Alfredo Cruz Polanco (
alfredocruzpolanco@gmail.com)
“Los hombres pueden
caer pero los principios no. Nosotros podemos caer pero el pueblo no debe
permitir que caiga la dignidad democrática”. Juan Bosch.
Este 25 de Septiembre se cumplen 56 años del fatídico, funesto, vil y criminal
Golpe de Estado contra el primer gobierno constitucional y democrático que se
dio el país, luego del derrocamiento de la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo, presidido por el Profesor Juan Bosch, electo con casi el 60% de los
votos emitidos en las Elecciones Generales del 20 de Diciembre de 1962, con
apenas siete meses en el poder. El mismo fue apoyado por la oligarquía
empresarial, los altos jefes militares, la Unión Cívica Nacional, por algunos
de sus compañeros de partido, la Embajada de los Estados Unidos y
lamentablemente, por la jerarquía de la iglesia católica.
El Presidente Bosch tuvo que soportar permanentemente, un fuego cruzado
de estos poderes fácticos, los cuales conspiraron contra él, contra su gobierno
y contra la democracia durante su campaña, en la transición, proclamación y
durante los siete meses que precariamente pudo permanecer en el poder. Esto se
puede comprobar con los documentos de los archivos desclasificados por los
Estados Unidos, que dio a conocer recientemente el escritor, economista e
historiador Bernardo Vega.
Esta fecha no podemos permitir que pase desapercibida, por aquello de que
“Los pueblos que no son capaces de recordar su pasado, están condenados a
repetirlo”. Consideramos que las presentes y futuras generaciones deben
conocer sobre este fatal acontecimiento de nuestra historia reciente, así como
las causas, consecuencias y los autores del mismo, algunos de los cuales viven
aún. Este hecho le generó a nuestro país, según los entendidos en la materia,
un retroceso de más de 50 años en lo económico, político, social e
institucional.
Durante la transición, Bosch viajó por los Estados Unidos, Europa, Asia y
América Latina, reuniéndose con los Presidentes John F. Kennedy, Charles de
Gaulle, entre otros, en busca de ayudas y financiamiento para obras de
infraestructuras de desarrollo para nuestro país, como: presas, zonas francas,
industrias, escuelas vocacionales, autopistas, aeropuertos, acueductos,
tendidos eléctricos, centros educativos, hospitales, becas para estudiantes,
así como de técnicos e inversionistas para la agricultura y el turismo.
Fue el primer presidente dominicano en realizar un periplo por el mundo
en busca de tecnologías avanzadas, ya que el país carecía de las mismas.
La Constitución con la cual gobernó el Presidente Bosch, conocida como la
“Constitución del 63”, de la cual fue su principal ideólogo, fue
respetada hasta el último día de su gobierno, considerada como la más
progresista, la más avanzada, la más democrática y la de mayor justicia social.
Durante los siete meses de su gobierno, Juan Bosch evitó que las riquezas
que el pueblo dominicano logró preservar de la dictadura de Trujillo, fueran
festinadas y repartidas entre los sectores de la oligarquía. Durante su gestión
no se maltrató, apresó, persiguió, golpeó ni se mató a nadie; no permitió que
un solo centavo del presupuesto fuera a parar a los bolsillos de alguien, pues
enfrentó con energía los pocos actos de corrupción que se produjeron;
implementó la austeridad, pues evitó el derroche (redujo los gastos y los
salarios, comenzando por él); pagó casi la totalidad de la deuda externa;
aumentó el presupuesto para la educación y la salud.
Se gestionó la construcción de la Refinería Dominicana de Petróleo, las
Presas de Tavera y Valdesia; la Zona Franca y una Planta Eléctrica para Puerto
Plata; se inició el Acueducto de Santo Domingo y la reforestación del país; se
distribuyeron miles de tareas de tierra a los campesinos a través de las Villas
de la Libertad, las cuales incluían viviendas y escuelas. Se fundó el Consejo
de Empresarios e Industriales del País, lo que es hoy el CONEP (Consejo
Nacional de la Empresa Privada); se autorizó la primera institución financiera
privada del país: El Banco Popular y se aprobó la ley que regula el
cooperativismo.
Para un país en vía de desarrollo como el nuestro, cuando se interrumpe o
se quiebra el orden constitucional, toma mucho tiempo para recuperarse. Por
eso, a pesar de haber transcurrido ya 56 años de aquel fatídico Golpe de
Estado, todavía hoy continuamos padeciendo las consecuencias catastróficas de
ese imperdonable y bochornoso hecho, pues aún arrastramos una gran deuda social
acumulada.
Si aún confrontamos graves problemas sociales y económicos; si en 1965
libramos una guerra civil entre dominicanos, exigiendo la reposición del
Presidente Bosch, la cual fue abortada por la invasión de más de cuarenta y dos
mil marines de Estados Unidos; si hoy no hemos podido cumplir con todos los Objetivos
de Desarrollo Sostenibles, exigidos por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), se debe precisamente a este abominable acontecimiento, que llenó
de sangre, luto y dolor a nuestro país, por lo que debe ser dado a conocer a
las presentes y futuras generaciones para que no se quede en el olvido.
El autor es Contador Público Autorizado
Máster en Relaciones Internacionales
Ex diputado al Congreso Nacional
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