Serranos en la provincia Santiago Rodríguez: Con slogans “Ni nos sacan ni nos vamos”.
“La conquista es de valientes”.
Por: Marcelo Peralta y Frank Marte
LEONOR, Santiago Rodríguez,
R.D.-Tras la concentración en el local de la Cooperativa agropecuaria decenas
de serranos amenazados con ser desalojados fijaron posición firme.
Esa la postura de familias al
sur de la provincia Santiago Rodríguez enclavada en la Cordillera Central,
quienes reaccionan para dar respuesta a un potentado que alega es heredero de partes
de esos predios.
Ramón Torres-Moncito-,
coordinador de la Unión de asociaciones campesinas de la sierra, testifica gente
que llegaron antes, después del 1880 como fueron sus abuelos, padres, vecinos,
allegados y relacionados quienes nunca vendieron tierras.
Torres dice en la sierra hay un
solo clamor. “Nadie extraño debería exigir tierra y menos destruir lo que a sudor
y sacrificio ha costado a millares de gente”.
El dirigente agrícola vocero
de esos agricultores emplaza al gobierno ir a la zona apropiar de títulos de
propiedad a miles de hombres y mujeres que labran la tierra y poder sobrevivir
como lo han hecho durante centenares de años.
El tiempo transcurre, se acentúa
la lucha por la posesión de la tierra en la provincia Santiago Rodríguez.
De dar más larga al asunto, podría
generar conflictos de indescriptibles consecuencias humanas por posesión y desposesión
de la tierra.
Para los serranos defender la
tierra constituyendo la médula a la problemática social que ha surgido en Santiago
Rodríguez.
Para Mendy Mendosa,
agrimensor de profesión, nacido en la sierra, insta al presidente Luis Abinader
intercede y evitar en la sierra corra la sangre.
“El serrano defienden el
derecho a poseer la tierra, por lo que se impone las altas instancias busquen solución
y definición.
Mendoza ahí nacieron y
criaron gente que murieron hace más de cien años quedando hijos, nietos, tataranietos,
con dolor y sufrimiento cultivando y cuidando la tierra,
Son seres humanos que han
dejado niñez, juventud y vejez esperando comprender designios de Dios, ahora
con firmezas defenderán sus terreños.
Están dispuestos a dialogar
con alegado dueño de esos predios y la condición es que esas conversaciones sea
dentro de las parcelas que ocupan hace cientos de años.
La reclamación de las tierras
devela mecanismos empleados por potentados y actúan contrario a la voluntad del
Creador del Universo.
Tras un acto en Leonor se
avivó el espíritu de afectados que recibieron apoyo tratando se superar las
diferencias sociales que puedan surgir.
La provincia Santiago
Rodríguez se ha convertido en la más apetecida en la región Noroeste por su atractivo
clima, nacen los principales ríos que llevan agua a las provincias José
Desiderio Valverde, Montecristi, Dajabón y a Haití.
Quien sube a la Cordillera Central,
ubicación de la provincia Santiago Rodríguez disfruta del clima, visión
exclusiva y vegetación atractiva.
Tierra de alta calidad y fertilización
para cultivar rubros diversos, que se prestan a implantar un modelo
desarrollista y llevar vida cotidiana del campesino, de compadrazgo ajenos a la
gente y a la historia del pasado.
Aunque
a los campesinos se le quiere dar un “golpe mortal” con la aparición de
potentados que reclaman tierra por herencia.
Campesinos
rechazan ser desplazados, forzados, obligadas a abandonar la tierra mediante
presión, donde han vivido sueños e historia.
Igual,
aparece empresa que quiere realizar megaproyectos de minerales y buscan pactar con
dirigentes de organizaciones campesinas queriendo hacer más desplazados y
destrucción de recursos naturales.
El
desarraigo del campo sería cortar el cordón umbilical a miles de campesinos que
han abrazo por cientos de años la tierra.
De
concretizarse el desalojo llevaría desarraigo, agonía a serranos, desesperanza,
depresión, multiplicación de la pobreza en las laderas de las urbes
citadinas, concentración a cinturones de miseria, vivir en rincones
insospechados e inhumanos del país.
El gobierno se Luis Abinader jamás debería
permitir arruinar la vida, salud, paz, tranquilidad, armonía, sosiego a miles
de personas por el despojo de sus tierras.
Permitir, sería un desafía y la sociedad debería
asumir como propias las acciones salomónicas a favor del campesinado.
Sería una conjura contra hombres y mujeres de
la sierra permitir el despojo de los que ellos han cuidado, protegido y defendido.
Son escenas que amenazan de manera terrible la
existencia del hombre y mujer de trabajo y un atropello a la dignidad humana.
A los campesinos le quedaría decir: “Dios
me libre de cederte la herencia de mis padres”.
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