Presos en San Ignacio de Sabaneta están apiñados, mansos y cimarrones.

Internos en Santiago Rodriguez. En una actividad.
Foto Marcelo Peralta.
De los 147 confinados, de ellos hay una veintena de haitainos acusados de diversos delitos. El  
Procurador General de la República, Francisco Dominguez ha dicho en ocasiones que el sistema penitenciario urge de nuevas edificaciones.
Por Marcelo Peralta

San Ignacio de Sabaneta, R.D.- En la cárcel General Santiago Rodríguez de aquí, que data desde la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina, desde 1930 a 1961, está saturada y hay graves problemas por falta de espacios y el crecimiento de la población carcelaria.

En la actualidad, el total de presos, todos hombres es de 147, entre ellos, más de 20 haitianos, acusados de la comisión de diversos delitos penalizados por las leyes nacionales vigentes.

La cárcel construida en principio para 20 confinados, sin embargo, en la actualidad registra una sobrepoblación de 147, demostrando que allí los confinados viven apiñados, como sardinas,  amontonados, sin espacio, en condiciones de insalubridad e inhumanas.
La población carcelaria en la Fortaleza General Santiago Rodríguez, en el municipio de San Ignacio de Sabaneta, además por los delitos registrados en la zona, crece por el trasladaos de internos desde otros recintos del país.
Debido a la falta de espacios, en ese recintos están juntos “mansos y cimarrones”, como son los condenados, preventivos, haitianos y el grupo que viene de otros recintos.
La actual situación y condiciones del recinto puede catalogarse de muy delicada por el hacinamiento y degradación del recluso, diferente a otros recintos que mantienen áreas disponibles para la recreación, los estudios, entre otras.
La cantidad de reos presos en este recinto por haber cometido robo, homicidios, violaciones, venta y tráfico de drogas.
En ocasiones, el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, ha dicho que el sistema tradicional de prisiones es arcaico, porque data de la época de la dictadura de Rafael Trujillo Molina, un sistema de mal trato, en donde se vulnera la dignidad de los seres humanos, negándoseles incluso una rehabilitación y al mismo tiempo, con una minoría se fomenta la corrupción, que permite la permanencia delictiva desde nuestros recintos”.

Ha dicho, sin embargo,  que ha llegado el momento de que este problema vaya desapareciendo "de forma paulatina, pero firme”.

El Procurador General declaró que ha hecho un gran esfuerzo por enfrentar el problema de las cárceles, donde varios recintos han sido clausurados como son Santa Rosa de Lima, en la Romana, y el de la fortaleza 2 Mayo, en Moca, lugares en donde los reclusos vivían en condiciones “simplemente infrahumanas al extremo”.

Y afirma que ambos recintos pasarán a ser centros culturales y educativos para beneficio de dichas comunidades, cuyos reclusos a lugares en donde impera la disciplina, la limpieza la obediencia y reglas, que deben ser cumplidas por todos en igual medida”.

A su entender el Modelo de Gestión Penitenciario ha sido un gran logro de nuestro país, lo cual llena a la Procuraduría de mucha satisfacción, reiterando que fue en su primera gestión como Procurador General, que se iniciara este proceso y en esta oportunidad ha dado continuidad.

 “No somos perfectos, ya que el sistema tiene sus fortalezas y debilidades pero, sin lugar a dudas ha sido un gran avance en materia de respeto a los derechos fundamentales de los privados de libertad.

Dice que hay que acabar en el país con eso de injusticias, hacinamiento, delincuencia, vejaciones, y esa implantación de la ley del más fuerte que se vive en ese sistema.

Para el funcionario toda persona que ha cometido un delito tiene derechos fundamentales consagrados en nuestra constitución y los mismos deben ser respetados, aparte de las condiciones humanas que deben primar.

Ha planteado que a los internos hay que garantizarle la salud, la educación, la higiene, la salubridad, la alimentación que son derechos inherentes dentro del Modelo de Gestión respetamos y en trato igualitario, sin privilegios adicionales.


Creemos en eso y en esa línea seguiremos trabajando muy fuerte, hasta completar la transformación en todos los recintos actuales que operan bajo el modelo tradicional, lo que nos permitirá trabajar en la rehabilitación del que haya cometido un delito, buscando que una vez obtenida su libertad, no vuelva a delinquir a las calles. 

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