Carta a Yeni Berenice Reynoso del doctor Ramón Antonio –Negro- Veras.
Yeni Berenice Reynoso
Sus manos
Estimada Yeni:
1.- En el curso de la semana pasada hice unas
declaraciones en las que dije, entre otras cosas: “Si la magistrada Yeni Berenice Reynoso, es impulsada a dejar de formar
parte del Ministerio Público, la que resulta lesionada no es ella, sino la parte
sana de la sociedad dominicana porque ya no va a contar con un referente de honorabilidad en el área de
la justicia penal”.
2.- Al exponer la idea anterior
quise significar que la forma decente de
manejarte le da brillantez, glorifica y hace lucir esplendoroso el órgano de un cuerpo que, como
el judicial, está ensombrecido por las actuaciones corruptas de algunos de sus integrantes.
3.- Lo que pinta la sociedad
dominicana de hoy, agrietada desde la célula
familiar hasta las instituciones del Estado, es que personas con una conducta como la tuya lo que hacen es perturbar el normal
funcionamiento de las inconductas; subvertir el orden que necesita la delincuencia
de cuello blanco y de cuello sucio para el libre ejercicio de sus operaciones al
margen de la ley. Tu integridad, rectitud y moralidad chocan con la perversión, el desenfreno y la depravación que
ya son hábitos, rutinas, estilo de vida de
amplios segmentos en el medio social dominicano.
4.- Resulta muy difícil tratar
de sanar un cuerpo social que padece enfermedades que lo hacen moribundo. El estado
declinante del sistema predominante aquí no resiste la intervención de un facultativo
que como tú quieres aplicar correctivos que van contra los intereses que permanentemente
están escoriando los vicios sociales y no resisten a quienes desean su eliminación.
Por el contrario, los quitan del medio como dañinos.
5.- Te he tratado y sé de tu reciedumbre para enfrentarte con los casos que manejas sin importar la investidura
de los actores, su condición de clase social ni la naturaleza del expediente. Pero,
lamentablemente, tu entereza va en contra de intereses que con energía has enfrentado
y necesitan tener en el cargo que ocupas a personas que den demostración de dobleces.
En determinados momentos la honradez se convierte en un estorbo, en una barrera
para las pretensiones de los que bien se mueven en lo ilícito.
6.- En nuestro país, el funcionario judicial que obra
dentro de los marcos de la ley, la ética y la moral, se encuentra accionando en
una especie de laberinto por los conflictos que tiene encima. Por un lado haciéndole
honor a sus convicciones de legalidad y moralidad, enfrentando el delito, y también
teniendo como adversarios a grupos de poder que hacen alianza impúdica con la delincuencia.
Es en una verdadera maraña que aquí tiene que moverse el Ministerio Público, hasta
el punto que por momentos se convierte en parapeto de conflictos grupales.
7.- Durante años te has entregado
por completo a trabajar sin límite de tiempo ni tomar en cuenta los riesgos que
entrañan enfrentar a la nueva modalidad criminal del sicariato y el desarrollo del
consumo y tráfico de las drogas ilegales. Pero nada de esto se ha valorado ahora,
llegado el momento de tomar en consideración tus actuaciones y la materialización
de tu desempeño en provecho de la sociedad.
8.- A lo mejor esté equivocado,
pero es mi creencia de que contigo no se ha obrado con sentido legal y de justicia.
Lo equitativo hubiera sido que en virtud de lo que dispone la Ley Orgánica del Ministerio
Público, se te sometiera a una evaluación para luego de una estimación determinar
el trabajo realizado, porque para tener en
cuenta una actividad humana cualquiera hay
que analizarla y luego, libre de todo prejuicio, valorarla o desestimarla. Un examen
desapasionado hace posible censurar o aprobar.
9.- Aquellos que procuran sacarte
de la fiscalía recurriendo a tejemanejes, y así justificar su actitud contra ti
ante la opinión pública sensata, tratan de presentarte como una ambiciosa aferrada
al cargo que llegaste por méritos bien ganados y del cual, me consta, has estado
dispuesta a salir voluntariamente, sin requerimiento alguno. Pero “no hay cosa tan
común en el mundo como hacerse insoportable con sus buenas cualidades”. No debes
ignorar que de lo que la gente buena te hace
digna de elogio, fastidia a tus rivales.
