El costo de la diplomacia.
Canciller Miguel Vargas Maldonado
Por Marcelo Peralta
Su exposición ha sido errónea cuando viene a pedir la mediación de los
países vecinos a fin de zanjar las diferencias grupales que mantiene la
zozobra, anarquía y desasosiego social en Venezuela.
Hay que tener cuidado con la diplomacia porque
su objetivo es representar y velar por los intereses de un Estado.
La práctica diplomática se
remonta hasta la Grecia Clásica, dándose su evolución de acuerdo con el
incremento de las relaciones internacionales.
Al Canciller de la República Dominicana
hay que darle a entender que la práctica diplomática radica en la versatilidad y
el fomento de las relaciones amistosas entre los Estados soberanos.
No vemos ninguna perspectiva
halagüeña a echar hacia atrás lo dicho Vargas Maldonado en esa Asamblea por
Vargas Maldonado.
Un diplomático es aquel acreditante
ante otro Estado como receptor a fin de desarrollar las relaciones entre ambos
y República Dominicana debe tener mucho cuidado con la cuestión de Venezuela.
Es normal que los diplomáticos
protejan los intereses del Estado acreditante en el Estado receptor.
Los diplomáticos tienen que
aprender a fomentar las relaciones armoniosas y amistosas, ejercer sus
funciones consulares con ética.
Representar los intereses de
un tercer Estado en el Estado receptor.
Además, cumplir los objetivos, los medios al Estado del cual es originario, negociar con el
Estado receptor e informar a su Estado titular por todos los medios lícitos.
Debemos recordar a Eisemberg que define las misiones diplomáticas como el
conjunto de la representación del Estado acreditante en el Estado receptor.
La misión permanente es un órgano en el cual se deposita potencialmente
toda la representación del Estado acreditante, comprendiendo todas las
funciones, actividades y poderes, por tiempo ilimitado.
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