Padre Rogelio Cruz Fermín sigue internado en centro asistencial en La Vega.
La Vega, R.D.-Tras su intensa labor
pastoral y jornadas a favor de los damnificados de las lluvias en la Región Nordeste,
el sacerdote Rogelio Cruz ha tenido que ser hospitalizado en una clínica en la ciudad
de La Vega en el Cibao Central, debido a agotamiento y cansancio.
Cruz bautizado por el pueblo como el “sacerdote de los de a pie”; el “padre de
la piedras”, ha tenido que ser internado en un centro clínico y los médicos que
lo atienden dicen que está en ruta de la estabilidad.
Según los galenos el internamiento ha sido de manera
obligatoria, tras su arduo trabajo ayudando a miles de damnificados de las
lluvias recientes.
Hace campaña en la recolección de recursos económicos para
comprar alimentos, medicinas entre otros artículos del hogar y los reparte a los
afectados.
En lo inmediato, dirigentes del Movimiento Social, Cívico
y Religioso “Se Puede”, de la Fundación Padre Rogelio y otras entidades han
pedido oración a los fines de que sea Dios que interceda y devuelva la salud a
quien se ha ganado la admiración de las gentes más humilde por dedicar su vida
al beneficio de los desposeídos de la fortuna.
El sacerdote Rogelio Cruz es una de las personalidades
dominicanas más sobresalientes por su carisma y donde de don de servicios a la humanidad,
aunque su nombre fue barajado para ser Cardenal, sin embargo, algunos
consideraron que crearía “problemas” debido a su popularidad.
Ha laborado en el Instituto Técnico Salesiano situado en
la Parroquia María Auxiliadora en Cristo Rey Santo Domingo; en los municipios
de Nagua y Villa Rivas de las provincias María Trinidad Sánchez y Juan Pablo
Duarte en la Región Nordeste.
Al igual que en La Vega y otras poblaciones del país.
Este sacerdote de descendencia
humilde obtuvo su bachillerato en Noviciado y Profesa en la Congregación
Salesiana el 16 de agosto del 1979.
Estudió filosofía en el
Seminario Santo Tomas de Aquino, para seguir sus estudios universitarios en
Ciencias Sociales en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Viajó a Guatemala y a
Guadalajara, México, para estudiar Teología para luego regresar a su país a
continuar sus estudios en Sociología en la UASD.
Dentro de sus labores
filantrópicas realizadas en todo el país, creó y preside la fundación que
lleva su nombre, “Fundación Padre Rogelio Cruz”.
Comenzó en sus
adentros desde muy joven cuando supo que tenía la vocación de ayudar a los más
necesitados y viene de una familia podre, que conoce muy bien los sinsabores,
desalientos y sufrimientos que viven estas personas.
Se propuso el compromiso de
llegar a los lugares más pobre de la nación caribeña para brindar sus
servicios, sin ningunas prebendas.
Uno de los proyectos que
mantiene más ocupado al religioso es el que está desarrollando en el Bajo Yuna,
donde con su programa “Barrio Unido”, continúa ofreciendo ayuda a más de tres
mil personas pobres de ese sector. Desarrolla la propuesta “5
pesos para la Casa de Yuna” y con estas
contribuciones construir varias viviendas para los pobres que no pueden
realizar el sueño de comprarse una casita y de desarrollar barrios.
Es un extraordinario ser
humano, controversial que, también tiene vena artística, y que lo primero que
hace cuando se levanta es encomendarse al Creador del Universo y pedirle
fuerzas para seguir ayudando a su prójimo.
Habla y critica el papel de la
iglesia, de los políticos y sus bemoles, de las penurias del pueblo, cuya vida
y trayectoria ha sido inspiración de muchos comediantes quienes usan su figura
en forma de parodia para decir las grandes verdades que aquejan a las figuras
de renombre del país.
Fundador del Movimiento “Se
Puede” el cual nació con la idea de promover una nación más segura, con
compromisos sociales y para proteger a los más necesitados.
El principal desliz del Padre Rogelio Cruz ha sido
interpretar y llevar a la práctica el mensaje expresado en la Palabra de Dios.
Le preocupan los pobres por quienes siente compasión, los
enfermos, el analfabetismo, las injusticias sociales, pretende erradicar el
hambre, libra una férrea batalla contra la explotación social, humana y es un
defensor ardiente de los derechos de la infancia.
Sus inquietudes son, por tanto, las mismas que las del
alto clero nacional, el Sumo Pontífice, el Nuncio de Su Santidad de quienes
sólo lo diferencia la forma de manifestarlas, ya que, según dice ellos
exteriorizan el discurso desde el púlpito.
El Padre Rogelio Cruz Fermín es de desciende al pueblo
para unirse con él en la protesta.
Hay sectores dentro y fuera con
intentos y escamoteos se han producidos para expulsarlo de la posición de cura
y de la Religión Católica, le han sacado de su parroquia y han ordenado
desterrarlo del país, específicamente a España, y sin embargo, no han podido
cristalizar sus intenciones macabras.
Se
ha dicho que desde el gobierno del Presidente Hipólito Mejía, a través del entonces
Nicolás –Cardenal- López Rodríguez y organismos de poder, habrían tramitado directamente
a la Santa Sede el traslado de Cruz Fermín.
En
ocasiones Cruz Fermín denunció que el que era Cardenal López Rodríguez, el
Presidente Hipólito Mejía, el fue Nuncio, mis superiores, lo niegan, pero fue
tramitado directamente a la Santa Sede que bajó órdenes a mis superiores y mis
superiores a mí: que debo irme por tres años, inmediatamente.
Fue una noticia alarmante, confusa,
extraña, cuando José Pastor, superior local Salesiano, llegó con esa tormentosa
carta electrónica.
El
padre de los humildes y marginados viajó entonces a México y aceptó frente al
Superior General dejar la iglesia de Cristo Rey y salir del país.
Querían
mandarlo a España como “castigo”, aun
cuando el activo evangelista de los desamparados no es criminal, delincuente o
ladrón.
Justamente
él había estado pidiendo la expulsión del país de los españoles de las
distribuidoras eléctricas.
Cruz
Fermín relató en ocasiones que participamos encadenados desde el Banco Central,
diciendo que firmar con el FMI es llevar al país al abismo.
Acudimos
a la marcha de la antorcha contra el hambre, contra los Juegos Panamericanos.
En
la recogida del millón de firmas, pidiendo que las distribuidoras eléctricas se
vayan del país. Pero parece que lo que colmó el vaso fue la famosa antorcha
contra el hambre, contra los Panamericanos.
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