Hija dice su padre Rufino de la Cruz, es héroe y mártir olvidado y opacado
Miledis Antonia del Rosario de la Cruz González
Por Marcelo Peralta
Por Marcelo Peralta
SAN JOSE DE CONUCO, Hermanas Mirabal, R.D. Rufino de la Cruz Disla, el héroe y mártir nacional, hace 50 años que lo asesinaron junto a Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, trama orquestada y cumplida por calieses del régimen dictatorial del presidente Rafael Leonidas Trujillo Molina, considerado el más sanguinario de la época y quien gobernó durante 30 oprobiosos años y aplicando manos de hierro y controlando todo a la República Dominicana.
Rufino de la Cruz Disla, no era el chofer exclusivo de las hermanas Mirabal como dicen algunos historiadores tratando de opacar su adversidad al régimen de Trujillo, su valentía, arrojo, coraje, valor y la solidaridad que profesaba a las tres heroínas, a quien el sátrapa Rafael Leonidas Trujillo Molina, le cortó el vuelo a los cuatro porque no estaban de acuerdo con su infausta forma de gobernar oprimiendo a un pueblo humilde y trabajador.
Este humilde trabajador del volante se convirtió en presa del régimen por el sólo y único delito de transportar por paga a las hermanas Mirabal a ver a sus esposos a la cárcel San Felipe, de la ciudad de Puerto Plata, al Norte de la República Dominicana, donde Trujillo Molina, los mantenía en la prisión por sus ideales transparentes.
En sus estudios solo llegó como en su época hasta el 5 curso, pero era un hombre de confianza en la Región del Nordeste y por su seriedad, muchos parroquianos permitían trasladar a sus hijos e hijas a las escuelas y pasajeros normales desde San José de Conuco, Salcedo, Tenares, Nagua, Gaspar Hernández, Puerto Plata, Santiago, San Francisco de Macorís.
Manejaba una jeepeta facilitada por el vendedor de automóviles René Bournigal, nativo de la provincia Puerto Plata, pero al casarse con una joven de San José de Conucos se quedó viviendo en la zona.
Para hallar su muerte, la única maldad que hizo Rufino de la Cruz Disla, servir como chofer de las hermanas Mirabal, pese a la advertencia de su madre Delisa González, del peligro a que se estaba exponiendo, respondiendo éste que le había dado la palabra a las tres heroínas de que las llevaría a Puerto Plata el día que las y lo asesinaron.
Su madre Delisa González, con el corazón destrozado, tiempo más tarde atribulado e impotente murió de demencia por la pérdida irreparable de su vástago.
SU HIJA
Miledis Antonia del Rosario de la Cruz González, fue la única hija que procreó Rufino de la Cruz Disla.
Por sus dotes, lo tilda como un hombre guapo, de coraje, solidario, respetuoso, humilde, trabajador, honesto y pese a su valentía y mérito lamenta que en la República Dominicana no se le ha dado el mérito que se ganó, sino que su personalidad ha sido opacada por las Hermanas Mirabal, sin analizar que él murió por prestarle un servicio como chofer.
Ante este cuadro desolador, considera que su padre ha sido relegado, cuando en realidad halló la muerte por lealtad y solidaridad a las tres mariposas de la República Dominicana a quien el sátrapa Rafael Leonidas Trujillo Molina le cortó las alas para jamás volar.
“Mi padre, Rufino de la Cruz Disla, era un hombre valiente, honesto, servicial, de ideas luminosas, serio, trabajador, solidario y a la vez muy leal y por eso fue asesinado por la gente de Trujillo” dice la atribulada dama.
“Mi padre, Rufino de la Cruz Disla, era un hombre valiente, honesto, servicial, de ideas luminosas, serio, trabajador, solidario y a la vez muy leal y por eso fue asesinado por la gente de Trujillo” dice la atribulada dama.
Se queja de que nadie en la República Dominicana se ha dignado en construir un monumento en su honor y mucho menos el Estado presta atención a la situación en la que viven sus descendientes.