10.- Tu paso por la fiscalía
de Santiago y tu permanencia, hasta ahora, en la del Distrito Nacional, le manda
un mensaje de aliento al país para que se mantenga animado y con la esperanza de
que personas como tú, con su correcto proceder,
pueden mandar señales que sirven para que
otros sepan que actuar correctamente tiene como contrapartida el merecido respeto
y la consideración de aquellos que creen que es posible ejercer funciones públicas,
salir de ellas sin máculas. Muy al contrario de otros que proceden manchando el
nombre suyo y el de sus familiares.
11.- Cada situación social que
ocurre hay que analizarla tomando en cuenta la dialéctica del fenómeno. Tu presencia
en el Servicio Judicial ha servido para que lo sano de nuestro país se dé cuenta que no todo está
perdido, que aunque la sociedad está averiada,
descompuesta por todas partes, todavía en su seno hay personas con condiciones de
mantenerse al margen de las lacras que genera el vertedero donde nos ha correspondido
vivir.
12.- En las funciones que has
desempeñado recibiste lo que sembraste, la consideración y las sanas opiniones.
A tus cargos no fuiste hacer dinero sucio
porque no eres corrupta, como tampoco has procurado fama, porque sé que estas convencida
de que “la gloria humana no es más que un
hálito de viento, que unas veces sopla de aquí y otras de allá, y cambia la reputación
cuando cambia la dirección”.
13.- El día que dejes de estar
al frente de la fiscalía del Distrito Nacional, la satisfacción que te llevas es
la de haber ejecutado con dignidad y decoro la función puesta a tu cargo. Hacer
uno lo que debe o está obligado, es honrar cumpliendo. Tú has realizado lo que se
te encomendó, y la parte limpia de la sociedad
ha valorado positivamente tus ejecutorias, siempre apegadas a la ley y obrando
con ecuanimidad.
14.- Yeni, debes armarte de más
fortaleza que la que has demostrado porque el día que ya no estés en las funciones
que ahora desempeñas van a venir las críticas gratuitas, que no serán otras que
las de aquellos que con gallardía has enfrentado. No debes olvidar que “el crimen
hace iguales a todos los contaminados por él”. Y son muchos los inclinados a la
criminalidad que con resolución has enfrentado.
15.- Si el nuestro fuera un país
en el cual la institucionalidad funcionara igual para todos y todas, existiera un sólido movimiento cívico y las fuerzas motrices
llamadas a enfrentar el statu quo estuvieran
debidamente organizadas, no se decidiera así por así tu retiro del aparato judicial.
Con todo pesar hay que decir que estamos
viviendo una etapa en la cual da lo mismo tener en los órganos de decisión a un
honrado que a un ladrón; a un servidor público honesto que a un corrupto. La dinámica
de la vida diaria está llevando al pueblo dominicano a aceptar los hechos como si
llegan consumados, enviados por la divinidad.
16.- Yeni, debes de estar preparada para lo que decidan con relación
a tu permanencia o no en la fiscalía. Tomar todo con calma; nada de malestar anímico;
que tu consuelo sea haber cumplido con tu deber demostrando que estas formada de
un material especial y has enseñado que tu carácter es el resultado de tu formación
hogareña y puesto en práctica en ese torbellino que es la fiscalía de Santiago y
el Distrito Nacional.
17.- Esta comunicación podría
enviártela por la responsabilidad y seriedad que siempre te han caracterizado, y
en particular en el caso de mi hijo Jordi;
como también en mi condición de abogado valorando tu correcto proceder. Pero quiero
que la recibas como enviada por un ciudadano interesado en el adecentamiento de
la vida pública; preocupado por la debilidad institucional, y porque cree que al
mandártela interpreta el sentir de las grandes
mayorías nacionales que se identifican con tus actuaciones apegadas a las leyes
en interés de llegar a tener un mejor país.
18.- Por último, pensando en
tu merecimiento como funcionaria judicial,
quiero concluir esta misiva
exponiéndote lo que hace un tiempo leí: “Los méritos pueden hacer de un sargento un
coronel y pueden también servirle de estorbo para ascender más alto”.
Yeni, quedas en libertad de
hacer del contenido de esta carta el uso que consideres.
Atentamente,
Ramón
Antonio Veras.
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