207 años de su nacimiento.


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Juan Pablo Duarte y Díez
¿Por qué y para qué luchó Juan Pablo Duarte?

Por Marcelo Peralta

Este domingo 26 de Enero, se cumple 207 años del nacimiento del  insigne profesor, militar, político y activista liberal dominicano Juan Pablo Duarte y Díez.

Nació el día 26 de enero del año 1813, en la ciudad de Santo Domingo.

Murió el día 15 de julio del año 1876, en la ciudad de Caracas, República de Venezuela.

Fundador de la República Dominicana que todo lo sacrificó y entregó por su Patria.

Al final, lo desterraron donde padeció hambre, decepciones, infecciones, lejos de su Patria, olvidado y sufrió la ingratitud de sus lacayos.

Por su PATRIA, lo entregó todo, su corazón, cuerpo, alma, dinero e inspirado en un mejor porvenir.

Con su decisión, creó un mundo puro, transparente, feliz para los habitantes de su época y devenir.
Su amor y patriotismo fue fiel al pensamiento que lo vinculaba con su PATRIA.
Mantuvo su sentimiento de ser humano por la tierra natal y ligazón a los valores.
Mostró siempre orgullo de ser dominicano, evidenciado en la confección del Escudo con su Biblia, ramos de laurel, colores y sus mensajes “Dios”, “Patria” y “Libertad”.
Estampó con puño y letra el significado de los colores de la BANDERA NACIONAL y usada por camioneros para tapar mercancías, cubrir basura en camiones volteos y hasta cubrir ataúdes llevando el cuerpo de delincuentes y narcotraficantes.
Uno de sus pensamientos de Juan Pablo Duarte y Díez fue: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin valor conspiran contra la salud de la Patria”.
Sus compañeros de lucha Francisco del Rosario Sánchez fue fusilado en San Juan de la Maguana y Matías Ramón Mella,  murió en situación de extrema pobreza, en una pequeña casa en la ciudad Santiago de los Caballeros.
Juan Pablo Duarte y Díez fue un héroe y su final constituyó un “desastre” a pesar de haber fundado a la REPUBLICA DOMINICANA.

Los grandes héroes como él, ha tenido muertes miserables, infames y extrañas por la actitud de muchos de sus con ciudadanos.

El héroe no pudo descansar en la sombra del éxito de su PATRIA, porque sus mismos compatriotas lo traicionaron.

Hoy, día, las traiciones contra las honras, memorias y sentimientos de Juan Pablo Duarte y Díez, se perciben son como el accionar de una serpiente de siete cabezas: “Robarse todo y borrar de la faz de la tierra todo lo referente a él y sus compañeros de lucha”: “Los Trinitarios”.

El caso es tan monstruoso y aberrante, que hasta muchos dominicanos cogieron el nombre de “Los Trinitarios” para organizar venta de drogas, cometer crímenes y borrar a la memoria de Juan Pablo Duarte y Díez.  

Los traicioneros, enquistados en el poder, para que el nombre de Juan Pablo Duarte y Díez no sea mencionado en parte alguna, contrataron a haitianos indocumentados para borrar la fachada original de la Puerta del Conde.

Cambiaron los colores de la Bandera Nacional y le sacaron la Santa Biblia del Escudo.

Modificaron el Himno Nacional.

Llenaron el país de haitianos que son nuestros enemigos número uno, a quienes los infaustos que nos gobiernan, han otorgado poderes por encima de la Constitución de la República.

A los dominicanos nos “apean de las camas” que hay en hospitales para acomodar a los haitianos.

Nos quitan las sillas en las escuelas y universidades y se las dan a los haitianos; estudien mejor que los dominicanos y les tienen cuotas asignadas en bancos del dinero que nos roban en los impuestos.

Es bien sabido que desde el gobierno se torpedea y orquestan planes para proteger a los africanos y perjudicar a los dominicanos.

Las calles de República Dominicana están llenas de haitianos, en que muchos de ellos violan, cortan  brazos a niñas, asesinan ganaderos, hacendados, roban en establecimientos comerciales.

A la juventud hay que instruirlos que emulen, recuerden  y reivindiquen a los viejos héroes como Juan Pablo Duarte y Díez; Matías Ramón Mella,  Francisco del Rosario Sánchez y a otros si, definitivamente, queremos preservar la República Dominicana.

Hay que actuar con cierto ardor, con la intensidad y ligereza, ya que los ”traidores” se “roban” la Patria.

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