención de los teléfonos tanto del general Orison Olivense Minaya y del vocero, coronel Damián Arias Matos.
Esto quiere decir, que hay una crisis entre la policía de Santiago y la capital, fruto de las indecisiones del jefe de la institución, que a lo mejor quiere” tapar el sol con un dedo” en la aclaración de los casos que nos ocupan.
Los periodistas de Santiago entendemos que recemos respeto, porque cuando la policía quiere que se de a conocer un hecho de trascendencia, llama a todos los medios de comunicación, para utilizarlos, y luego tirarlo como un papel sucio con un olor nauseabundo.
Creemos, finalmente, que tanto el general Olivense Minaya, el coronel Arias Matos, y los periodistas que cubrimos la fuente policial merecemos un desagravio por parte del jefe de la Policía Nacional, mayor general Castro Castillo, quien se ha creído que esa institución es de su propiedad, y ha olvidado que es el pueblo que les paga su salario.



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