El éxito

Por Marcelo Peralta
Modelar los sentimientos y acciones de los humanos para que sean creativos, servir a la Patria que los vio nacer, crecer, desarrollarse y reproducir no constituye una tarea fácil, aunque no una misión imposible.
Un ejemplo palpable lo constituye el dominicano que anda siempre con las manos y el corazón lleno de semillas fértiles para regar en el terreno de su prójimo.
Esas intenciones es evidente, porque siempre que la desgracia toca las puertas de los haitianos, ahí están los bondadosos dominicanos  solidarios, sin excepción ni condición económica.
El ejemplo mas evidente y palpable fue una mujer recién parida en una ciudad del Sur del país que en el 2010 tras el terremoto acogió a niños haitianos cuyas madres murieron en la catástrofe y se dispuso a darle el seno para evitar que murieran por falta de alimento.
Eso es un gesto digno de elogios, ponderación, reconocimientos, porque los dominicanos, sin exageración, siempre han sido los primeros en ayudar de diversas índoles a los haitianos y haitianas.
Sin embargo, como Haití que en el pasado era una zona próspera, pero los franceses la saquearon, desmembraron y al final la abandonaron como un ser humano moribundo, sin dolientes, y hoy en día sobrevive gracias a la caridad internacional y a la solidaridad de los dominicanos.
Los gobernantes que ha tenido Haití, todos, sin excepción, han desangrado su erario para hacerse rico permitiendo el contrabando de drogas, armas de fuego, trata de personas, atracos, asaltos, robos, saqueos y manipulaciones.
República Dominicana ha sido su abrigo y su refugio, pero a pesar de esa hospitalidad y solidaridad, lentamente, los haitianos temerarios, sin escrúpulos están matando la gallina de los huevos de oro con las denuncias a nivel internacional que nos acusan de xenofobia.
Y como dice el refrán el mal comío no piensa, porque a pesar de esas obras humanitarias República Dominicana recibirá otra de las pagas de Haití,  porque dentro de unos días deberá comparecer y sentarse en el banquillo de los acusados en un Tribunal de La Haya donde ha sido demandada por esos ingratos e infaustos.
Las costumbres hogareñas y enseñanzas materna enriquecieron en mi un proceso de crecimiento con una educación positiva, que confieso me sobresalieron y me han dado definiciones para una vida exitosa, llevándome de aquello de que haz bien y no mire a quien y lo que hace la mano derecha no tiene que saberlo la izquierda.
Nuestros antepasados decían que había que sembrar en terrenos fértiles para obtener buenas cosechas y mi madre, que aunque no está físicamente, quien ni  sabía leer ni escribir, pero si visionaria, de ella me siento orgulloso porque sus enseñanzas y presagios hoy me dan resultados y la razón.
Me decía que llegarían tiempos que no habría respeto de padre e hijos, padres que matarían a sus hijos y viceversa, que se presentarían tiempos difíciles, que habría mucho dinero tirado en las calles y no se podría comprar nada.
Hoy, al leer los periódicos físicos,  la Internet, el facebook, búsqueda en los teléfonos celulares, escuchar la radio, la televisión, se viven momentos raros, no hay privacía para dialogar, y mucho menos confianza entre las personas.
 Antes conversar con personas mayores tocaba en mi vida y sus enseñanzas un modo especial dentro de un potencial humano porque me quedaba grabado la esencia y contenido de lo  tratado.
Por dondequiera que un ser humano circule debe hacerlo con respeto y dignidad como miembro de la raza humana que es, porque eso nada tiene que ver con el talento de cada quien.
De igual manera hay seres humanos que cuando están arriba se endiosan y se embriagan del poder y devengando un lujoso sueldo, funciones jerárquicas, sin que ello signifique triunfar, tenerlo todo, adquirir fama, dinero y se olvidan de mirar hacia abajo y de su origen.
Creen que por tener dinero cambia sus modelos y se ponen un traje que ni siquiera permiten que se le asiente una mosca y con una retahíla de adulaciones pintándoles pajaritos en el aire.
Pero, llega un tiempo en que todo se les desvanece, retornan a su hábitat, enfermos, olvidado hasta de sus hijos porque los abandonaron por estar con sus adulones y al final el único camino que le queda es el suicidio.
El 95% de los humanos son pobres y que el bienestar financiero adquirido de buena o mala manera no los hace felices ya que el éxito es ideal, pero no digno, y no llegan a entender que el éxito es el proceso de aprender, compartir y crecer.

Comentarios