Jordi merece justicia
Por Luís Amílkar Gómez
Cuando llegué a Santiago de los Caballeros a principios del año 1975 quedé encantado con la ciudad. Sus calles seguras y aseadas, sus gentes sumamente atentas, amigables, educadas y hospitalarias.
Era una especie de ciudad grande con idiosincrasia de pueblo pequeño.
Al poco tiempo de vivir allí ya tenía un grupo de amigos significante y me hice parte de la chercha sobre béisbol, que se originaba cada mañana en la cafetería ubicada debajo del Cine Colón, propiedad de un español y su familia.
Medio en broma y medio en serio me dije: aquí es que quisiera vivir cuando sea grande.
Hoy 2 de noviembre del 2013, al cumplirse 41 meses del intento de asesinato en contra del joven abogado santiagués, doctor Jordi Veras, sin que se haya hecho Justicia, me he convencido de que Santiago ya no es Santiago.
La que indiscutiblemente fue una de las ciudades más seguras y tranquilas del país, ha caído en manos de un puñado de ratas y sicarios, capaces de sesgar la vida de pacíficos y ejemplares ciudadanos.
¿Cómo es posible que un criminal siga cometiendo crímenes desde una cárcel pública?
¿Cómo es posible que los colegas abogados de Jordi le hagan el juego a esos criminales asesorándoles sobre tácticas dilatorias para que la justicia no sea servida?.
¿Qué espera la Asociación de Abogados de Santiago para adoptar una postura más solidaria con uno de sus miembros que sufriera una tentado horrendo solamente por ejercer su profesión con honestidad?
Hoy fue Jordi quien sufrió los daños irreparables, pero mañana serán otros si no se toman medidas ejemplares en contra de estos desalmados.
Por este medio quiero expresar toda mi indignación contra el sistema judicial de Santiago, por permitir que el juicio en el caso de Jordi Veras se haya convertido en un drama que parece infinito.
Asimismo, mi solidaridad para Jordi y para su padre, mi gran amigo el doctor Ramón Antonio Veras (Negro), por estos 41 meses de espera y sufrimiento esperando pacientemente por la justicia.
Amigos lectores, quiero dejarles con un par de párrafos de lo que escribió el Negro Veras, al cumplirse estos 41 meses del proceso.
"Una sociedad civilizada no puede estar a merced de la voluntad de quien utiliza el dinero para pagar sicarios. El que pagó para matar a Jordi, fue el mismo que puso el dinero en manos de quienes llevaron a cabo el operativo criminal contra Miguelina Llaverías".
Inmediatamente agrega:
"Desde el primer momento que se ejecutó la acción criminal contra Jordi, dije: quien se identifique con la criminalidad, que haga causa común con los que se asociaron para matar a mi hijo, pero los hombres y mujeres de bien del país de seguro que rechazan ese acto en contra de Jordi, quien resultó ser víctima del crimen organizado, por defender la justicia y ejercer la profesión de abogado con sentido de honestidad, lealtad y responsabilidad".
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