Muere el empresario y presidario Adriano Román.
Por Marcelo Peralta.
Santiago, R.D.-Aunque las causas son ignoradas, murió este miércoles el empresario
y presidiario Adriano Román, en el trayecto del reclusorio de Rafey donde
purgaba una condenado de 20 años por haber contrario sicarios para asesinar a
su esposa Miguelina Llaverías y de fraguar planes para quitarle la vida al
abogado Jordi Veras.
Su
cadáver se halla en la morgue del Hospital Regional Universitario José María
Cabral y Báez a esperar de practicarle la necropsia de rigor y determinar las
causas reales de su deceso.
Permaneció
por cerca de 6 meses internado en el Centro Materno Infantil con problemas
cardiovasculares y luego retornado a prisión.
Hace
poco que el juez de la Ejecución de la Pena del distrito judicial local, doctor
Rubén Darío de la Cruz Uceta, le negó una solicitud de prisión domiciliaria,
luego de que permaneciera internado seis meses en una clínica privada de esta
ciudad.
El 2
de octubre del 2005, Miguelina Llaverías, exesposa de Román fue víctima de un
atentado criminal por parte de varios sicarios, pero logró salvarse.
Mientras
que el 2 de junio del 2010, el recluso Román contrató varios sicarios para
ordenar la eliminación física del comunicador y abogado Jordi Veras, defensor ante
la justicia de la señora Llaverías.
Veras
resultó con heridas de bala en la cara hicieron perder la visión en uno de sus
ojos.
Por
ese caso, el difunto Román fue condenado a otros 20 años de prisión, que luego
fueron confirmados por varias instancias judiciales.
Fortuna:
En fecha de 17 de
noviembre de 2010, sobre el hoy fallecido empresario y convicto Adriano Román,
quien cumplía condena por el atentado contra su exesposa Miguelina Llaverías y culpable
de conspirar como autor contratista de sicarios para el atentado contra el
abogado Jordi Veras y había pedido prisión domiciliaria la que le fue negada
por los estamentos judiciales.
Adriano Román Román acumuló
un prontuario delictivo estimado en mil 200 millones de peso9s y se le
considera capaz de utilizarlos para desatar su ira en contra de cualquiera.
En su récord figuran
dos atentados en contra de Llaverías, uno a su hermano Pablo Román, la
violación de una menor, cuyo expediente “desapareció” y hacer todo tipo de
planes en contubernio con reclusos de la cárcel de Rafey-Santiago y policías
activos.
En los últimos 30 años,
el empresario Adriano Román ha sido vinculado a una serie de actos delictivos,
incluyendo violaciones sexuales, intento de asesinatos y otros hechos.
En 1977, Román fue
acusado de torturar y ordenar que su peón violara y mutilara los órganos
genitales a Llaverías en una finca de su propiedad ubicada en el municipio
Villa González.
Román fue condenado a
20 años de prisión por un intento de asesinato contra Llaverías, quien fue
baleada el 2 de octubre de 2005 frente a su residencia por Dámaso Novas Peralta
y conducido al reparto Oquet por Fausto Aric Pérez, ambos sentenciados a 30 y
20 años, respectivamente.
Engels Carela Castro,
detective contratado por Adriano Román para seguir a su ex-esposa, fue
condenado a 20 años.
Llaverías fue
representada en el juicio contra su ex esposo por los abogados María Alejandra
Veras Pola y Jordi Veras Rodríguez.
A Román, además, se le
acusa de intentar asesinar a su hermano Pablo Román, a quien le dio choques
eléctricos y le roció el llamado “ácido del diablo”, hecho por el cual cumplió
un año de prisión.
También se le atribuye
intentar asesinar a un sobrino.
Prendió fuego a una
casa porque pretendía que un inquilino que la ocupaba la abandonara, a pesar de
que estaba al día con el pago y solicitaba un tiempo para mudarse.
El abogado del
inquilino fue reconocido Negro Veras.
Al empresario se le
acusa de violar a una menor, pero la fiscal de Santiago, Jenny Berenice
Reynoso, dice que del expediente sólo se encontraron informaciones muy escasas,
puesto que “desapareció”.
“Es un asesino con una
mente extremadamente criminal, perversa y que tiene a su disposición una gran
fortuna, que utiliza para pagar por el asesinato de personas, como Miguelina
Llaverías y Jordi Veras”, agregó la funcionaria.
Destaca que el modus
operandi para cometer el hecho en contra de Llaverías, en el 2005, fue el mismo
utilizado el 2 de junio de este año para atentar en contra de Jordi Veras.
El móvil que ha
establecido el Ministerio Público es una sentencia condenatoria, puesto que
Román fue condenado a una indemnización de RD$5 millones, pero Veras solicitó
por la vía civil una condena solidaria de 25 millones porque él era el único
solvente.
A raíz de esa ganancia
de causa, el abogado trabó un embargo retentivo de bienes por la suma de 50
millones y la oposición a una libertad condicional a favor del imputado.
La Fiscal dijo que los
abogados de Román trataron de llegar a un acuerdo con Llaverías, a lo cual se
opuso Veras, porque la vida de la mujer correría peligro, en caso de que
saliera en libertad. La situación provocó que Román se molestara y orquestara
el plan desde su celda.
Una cuestión de honor para Negro Veras.
El doctor Ramón Antonio
(Negro) Veras, en una emotiva intervención para agradecer las gestiones de las
autoridades del Ministerio Público y la Policía Nacional, fustigó con acritud a
un sector de la prensa que, a su juicio, ofreció informaciones interesadas para
desviar el curso de la investigación y dañar el buen nombre de su familia.
“No puedo dejar de
expresar mi indignación, mi desprecio hacia aquellos que en forma miserable e
infame sacaron de lo más profundo de sus intestinos para hacer rodar por su
garganta, y mover su lengua venenosa, todas clases de maquinaciones con
relación a los móviles de la tentativa de crimen contra Jordi, y así herir a
éste, ensuciar mi nombre y el de toda mi familia, además de confundir a la
opinión pública, contaminar la investigación y favorecer a los autores
materiales e intelectuales de la acción criminal”, dijo Negro Veras.
En una parte de su
intervención, Veras se quejó amargamente de la forma alegre como algunos medios
daban riendas sueltas a toda suerte de conjeturas insidiosas sobre el móvil del
intento de asesinato.
Pese a que no mencionó
a ningún medio ni periodista en particular, Negro Veras dio a entender que una
emisora transmitía por encargo. Hubo casos en que hasta llamadas al aire se
“sacaban” para que la gente diera su versión.
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