De Betania a Emaús: Apuntes bíblicos sobre muerte y resurrección de Jesús.

RAFAEL PERALTA ROMERO.

Después de mucho trajinar por Galilea, al norte de Israel, la región donde había iniciado su ministerio, Jesús emprendió viaje a Jerusalén. Comenzaban a aparecer en su ánimo señales de turbación. Incluso, lloró. A poco del trayecto, sorprendió a sus discípulos con el primer anuncio de la pasión. Veamos  Mateo 16,21-23:

“Desde entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y morir, y resucitar al tercer día. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reconvenirlo: «Señor, ¡ten compasión de ti mismo! ¡Que esto jamás te suceda!»  Pero él se volvió y le dijo a Pedro: « ¡Aléjate de mi vista, Satanás! ¡Me eres un tropiezo! ¡Tú no piensas en las cosas de Dios, sino en cuestiones humanas!»

Este  hecho podrán leerlo también en Marcos 8,31-33, con muy poca diferencia de Mateo. En cambio, Lucas (Lc. 9,22) refiere el hecho de forma más simple. Cito: También les dijo: «Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que muera y resucite al tercer día.»

Para el segundo anuncio de la pasión, Mateo señala que todavía andaban por Galilea. “El Hijo del Hombre será entregado a hombres que le darán muerte. Pero al tercer día resucitará” (Mt, 17, 22-23). Lo mismo cuentan Marcos  (Mc 9, 32-33) y Lucas (Lc. 9,43-45).

Cerca de Jerusalén anuncia por tercera vez  lo que le esperaba. Mateo lo cuenta así:  Jesús, yendo ya de camino a Jerusalén, llamó aparte a sus doce discípulos y les dijo: “Como ustedes ven, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del Hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, lo golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará”. También lo cuentan Marcos (Mc 10, 32-34) y Lucas (Lc. 18, 31-34).

Jesús hizo milagros y predicó antes de llegar a Jerusalén. En Mateo 21, del 1 al 11,  se narra cuando llegó próximo a Jerusalén. Se detiene en una aldea llamada Betfagé,cerca de Betania, del lado oriental del monte de los Olivos. Este hecho es citado también por Marcos (Mc 1,1-11) y por Lucas (Lc. 19,29-40). Es significativo que también Juan se  una a los evangelistas sinópticos para señalar este detalle.

Leamos al cuarto evangelista: Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado.  Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él.  María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. (Juan 12,1-4).

En otra ocasión (Lucas 11) Jesús resucitó a Lázaro, hermano de Marta y de María, que vivían en Betania. Los teólogos interpretan la resurrección de Lázaro como una demostración del poder de Jesús sobre la muerte. El capítulo once versa solo sobre este hecho. Es lectura recomendada.Juan inicia el capítulo 12, haciendo referencia a la resurrección de Lázaro.

Tras estos anuncios y la entrada triunfal a Jerusalén, hizo Jesús muchas cosas. Baste observar que la entrada a Jerusalén Mateo la cuenta en el capítulo 21 de su evangelio y en el capítulo 27 es cuando narra el juicio, crucifixión y muerte.La muerte de Jesús es de los hechos que aparecen en los cuatro evangelios.Es contada enMateo 27 del 32 al 66;en  Marcos 15, 21-47; Lucas 23,26-56, y  Juan 19,16-42.

La resurrección

También la resurrección de Jesús ha sido contada por los cuatro evangelistas, con diferencias de detalles. Mateo narra cómo se apareció un Ángel ante María Magdalena y otra María y le dijo que Jesús no estaba en el sepulcro, que había resucitado. (Mt 28,1-16). Marcos  también cuenta que un joven movió la piedra y les dijo a las mujeres (María Magdalena, María de Santiago y Salomé) que Jesús había resucitado. A continuación cuenta de varias apariciones de Jesús. (Marcos 16, todo). Lucas también refiere el episodio de las mujeres que van al sepulcro, solo que agrega otro nombrede mujer: Juana.

El camino de Emaús es un relato solo de Lucas, incluido en el capítulo 24, 13-35. Emaús era una aldea cercana a Jerusalén, del lado oeste, mientras Betania queda al este. Muchos años después, los arqueólogos han encontrado restos de una edificación que coincide con Emaús, el lugar donde apareció Jesús resucitado.

El evangelio de Juan dedica el capítulo 20 completo a contar pormenores de la Resurrección y el capítulo 21 para contar sus apariciones. Juan, que además de evangelista, era uno de los doce apóstoles, da testimonio personal, porque él acudió a la tumba junto con Pedro. Él se menciona como el discípulo amado.

No se quede con la muerte de Jesús, llegue a la Resurrección. Por favor, lea  Juan 20,1-8.

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