Madre e hija se reencuentran 43 años después.

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Cordoba.    La historia es parte de otros cientos de búsquedas por la venta de bebés que durante 30 años realizó una partera en una clínica clandestina.

Julia le dijeron que su hija Cristiana murió al nacer, el 8 de octubre de 1974.

Parió en una clínica clandestina de esta ciudad y la cara de su beba le quedó grabada después de verla apenas unos minutos.

La casa de Journade en el barrio General Paz de Córdoba era una clínica clandestina; atendía los partos y después entregaba a los bebés.

Cristina fue una de esas criaturas, la hija de Julia. Vive en Buenos Aires y tiene seis hijos, es toda la "nueva" familia de la mujer que la buscó durante décadas.

Rodríguez enfatiza que los casos "no son delitos de lesa humanidad; no interviene la justicia, trabajamos y nos organizamos por nuestro lado".

Journade estuvo presa por la muerte de una mujer en un parto; la partera declaró que ella había ido a abortar; cuando se comprobó que estaba de nueve meses, la historia terminó en condena.

Fue condenada a siete años pero cumplió tres años detención, desde 1977 al 1980.

"Una chica que se incorporó al grupo buscando a su mamá nació en diciembre del '80 y Mafalda había salido en agosto -agrega Rodríguez-.

Relata que Journade ponía carteles anunciando que se tomaban mujeres para trabajar que estuvieran embarazadas.

En estos años de funcionamiento del grupo "Herman@s y Madres del Alma" se reencontraron 2 familias, la de Julia y Soledad Piñeiro, hija de la mujer que murió en el parto, cuyo caso llevo a la partera a la cárcel.

Soledad Piñero supo a los cinco años que era adoptada y, en la adolescencia empezó a buscar a su familia biológica; el año pasado se reencontró con sus hermanos.

"Todo fue por nuestras investigaciones y cruces de datos; no hay fichas, no hay documentación, no hay nada", explica Rodríguez a este diario.



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