Diputados reconocen a Fefita la Grande y la declaran “ícono del merengue dominicano”.
Fefita La Grande.
Por Marcelo Peralta.
Santo Domingo, R.D.- La
merenguera típica Ana Josefa Taveras Cabrera-Fefita la Grade- nativa de la provincia
Santiago Rodríguez en la Región Noroeste ganadora del “Soberano 2016” ha sido
reconocida hoy por la Cámara de Diputados, y a la vez declarada ícono del
merengue típico en República Dominicana.
Los
congresistas en la sesión de este martes aprobaron una resolución, en la que reconocen
a Fefita La Grande, con la calidad de “ícono del merengue típico” por ser
indiscutiblemente una de las mejores acordeonistas de la República Dominicana y
quien ha dado cátedra con el acordeón en playas extranjeros.
Con más de medio “halando” el acordeón, esta mujer que parece
hecha de “gomas”, a pesar de sus años en este oficio no tiene la más mínima
idea de cuándo piense retirarse de los escenarios.
Ha ratificado que se retirará cuando me muera, a la hora que
me quitan el acordeón, el escenario, el micrófono y me pueden comprar la caja,
porque esa es mi vida.
Manifiesta que su corazón, su vida entera está en los
escenarios, si voy a un espectáculo que no sea mío los piecitos me comen, yo
quiero subir al escenario, porque esa es mi vida, y si Dios quiere, voy a decir
como en algunas partes de mi país me dicen la Celia Cruz dominicana, voy a
estar hasta que me muera en los escenarios”.
Reitera que Dios mediante habrá Fefita por mucho tiempo, ya
que por su “ánimo, deseo de vivir, trabajar hay demasiado y que Dios la va a
seguir ayudando”.
Siempre,
sostiene estar agradecida de Dios por el hecho
de haberle puesto en su camino un país como República Dominicana y unos
seguidores como los que siempre han estado en todos los lugares en donde ha
participado como merenguera.
Confiesa que no todo el mundo goza del privilegio que ella
tiene, que no todo el mundo puede mantenerse por tanto tiempo en un lugar tan
privilegiado como son los escenarios.
Y sus grandes logros es por la protección de Dios que le da
fuerza a sus gentes para seguirla por tanto tiempo, admirarle, quererle,
respetarle, desde que comenzó a tocar acordeón con su padre Seito Taveras cuando
apenas tenía la edad de 7 años.
Reconoce que en su carrera ha tenido mucha alegría, pero, también,
tenido mucha alegría, tropiezos, cosas bonitas, buenas, malas y les da gracias
a Dios porque lo ha sabido llevar.
“Desde que me pusieron
el nombre de La Vieja Fefa, a los 22 años, he estado en la palestra pública,
sin despegarme para nada.
Y afirma que nunca he estado dizque pegada en las nubes con
un disco, pero algún tema suena; eso de pegarme así y despegarse no, todo el
tiempo en un solo nivel, siempre toco mi fiesta, siempre me mantengo en el
gusto de la gente, como artista me siento muy afortunada”, afirma.
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