Pez León originario de Indonesia crea pánico en el Mar Caribe.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- La presencia en la Región del Caribe del Pez
León, originario de Indonesia empieza a generar “pánico” debido a los daños que
ocasiona a los ecosistemas.
Keiko Ashida, especialista ambiental del Banco Mundial y el ambientalista
dominicano Domingo Abreu, explican que comunidades de la Cuenca Caribeña ya
lideran contraataques innovadores para controlar sus poblaciones.
La especialista afirma que el Pez León persigue a más de 60
especies nativas, en especial a las más jóvenes.
Esta caza puede reducir las poblaciones de peces hasta en un 79%
en un plazo de 5 semanas, cazando en grupos y alimentándose hasta que
exterminan todas sus presas en el área.
Es una táctica brutal cuyo impacto amenaza la supervivencia de
los ecosistemas y las economías locales que dependen de ellos.
Respecto a las zonas caribeñas más afectadas, el pez león tiene
un efecto devastador en la sobrevivencia de la segunda barrera de coral más
grande del mundo, el arrecife mesoamericano.
Es un criadero de peces, a la vez que representa un gran
atractivo turístico lo que significa ingresos importantes para las comunidades
que dependen de él.
En Belice, se calcula que a través de estos servicios, el
arrecife genera entre un 15 y 22% del Producto Interno Bruto-PIB-, entre unos
395 y 559 millones de dólares al año.
Explica que el
arrecife mesoamericano se extiende unos 100 kilómetros desde la península de
Yucatán hasta la bahía de Honduras, extensión que sirve de protección
natural a la costa.
Informes de poblaciones del Caribe dicen que este pez se reproduce a niveles alarmantes y puede estar
hasta 3 meses sin alimentarse.
Tras su reproducción ya hay millones de ejemplares que existen
en las aguas del Caribe, especial en el Golfo de México y el Atlántico
Occidental.
Vive en profundidades de hasta 300 metros así como en aguas
superficiales poco salinas y su presencia, dicen especialistas ha causado
graves daños a los ecosistemas del Caribe y Centroamérica.
Sin embargo, alrededor de 2 terceras partes del arrecife están
en condiciones críticas debido al impacto del cambio climático y factores de
estrés como la escorrentía agrícola, la sedimentación y la pesca no sostenible.
La presencia del pez león impacta la capacidad del arrecife para
recuperarse.
Estudios establecen que cuando florecen poblaciones de peces
“herbívoros”, como el pez loro y el pez cirujano, el arrecife tiene más
probabilidad de recuperarse de daños tras un huracán que cuando tales
poblaciones están mermadas.
El controlar la población de esos peces león invasores es clave
para abordar los desequilibrios ecológicos y sanar el arrecife y sus
ecosistemas.
La erradicación completa del pez león es imposible debido a sus
concentraciones en el Atlántico son diez veces superiores a las de su Indonesia
nativa.
Los esfuerzos se deben enfocar en mantener a sus poblaciones por
debajo del umbral en el que los peces nativos pueden sobrevivir.
El desafío es encontrar soluciones sostenibles que gestionen las
concentraciones del pez león y que generen una fuente de ingreso alternativa
para las comunidades de pescadores afectadas.
En Belice el consumo del pez, existe una iniciativa que usa la
belleza del pez león en su contra, y ya tiene resultados.
El “Grupo de joyería del pez león de Belice” ha empezado a usar
las espinas brillantes del pez creando aros, collares y llaveros que ya se
venden a nivel nacional e internacional.
Los fondos proveen un sustento a 78 personas de comunidades que
se ven muy impactadas por la invasión de la especie.
Con el apoyo del Banco Mundial y financiado por el Fondo de
Desarrollo Social de Japón, este grupo está expandiendo su negocio para que más
mujeres aprendan y se beneficien de esta iniciativa.
El éxito del proyecto ya ha incrementado en un 45% el valor del
pez león capturado en Belice, las Bahamas, Granada y San Vicente y las
Granadinas.
El pez león es un verdadero espécimen exótico que llama la
atención.
De su cabeza emergen brillantes y venenosas espinas como la
melena del león terrestre.
Su apetito es voraz y su resistencia a los elementos, asombrosa.
El conjunto le hace un cazador nato, el rey de la jungla
acuática.
Desde hace 30 años, el pez león considera estas aguas su casa y
sin un depredador natural que los mantenga a raya.
El impacto en las poblaciones de las especies de peces nativos y
las comunidades que dependen de ellas, ha sido devastador.
En un contexto de calentamiento global y de temperaturas del mar
en aumento.
Se teme una mayor expansión de la especie por la costa a medida
que las condiciones se vuelven más favorables para su supervivencia.
El pez león ha evolucionado para sobrevivir y se adapta
rápidamente a nuevos ambientes.
Proveniente de Indonesia, desde mediados de los años 80 se han
visto ejemplares a lo largo de más de 8,000 kilómetros de la costa este de las
Américas, desde el estado de Nueva York en Estados Unidos y São Paulo en
Brasil.
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