“El era chofer de todo el mundo aquí, ya que transportaba a las personas que requerían de su servicio, no era exclusivo de las hermanas Mirabal” relata su hija Miledis Antonia del Rosario de la Cruz González.
Doña Miledis se queja amargamente de que los reconocimientos a su padre han sido “tímidos” a pesar de ser héroe y mártir de la Patria, al demostrar con su arrojo y valentía las ideas revolucionarias y antitrujillistas que albergaban en su noble corazón.
En la actualidad Doña Miledis, es la única hija que tuvo Rufino de la Cruz Disla, quien es madre de tres hijos que le han generado dos nietos y vive en la casa de su padre ubicada en el tramo carretero entre los municipios de Salcedo y Tenares, provincia Hermanas Mirabal en el Nordeste de la República Dominicana.
Esta casa fue construida hace más de 60 años a base de tablas de pino, de palma, anexo de block y zinc y nunca la ha pintado, ni reconstruida por falta de dinero, ya que en la actualidad está viuda y sin trabajo.
Esta casa fue construida hace más de 60 años a base de tablas de pino, de palma, anexo de block y zinc y nunca la ha pintado, ni reconstruida por falta de dinero, ya que en la actualidad está viuda y sin trabajo.
Hoy por iniciativa del empresario radial Dorin Cabrera, la vetusta casa está siendo reformada, será pintada, acomodada, con mejoría en su estructura, sistema eléctrico adecuado, iniciativa que viene a dar paz, tranquilidad espiritual y sosiego a la atribulada madre, quien confiesa no conocer personalmente a quien ha optado por la luz divina del Señor, aportar los recursos económicos para hacer la obra.
Doña Miledis Antonia del Rosario De la Cruz González, estudió secretariado ejecutivo, sin embargo, laboró en varias instituciones, pero debió retirarse para criar a sus tres hijos.
El Estado dominicano nunca le ha prestado ayuda, pese a ser hija de un hombre de ideas revolucionarias y antitrujillista, por las cuales perdió la vida junto a las hermanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal hace ya más de medio siglo de éstos abominables crímenes.
El Estado dominicano nunca le ha prestado ayuda, pese a ser hija de un hombre de ideas revolucionarias y antitrujillista, por las cuales perdió la vida junto a las hermanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal hace ya más de medio siglo de éstos abominables crímenes.
Valora el gesto y altruismo del empresario licenciado José Cabrera-Dorín por disponer de su dinero para remodelar la casa que habita.
Cuando los obrero procedieron a darle martillazos y marronazos a las tablas que se esparcían en partículas, decía "esto me parece un sueño”.
Cuando los obrero procedieron a darle martillazos y marronazos a las tablas que se esparcían en partículas, decía "esto me parece un sueño”.
Ratifica su agradecimiento a Cabrera y solicitó al constructor Austracio Patricio Rosario, que lo único que anhelaba era preservar el diseño de su estructura.
Procreó con su esposo Francisco Ramón Cruz, fallecido hace 11 años, a sus tres hijos, Mairení, Rufino, Franchesca.
Rufino y Franchesca, han dado a doña Miledis, dos nietos: Elay y Albert. Mairení, con grandes tropiezos por la falta de recursos económicos, estudió Turismo; Rufino, de inclinó por ingeniero en Sistema y Franchesca, se graduó en Administración de Empresa.
De los tres, sólo Mairení está siempre a su lado, ya que Rufino y Franchesca, están casados, aunque viven en los alrededores de la casa propiedad de su abuelo.
Rufino y Franchesca, han dado a doña Miledis, dos nietos: Elay y Albert. Mairení, con grandes tropiezos por la falta de recursos económicos, estudió Turismo; Rufino, de inclinó por ingeniero en Sistema y Franchesca, se graduó en Administración de Empresa.
De los tres, sólo Mairení está siempre a su lado, ya que Rufino y Franchesca, están casados, aunque viven en los alrededores de la casa propiedad de su abuelo.
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